Tanguito Montielero (Argentina)

El Tanguito Montielero, nacido al calor de los fogones de los troperos, en el centro-norte de Entre Ríos, es de ritmo montaraz y hunde sus raíces de la provincia. Es muy poco conocido y menos difundido aún. Los entrerrianos antepasados lo denominaban con otros nombres tales como “Tanguito de la madrugada”, “Ratro ‘e leña”, “Música de debajo de los carros”, “Tanguito costero”, “Tango liso”, o simplemente “Tanguito”, entre tantas otras formas de nombrarlo. Se lo nombraba así porque tal vez era orejano, sin dueño, aunque no falto “un lerdo pa’ acollarar un arisco”, y se llevó estas melodías en Rasguido Doble o en ritmo de Chamamé, adueñándoselas. No tiene relación con el Tango porteño. Esta música nació en Entre Ríos, monte adentro, y se lo ejecutaba con acordeón verdulera solo, sin acompañamiento. Con el correr del tiempo se le agregó la guitarra. En cuanto a su nombre de “Tanguito” proviene probablemente del hecho de que los inmigrantes colonizadores europeos, que se afincaron en Entre Ríos en la segunda mitad del Siglo XX, llamaban con el nombre de Tango a cualquier modalidad musical argentina, incluido el Himno Nacional, vinculándolos con el naciente ritmo rioplatense. Para ellos era como decir “música de la tierra o música argentina”. Su ritmo adquirió distintos estilos según la zona: en el norte, por ejemplo, se lo tocaba medio galopeado, tal vez por estar influenciado por el Chamamé, pero en plena selva montielera, se tocaba el auténtico Tanguito Montielero, ese bien arrastrado, el “rastro ‘e leña”, pues va quedando la rastrillada de los bailarines en el piso, como leña que se arrastra.
El ritmo del Tanguito Montielero ha sido celosamente guardado en nuestra provincia, y poco difundido en la actualidad, aunque busca revalorizarse. Los principales referentes de esta modalidad musical folklórica son Edmundo Pérez y Santos Tala. Ambos realizaron un interesante trabajo de investigación, tratando de exhumar, rescatar y poner en valor al Tanguito, pero también han compuesto varios temas, poesía y música que fueron grabadas por ellos y por otros músicos entrerrianos, como “Los Hermanos Cuestas”, “Los del Gualeyán”, “Los Hermanos Spiazzi”, “Los Chamarriteros”, Federico Gutiérrez, Ricardo Zandomeni, Julio López, José Albino (el Gaucho Bataraz) y hasta el salteño Daniel Toro, que en sus tiempos de grandes éxitos cantaba el Tanguito Montielero “Entre el mandarinal”. Entre los viejos musiqueros se destaca Agustín Franco, de Santa Elena, que en 1942 dejó grabado en un disco de pasta 20 canciones realizadas por el prestigioso investigador y musicólogo Carlos Vega, mientras llevaba a cabo estudios en las poblaciones enclavadas sobre el río Paraná. Lamentablemente Vega falleció ese mismo año, dejando inconcluso su trabajo. Hubo un primer intento en la década de 1960, por parte de Santos Tala y Edmundo Pérez, de registrar el tema “Arbolito de Montiel” bajo el rótulo de Tanguito Montielero, pero fue rechazado por SADAIC por carecer de antecedentes. Recién en 2007 el directorio de SADAIC decidió crear un subgénero denominado “Tanguito Montielero” dentro del género “Folklore”. Debido a la preciosidad de su danza, el encanto de su poesía y la belleza de su melodía, el Tanguito Montielero, junto a la Chamarrita, representa cabalmente a los entrerrianos.







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