Existe un antiguo ritmo brasilero llamado Baión, famoso hace unos
70 años, y que decía algo así como “ahí viene el negro zumbón, bailando alegre
el Baión”, que cantaba Nat King Cole, así como Silvana
Mangano y Amalia Rodrigues.
Resultó que era y es un ritmo de los
nordestinos del Brasil, que se apoderó del sur de ese país y de cualquier
fiesta del continente y el mundo en los años 40-50 del siglo pasado. El Baión,
o Baião,
formó parte del género Forró, menos conocido internacionalmente
que el Samba, pero que es uno de los ritmos musicales tradicionales
más importantes de Brasil. Fue como un ventarrón rítmico que, a mediados de los
años 40, llegó del interior de Brasil para oxigenar el denso aire romántico
impuesto en ese país por el Bolero, los hits importados y el Samba
Canción, preferentemente en su variante de “fossa” (depre, bajón). Lo
llamaron Baião (o bahiano), para indicar su origen geográfico. Descendía
de una danza mestiza de Pernambuco, cruza de ritmos afro con vieja tradición
europea, y había ganado un estilizado ropaje urbano en el estimulante acordeón
de Luiz
Gonzaga y los versos persuasivos y sencillos de Humberto Teixeira. Y
nadie se resistió: Brasil entero salió a bailarlo. Después hizo furor en todas
partes; quien tenga años y memoria suficientes recordará famosos Baiones.
Brasileños, como "Delicado"; italianos, como el
de Anna, franceses y hasta argentinos. El Baión se originó en los pueblos
nativos del noreste e incorporó elementos de la música indígena/(como flautas y
agitadores de madera), africanas (tambores y cantos de pregunta-respuesta) y
europea (como la Polka, Chotis, Mazurca y Cuadrilla).
El Baión
es en gran medida una música rural y durante mucho tiempo fue evitado por las
clases altas urbanas. Si Bien la Samba y la Bossa Nova son
consideradas en gran medida músicas nacionales de Brasil, no se puede tener una
comprensión completa de la música y la cultura brasileña sin tener en cuenta al
Baión
y sus influencias hasta el sur del país. Por ejemplo, la cantante Camélia
Alves, conocida como la “Reina del Baión”, era de Río de
Janeiro. Una de las canciones más conocidas del género aparece en la película
“Anna”, de 1951, y es conocida tanto por su nombre original español “El
negro zumbón” y como “Anna’s Baion”.
Luiz Gonzaga
Pero si el Baión reconoció como rey indiscutible a Luiz Gonzaga, también
tuvo su “doctor”, el el cearense Humberto Teixeira, cuyo nombre
pareció quedar siempre algo oculto bajo la inmensa sombra del pernambucano. Al
fin, aunque breve, fue muy fructífera la colaboración entre los dos, desde ese
"Baião", que en octubre de 1946 produjo la última
revolución en la música brasileña anterior a la Bossa Nova, hasta
clásicos tan emblemáticos como "Asa Branca", "Baião
de dois", "Juazeiro" o "Assum
preto". Sin contar que antes de asociarse con Gonzaga y después de
separarse de él, Teixeira firmó obras notables, con letra y música propias o en
colaboración con otros compositores. Si tienen oportunidad, y quieren conocer
el verdadero Baión, hay que ver “El hombre que embotellaba nubes” (”O
homem que engarrafava nuvens”), de Lino Ferreira (2008), documental musical en
el que se destaca Humberto Texeira, su vida y obra como compositor, abogado,
diputado federal y creador de las leyes del derecho de autor que posibilitó la
divulgación protegida de la música brasileña en el exterior, a través de la
“Lei Humberto Texeira”, quien debido a esto fue reconocido como el “Doctor
del Baião”. Tardío, pero muy merecido, fue el gran homenaje que el
grupo de intérpretes consagrados, le tributó en Río, en el teatro Rival, donde
se reunieron Gilberto Gil, Fagner, Elba Ramalho, Sivuca,
Lenine,
Zeca
Pagodinho y otros artistas de renombre (entre ellos, Wagner
Tiso, responsable de la dirección musical) para proponer una relectura
de la obra de Teixira. Con el lujoso agregado de cuatro versiones registradas
en estudio y confiadas a Maria Bethânia, Chico Buarque, Caetano
Veloso y Gal Costa, el programa dio origen al CD que el sello local
Random. Cabe destacar que un norteamericano pasado de listo tomó una de las
variantes del Baión original, hizo creer que le era propio, le puso letra en
inglés y una portuguesa/brasileña disfrazada con la materia prima de una
ensalada de frutas en la cabeza, Carmen Miranda, representó a Brasil y no al
nordeste, en cuanta película se filmó en esos años de los grandes musicales.
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