Danza Chunchos (Bolivia)
La danza Chunchos es un baile folklórico de Bolivia que es ejecutada en la fiesta grande de San Roque, en Tarija, esta fiesta se celebrada cada 16 de agosto de cada año, es el escenario del baile de los Chunchos, personajes vestidos con un tocado especial de perlas y plumas de pavo, con el rostro cubierto, una aljaba a las espaldas y una flecha con la que marca el ritmo del baile; el Chuncho canta y baila al ritmo de un tambor, de quinillas y de unas cañas de alrededor de 4 metros de longitud.
Esta danza fue declarado
patrimonio cultural e inmaterial del Estado Plurinacional de Bolivia, por su
Cámara de Senadores. La coreografía de los Chunchos se estructura en dos filas
paralelas, masculina y femenina, respectivamente. Efectúan una danza de saltos
y pasos largos, flexiones de piernas ágiles y rápidas, intercalando posiciones
en cuclillas y erguidas. El baile se acompaña con una lanza de madera a la que
llaman chonta, que lanzan al suelo para hacerla sonar. La tradición de los Chunchos
promesantes tiene origen en las costumbres de los pueblos originarios,
significados vinculados a la cultura andina y a la herencia española en Tarija.
La promesa del Chuncho es un tema de fe, algo íntimo que tiene que ver con
creer en algo superior, con creer en algo que no se puede tocar ni ver, lo que
lleva al promesante a hacer el compromiso con San Roque, el santo patrono de
Tarija. Es difícil hablar y contar las vivencias detrás de la decisión de
bailar que acompañan a cada promesante. Las principales partes del atuendo del Chuncho
están descritas en los documentos que legara el poeta vernáculo Alberto
Rodo Pantoja y don Aurelio Arce, este último como
directo responsable de los Chunchos. La vestimenta de los Chunchos
de Tarija se compone de un turbante de forma cilíndrica que oscila en los
cuarenta centímetros de alto y que se halla forrado con alhajas en la parte
inferior; el velo que le tapa su cara; una pañoleta de seda que cubre su
cabeza; el ponchillo de tela que representa una coraza; las coderas, constan de
cintas de seda que simbolizan los años de danza. Cuelga de la espalda por
encima del ponchillo, una estalla, adornada con churitos; el pollerín, medias
color carne y zapatos negros que reemplazan a las zapatillas, antiguos botines
a media caña y sandalias.
El Turbante: representaría el casco del soldado
español, está hecho de ramos de plumas de pavo real o pavo común, teñidas a
colores, dispuestos en manojos en forma circular, con base de un aro y orlado
con lentejuelas. Se lo coloca encima de un pañuelo grande de seda que cubre la
cabeza del chuncho. Las plumas blancas del turbante significan la pureza del
alma de los que hacen la promesa de bailar al Patrono San Roque. El Velo:
representaría la máscara del soldado español, va delante del turbante tapando
la cara del Chuncho. La Pañoleta: es un pañuelo grande de tela de seda que
cubre la cabeza del Chuncho para colocar encima el velo y el turbante. El
Ponchillo: representaría el peto o coraza del soldado español, está hecho de
tela brillante y vistosa, lo cubre al Chuncho hasta los codos y la
cintura, adornado con randas y flecos de varios colores. Va encima de una
camisa blanca manga larga. Las Coderas: de los codos del Chuncho cuelgan las
coderas o manojos de cintas de seda de colores que sobresalen con el movimiento
de los brazos del Chuncho al pulsar la flecha. El Pollerín: representaría los
jubones del soldado español, hecho de tela brillante, cuelga de su cintura
hasta las rodillas con randas, flecos y un pañuelo en la cadera derecha. La
Estalla: representaría la aljaba del guerrero donde guardaban las flechas,
tiene forma de corazón y está decorada con conchas y lentejuelas. La Flecha: se
lleva en la mano izquierda, es una tablita de madera adornada con un mazo de
plumas coloreadas que tiene atadas cañitas planas. Al levantar las cañitas con
los dedos y soltarlas contra la tablita produce un sonido con ritmo acompasado
al tambor que marca el compás de su danza.
El Calzado: en las primeras décadas
del anterior siglo XX, utilizaba un tipo de botín a media canilla, imitando las
botas del soldado español. Posteriormente, él Chuncho usaba por mayor
comodidad otros tipos de calzado, como ser sandalias, zapatillas sin caña
(championes) o bien alpargatas argentinas. Actualmente, el Chuncho usa el zapato
negro. Las Medias: son largas, de color carne o canela y cubren sus piernas
hasta las rodillas. Hace 50 años la cantidad de promesantes no pasaba de los
doscientos, unas cien parejas, hoy cada año se incrementa de manera importante
el número, por lo que se hace necesario crear estrategias para preservar la
tradición intacta, señalando con alguna marca a los primeros 100 promesantes
para que no se produzca el acostumbrado fenómeno de salirse de la fila y entrar
a ella en algún lugar por conveniencia. En la cabecera bailan los Chunchos
más antiguos que son los que hasta el día de hoy enseñan los pasos y ensayan
para que la danza salga impecable en sus diferentes variedades como: el paso de
procesión, formación por hilera, en cruzada simple, en la cadena, en el peine,
el combate, la cruzada doble, para la estrella, la pantomima. La tradición de
los Chunchos
promesantes ha sido estudiada por diferentes investigadores y se le ha dado
diferentes explicaciones y significados, para algunos tiene orígenes en las
costumbres de los pueblos originarios de la región, para otros incluso tiene
significados vinculados a la cultura andina, pero para los más conocedores la
tradición proviene de la fe católica y forma parte de la herencia española en
Tarija. San Roque era un santo europeo y la mayor parte de la tradición inicial
proviene de Francia, y luego del legado español. La vestimenta tiene que ver
con que los primeros Chunchos promesantes eran de las
clases humildes, trabajadoras y que con el tiempo fue ampliándose y abarcando a
otras clases sociales. Hoy bailan doctores, licenciados, obreros, políticos y
no se los puede ver porque llevan la máscara. La tradición es la fe en San
Roque como un santo que proporciona salud a quien se la pide, por lo que la
procesión de los Chunchos está basada en la búsqueda de salud que es una
necesidad para todo ser humano, de modo que casi siempre la promesa se hace
pidiendo salud a cambio de lo cual se promete bailar un año, dos, cinco, o toda
la vida, todo depende del devoto. Lo primero es vestirse en un lugar en donde
se reúnen desde muy temprano y se van colocando las prendas una a una, en
orden. Lo último que se colocan es el turbante y de ese modo quedan ocultos,
anónimos para la gente que los observa en las calles. Los Chunchos antiguos hacen
mucho hincapié en la fe y muestran su preocupación por los cambios ocurridos en
este sentido, ya que hoy según dicen los jóvenes no necesariamente bailan
motivados por la fe y eso ha llevado a que se produzcan dificultades y se vaya
creando indisciplina que no sólo da una mala imagen a la celebración, sino que
afecta la esencia misma de la fiesta, la promesa y la fe cristiana. La danza Chunchos
se realiza en torno a una música instrumental aportada por una banda de
bronces, aunque antiguamente la música instrumental acompañante la realizaban
bandas de bombos, cajas, pitos, flautas y quena.
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