Hokum Blues (EEUU)

 


Una subcategoría alegre de Blues urbano llamada Hokum fue popular a fines de la década de 1920 y principios de la de 1930. Las canciones de Hokum eran animadas, divertidas y crudas y obscenas.

Canciones como “Please warm my wiener” (Por favor, calienta mi salchicha) se basaban en gran medida en el doble sentido y trataban sobre sexo, drogas o alguna combinación ilícita de los mismos. Irónicamente, uno de los compositores más populares de Hokum también abrió la primera editorial negra de música Gospel y escribió algunos de los mayores éxitos del Gospel. Hokum Blues se denominaba a aquellas canciones supuestamente exclusivas del R&B que, a través de la utilización del doble sentido, las metáforas, las analogías y el humor, hacían referencia a temáticas de índole sexual, prostitución, homosexualidad y otras muchas cosas, sin expresarlo de forma explícita, que harían gritar a las abuelas de esa época. Como tal, esta singular variación del R&B, fue considerada no menos que peligrosa, irreverente, impía, blasfema y controversial, entre tantos otros calificativos. Ello sucedió, principalmente, dentro de la comunidad blanca, que horrorizada ante semejantes cochinadas en forma de canciones, hacían lo imposible para que sus jovencillos no tuviesen acceso a las mismas. Sin embargo, este elemento no fue explotado únicamente por los negros. Pero claro, todo lo malo o supuestamente malo, según lo moralmente establecido por la masa dominante, era achacado a los negros y sus comunidades. Pero hete aquí, que los blancos pillines también gozaban de sus propios Hokum(eses) Blues(eses). Sin ir más lejos, el bueno de Jimmie Rodgers fue uno de sus más célebres intérpretes. En 1930 grabó el tema intitulado “Pistol Packing Papa” que versa, en su primera línea, más o menos así: “soy el papá de la pistola enfundada, y cuando camino por la calle, vos podés escuchar a todas esas mamasas gritando: no me des con la pistola”.
¿Verdad que es una asquerosidad? ¿Ah, no? Bueno. Pero deje volar un poco la imaginación y sitúese en 1930 antes de Olmedo, Yayo y el Bananero y va a ver que le va a parecer una ordinariez. Vale aclarar, que estas canciones no eran pensadas para ser dirigidas a un público adolescente, más bien todo lo contrario. No obstante, resultaba realmente difícil que los padres entendieran esto, por lo que rápidamente se generaron cientos de reacciones contrarias a este subgénero perteneciente al R&B. Una de las razones por la cual los blancos tendieron a malinterpretar este género fue, básicamente, porque no conocían absolutamente nada de las comunidades negras y su cultura. Otra de las razones está vinculada al mito de Stagger "Stack" Lee. Sí, sí, aunque usted no lo crea, a un mito. El Lee este, aparentemente fue un negro proxeneta que a finales del siglo XIX mató a unos flacos y se empomó a cuanta muchacha blanca se le cruzó por el camino. O algo así. El asunto es que este tal Stagger Lee fue un tipo realmente jodido y de su historia -cierta o no- se creó toda una leyenda y hasta se hizo un tema que fue infinitamente versionado a lo largo de la historia. Entonces usted, padre de una joven y bella adolescente, luego de haber oído las atrocidades perpetradas por Stagger, al escuchar a un moreno elemento cantar cosas referidas a la chanchada y no conocer nada acerca de su cultura, la primera idea que se le cruzaba por la cabeza era que un morenote fornido y de voz profunda iba a irrumpir en su hogar, tomar a su hija por la fuerza y desflorarla, por lo que, claro está, usted iba a tomar cartas en el asunto para que ello no sucediera. Una de las primeras medidas fue crear comisiones de esas de “Buenas Costumbres Blancas” y nombres por el estilo, desde donde poder enviarle cartas al gobernador de turno para que prohíba esa música obscena, creada por negros violadores.
Quienes vieron con buenos ojos que el Hokum Blues comenzara a acaparar los primeros puestos de los charts de R&B cada vez con más frecuencia, fueron los músicos blancos. Deseosos éstos, de también poder sacarles el jugo a los mencionados hits promiscuos, empezaron a pensar en cómo hacer para versionar los temas, sin que ello les significase el suicidio artístico. Así fue como comenzaron a modificar las letras, sustituyendo las partes que tenían referencias sexuales por referencias al baile. O simplemente alegando que dichas referencias estaban todas vinculadas plenamente al baile. Esto generó que, de cierta forma, lo sexual estuviese subliminalmente relacionado al baile en sí, pero que en las mentes puritanas no se entendiera así. Lo bueno de todo esto, es que los temas pasaron a ser aptos para todo público, pudiendo así, un chico blanco de clase media, mover la patita con la versión del siempre simpático Bill Haley & His Comets de "Shake, Rattle & Roll", que originalmente fuera grabada por “Big” Joe Turner, sin temor a recibir una reprimenda. Y todo porque nunca nadie se iba a enterar que cuando la canción hablaba de sentirse como un gato con un solo ojo -y atiéndase esa metáfora- queriendo entrar a la tienda de alimentos provenientes del mar, no se estaba refiriendo a un gato de un solo ojo queriendo entrar al local de alimentos marinos, sino que estaba haciendo referencia al “Old In-Out”, diría años más tarde el entrañable Alex. O sea, estaba hablando del pene adentrándose en la vagina, por si no le quedó claro. Como resultado, los afroamericanos comenzaron a quemarse porque decían que no se los respetaba, ni se les daba las mismas oportunidades que a los blancos, que lo único que hacían era robarles sus temas, cambiarles el significado o modificar un poco la letra y luego gozaban del éxito que a los pobres morenos les era esquivo.

 

 

Fuentes:

 

• Todoporlamismaplata.blogspot.com

• Americanbluesscene.com

 












































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