Tribus urbanas - Zazous (Francia)

 

 

Los Zazús fueron una corriente de moda de la Francia de los años 1940. Se trataba de jóvenes reconocibles por su ropa inglesa o estadounidense y por compartir su amor por el Jazz. Lo que hoy se denomina una “tribu urbana”. El término Zazú (en francés zazou), probablemente tenga su origen en la canción “Zah zuh zah”, de Cab Calloway, eran jóvenes que expresaban su individualidad llevando ropa grande o estridente y bailando libremente Swing y Be Bop.

Los chicos vestían chaquetas extra grandes, a imitación de Calloway, que colgaba hasta las rodillas, equipadas con muchos bolsillos y a menudo con varias trabillas. La cantidad de material utilizado fue una reacción a los decretos del gobierno sobre el racionamiento de tejidos y complementos. Los pantalones eran estrechos, ceñidos a la cintura y sus corbatas de algodón o lana densa. Zapatos de ante de suela gruesa. Las chicas Zazú llevaban el cabello en largos rizos que caían sobre sus hombros, o en trenzas. Preferían ser rubias, con los labios rojos brillantes y lentes de sol. Vestían chaquetas con hombros muy anchos y cortas faldas plisadas. Sus medias eran de rayas, a veces de red, y llevaban zapatos de gruesas suelas de madera. En Alemania tuvieron su equivalente en los Swing Jugend (Jóvenes del Swing), movimiento inicialmente apolítico pero cada vez más antagónico de la Juventud Hitleriana. Durante la ocupación alemana de Francia, el régimen pro fascista de Vichy, en colaboración con los nazis, impuso una moral ultraconservadora que reflejó en su legislación, dificultando todo cuanto sirviera a los jóvenes para demostrar inquietud y desencanto. Los jóvenes Zazús expresaron su resistencia y disconformidad mediante agresivos concursos de baile y otras manifestaciones dirigidas a veces en contra de los soldados de las fuerzas de ocupación. Los dos lugares de encuentro más importantes para los Zazús fueron la terraza de la cafetería Pam Pam en los Campos Elíseos y el Boul'Mich (Boulevard Saint-Michel cerca de la Sorbona). Los Zazús de los Campos Elíseos solían proceder de familias de clase media y eran de más edad que los del Barrio Latino. Los de los Campos Elíseos eran fácilmente reconocibles en la terraza de Pam Pam y montaban bicicletas por las tardes en el bosque de Boulogne. En el Barrio Latino, los Zazús se reunían en los clubes de catadores de Dupont-Latin o el Capoulade.
A los Zazús les gustaban los restaurantes vegetarianos y tenían pasión por la ensalada de zanahoria rallada. Por lo general, bebían jugo de fruta o cerveza con jarabe de granadina, un cóctel que seguramente ellos inventaron. La mayoría de los Zazús tenían entre 17 y 20 años. En realidad, hubo Zazús de todas las clases, razas y sexos, pero con bastante unidad de estilo. Los de menores recursos económicos recurrían al robo de telas y al mercado negro para obtener sus equipos. Sus puntos de vista irónicos y sarcásticos sobre los nazis y el gobierno de Vichy, su carácter dandy y hedónico, su recelo sobre la ética del trabajo y su amor por el “decadente” Jazz, los distinguieron como uno de los movimientos que mejor representaban el cuestionamiento de los jóvenes hacia la sociedad. Aunque no sufrieron tanto como sus contemporáneos de la clase obrera Piratas de Edelweiss​ en Alemania (algunos de los cuales fueron ahorcados por los nazis), la subcultura Zazú representaba una significativa minoría disidente en aquella sociedad que tanta aquiescencia y complicidad generalizada mostraba hacia aquel régimen. Los Zazús se inspiraban directamente en el Jazz y el Swing. El Jazz negro había brotado con fuerza en Montmartre en los años de entreguerras. Los negros estadounidenses se sentían más libres en París que en su tierra, así que el Jazz local se vio fortalecido en gran medida por esta inmigración. Un representante Zazú, el cantante anarquista y compositor, trompetista de Jazz, poeta y novelista Boris Vian, fue también muy aficionado a introducir los sonidos del Jazz en su trabajo. Los Zazús fueron detestados por los nazis, que ya habían diezmado a la vanguardia cultural alemana, habían prohibido el Jazz y todo aquello que parecían signos visibles de degeneración de la cultura germánica. Por ejemplo, el joven Zazú Pierre Seel fue deportado a un campo de concentración debido a su homosexualidad. En junio de 1942, los nazis implementaron la vejatoria Octava Ordenanza, que obligaba a todos los judíos de la Francia ocupada a mostrar una estrella amarilla en el pecho en la que figuraba la designación: Judío. Algunos opositores optaron por ponerse otra estrella similar con textos como “budista”, “goy” (gentil no judío) o “victoria”.
Algunos Zazús hicieron lo mismo, escribiendo “zazú” bajo la estrella. Cuando los judíos franceses fueron eliminados de la vida pública por el régimen de Vichy bajo supervisión nazi, se expandió el movimiento Zazú como respuesta. Tal fue la influencia de los Swingers y de los Zazous en el concierto alemán que el propio y temible Himmler sugirió en 1942 que había que enviar a campos de concentración a todos estos swingers. Y lo mismo se sugirió en Francia, donde se prohibieron las salas de música y la emisión de Jazz y de Swing. El régimen de Vichy consideraba a los Zazús como una influencia opuesta a sus principios y peligrosa para toda la juventud. En 1940 la prensa publicó 78 artículos anti-zazús, otros 9 en 1941, y 38 más en 1943. Los Zazús eran vistos como vagos, egoístas, irresponsables y judeo-gaullistas. Los Zazús se convirtieron en el enemigo número uno de las organizaciones juveniles fascistas (Jeunesse Populaire Française), quienes amedrentaban a los Zazús. Muchos de estos fueron arrestados y enviados a campos a cosechar. Así, el movimiento Zazú pasó a la clandestinidad, refugiándose en sus salones de baile y clubes de catadores. También se hicieron sospechosos ante la Resistencia Comunista oficial por su carácter apático y porque cuestionaban toda clase de guerras.

 















































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