Gigantes y Dragones Procesionales (Bélgica-Francia)



Los Gigantes y Dragones Procesionales de Francia y Bélgica, son una colección de manifestaciones folklóricas y tradicionales que abarcan un conjunto original de expresiones populares festivas y representaciones rituales. Estas efigies aparecieron por primera vez en las procesiones religiosas hacia finales del siglo XIV en muchos pueblos europeos y son el emblema de identidad de ciertas ciudades belgas como Ath, Bruselas, Dendermonde, Mechelen y Mons; así como también ciudades francesas como Cassel, Douai, Pézenas y Tarascon, donde siguen siendo tradiciones vivientes. Los Gigantes y Dragones son grandes muñecos que miden hasta nueve metros de altura y que pueden pesar hasta 350 kilos. Su rostro y tamaño son variables, así como su nombre que cambia según la región. En Bélgica se conocen como Reuze mientras que en la región de la Picardía francesa son llamados Gayant. Representan a héroes o animales míticos, personalidades locales contemporáneas, personajes históricos, bíblicos o legendarios. Se escenifica el combate de San Jorge y el Dragón, en Mons; el caballo Bayardo de la leyenda de Carlomagno desfila en Dendermonde; Reuze Papá y Reuze Mamá, personajes populares y familiares, desfilan en Cassel; la criatura mitológica Tarasca aparece en Tarascón. Las representaciones, que mezclan a menudo procesiones profanas y ceremonias religiosas, varían de una ciudad a otra, pero siempre siguen un ritual muy preciso, en el cual el gigante está a menudo relacionado con la historia, la leyenda o la vida de la ciudad. Gigantes y Dragones animan así las fiestas populares en las que son los actores principales al menos una vez al año, puesto que cada Gigante tiene su fiesta en una fecha fija.
Los Gigantes y Dragones representan escenas históricas y bailan entre las calles acompañados entre charangas y grupos de personas disfrazadas. La muchedumbre sigue la comitiva y son muchos los que en los preparativos y en las distintas etapas de las fiestas. La fabricación de un Gigante, así como su mantenimiento permanente, requiere de meses de trabajo y conocimiento de distintas técnicas, dado la variedad de materiales usados. Bélgica cuenta con cerca de 1500 Gigantes en su país. Su aparición se remonta al siglo XV, con el Goliat de Nivelles, que se menciona en 1467, siendo el Gigante belga más antiguo conocido. Los belgas tienen también el mayor Gigante de Europa, Jan Turpin, de Neuport, superior a los once metros de altura. En Francia, el Gigante es uno de los símbolos de Nord-Pas-de-Calais. Sigue siendo objeto de prácticas culturales ancestrales vigentes. Presentes en las fiestas y eventos regionales notables, que representa a la comunidad de los norteños. La región cuenta actualmente con más de 450 Gigantes, repartidos en todo su territorio. La parte flamenca de la región es una tierra de Gigantes. Cada ciudad tiene uno o más. Los más conocidos son Reuze, de Dunquerque; Reuze Papá y Reuze Mam, de Cassel; Tisje Tasje, de Hazebrouck, Jean de Bûcheron y la Belle Hélène, de Steenvoorde; Totor, de Steenwerck; etc. En 2005 esta tradición fue incluida en la lista del Patrimonio Cultural e Inmaterial de la UNESCO. Aunque estas manifestaciones no están amenazadas de desaparición por ahora, sufren una serie de presiones, como las transformaciones de los centros urbanos y el incremento del turismo, que van en detrimento del carácter popular y espontáneo de la fiesta.





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