Chill Out
En la historia de los géneros,
estilos y subdivisiones musicales, tal vez este fenómeno extraño llamado Chill
Out se destaca, precisamente, por no querer destacar. Afectado de una
modestia intensa el Chill Out es más que un estilo musical con características
propias, una situación, un área de descanso. Etimológicamente Chill hace
referencia a “malas vibraciones”, y por extensión Chill Out sería buen rollo,
tranquilidad, rélax. Este género contemporáneo engloba una gran cantidad de
vertientes dispares de géneros musicales con un rasgo en común: su composición
armónica y relajada. Normalmente está compuesto con componentes electrónicos,
que pretende relajar al oyente. El concepto de Chill Out asociado a la música
fue acuñado a finales de los 80 y principios de los 90 en los Clubs House de
Londres y se exportó rápidamente a Ibiza donde ha adquirido el protagonismo que
ahora tiene. Algunos relacionan el origen del Chill Out en la concepción
ambientalista de Brian Eno en su disco Ambient 1: Music for Airports, que el
definió como “música para infundir calma y generar espacio para pensar”. El
Chill Out recoge lo que necesita de casi todos los géneros, desde estilos más
próximos al Acid Jazz y la fusión étnica hasta géneros improbables como la
Ópera, el Flamenco o el Tango. Ante tan expansivo espectro, sus intérpretes se
multiplican e incluso se asigna el dudoso prestigio de artistas Chill Out a
músicos más personales como Björk, Chemical Brothers y hasta Pat Mettheny.
El Chill Out, junto con el
Ambient y el Lounge, han adoptado una rica variedad étnica que lo convirtió en
una subcultura con una serie de adeptos, que hallan en la armonía de los
sonidos, la exaltación de los sentidos y una sublime forma de sentir la música.
El concepto llegó a la música clásica tras haberse editado el álbum doble
llamado “Chill Classical”, que aparte de composiciones y coros de Ópera
contiene algunas piezas instrumentales de Beethoven, Schubert y Vangelis entre
otros. Al contrario del Tecno original, en el que se emplean ritmos y melodías
simples, rápidas y muy repetitivas, el Chill Out es muy complejo usando sonidos
más variados y ritmos muy diferentes que van cambiando con el transcurso de la
canción. Es una combinación de estilos que busca provocar sensaciones de
armonía y tranquilidad. De hecho, su carácter de música “util” permite que la
etiqueta Chill Out pueda aplicarse a cualquier tema musical donde la atmósfera,
el clima o el ambiente sean su característica dominante. Hoy en día existen
discotecas en Londres, como Ministry of Sound, y en la escena electrónica de
Ibiza. También existen festivales como el británico Big Chill, que se celebra
desde 1995 y que incluye formaciones musicales, espectáculos visuales,
masajistas y terapias alternativas; o el Sensomusic, celebrado en Madrid con
motivo del 25 aniversario del Café del Mar. También existen emisoras de radio internacionales que sólo
emiten Chill Out. Hoy en día se puede encontrar la variante “Chill House”, con
algo más de intensidad en su línea de bajos, así como ritmos más contundentes
para ser bailados.
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