Danza de los Quetzales (México)
De las muchas danzas de origen prehispánico que en México han
sobrevivido hasta nuestros días, la más antigua parece ser la Danza de los
Quetzales, que goza de gran popularidad donde sea que se presente.
Se considera
que esta danza podría tener origen en la cultura tolteca. En la actualidad, es
ejecutada en su contexto original en fiestas patronales de las comunidades
ejecutada por miembros de los grupos indígenas nahuas y totonacos, y fuera de
su contexto, por grupos de danzas folklóricas mexicanas. Formaba parte de todo
un ritual que incluía también las danzas de Voladores y Hua-huas. En cuanto al
origen de su nombre, existen dos teorías: la primera afirma que se debe a que
antiguamente las coronas de los danzantes se elaboraban con plumas del ave
quetzal (actualmente en peligro de extinción), mientras que la otra teoría dice
que la danza tomó su nombre por el hecho de bailarse en la región de Cuetzalan,
Puebla. La Danza de los Quetzales se originó en la Sierra Norte de los
Estados de Puebla y Veracruz. En la época prehispánica estaba dedicada al sol,
rasgos que aún tiene reminiscencias en el tocado en forma de disco que portan
los danzantes en sus cabezas. Los instrumentos con que se toca la música con
que se acompaña a la Danza de los Quetzales, consta de un tambor de dos caras
forradas de cuero de venado o de borrego, que se golpea con una vara de café;
junto con el tambor, una flauta de carrizo de tres tonos, se toca a un compás
de 3/4. Ambos instrumentos son tocados por un solo músico, quien es considerado
el maestro mayor de la danza por su conocimiento, habilidad y destreza para
desempeñar dicho rito cultural. La técnica de la ejecución de los instrumentos
es transmitida de generación en generación y se aprende empíricamente.
Normalmente, en el vestuario se colocan maracas, que también participan de la
música. Existen más de 60 sones, entre los que se cuentan los más comunes, como
son: Procesión (con el que siempre empiezan la danza); Entrada (dentro de la
iglesia para agradecer al santo patrono); la Batalla: Ciento Vuelta, etc.
En cuanto a la vestimenta de la Danza de los Quetzales, se compone
de un penacho cónico con un deslumbrante disco multicolor hecho de varillas
delgadas de bambú o madera de unos 70 cm de largo, a las que se les pega plumas
de gallina. Una vez armada la horma de la corona se la decora con tiras de
papel esmalte entretejido. Estos penachos simbolizan al arco iris. Llevan una
capa que combina con el tradicional color rojo, azul, verde, amarillo y rosa,
la cual contiene bordados de imágenes religiosas o símbolos. La camisa es
blanca de mangas largas, en la maga del brazo izquierdo lleva sujetada una
mascada de color (pañuelo) y en la mano derecha el danzante sujeta una sonaja
adornada con dos mascadas. Los pantalones son anchos de color rojo,
confeccionados en satín, adornados con listones de diferentes colores y flecos
dorados en la base. Los danzantes chichimecas calzan huaraches de tres puntos,
también llamados “patas de gallo”, que costa de una suela de caucho de
neumático y una correa larga de cuero curtido que perfora a la suela en tres
orificios. Tales elementos constituyen el diseño del traje, cuyos conceptos
solares y de lluvia forman parte fundamental e integral sobre la infraestructura
que convierte a una verdadera danza, indicándose así que no es una mera
diversión, sino que encierra un verdadero misterio desde el punto de vista del
danzante y la fe que los obliga a participar. Se le nombra “camada” al conjunto
de danzantes conformado hasta por 24 integrantes organizados en dos filas, las
cuales encabezan “el mayor” derecho y el “menor” izquierdo, detrás de ellos, el
resto de los danzantes y participantes. Al centro va el caporal (quien tiene
muchos años de experiencia y dirige la danza). También es común la
participación de niños. La danza siempre se inicia con un saludo fuera de la
iglesia o en la casa del mayordomo (encargado de la organización de la fiesta).
Entran bailando a la iglesia y dan gracias al patrono San Miguel Arcángel,
después salen a bailar diferentes sones en el atrio de la iglesia. Sus pasos o
pisadas básicas son: altas, caídas, carretilla, giros, etc. Generalmente se
baila en parejas con diferentes movimientos. Hay sones que se bailan solamente
en espaldas u hombro con hombro de la pareja.
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