Música Andalusí
La música Andalusí es un estilo de música árabe que se halla en Africa del norte aunque también se encontraba en Al-Andaluz entre los Siglos IX y XV. Se la asocia con Marruecos, en donde recibe el nombre de al-Âla. También está presente en la tradición de Argelia, Túnez y Libia. La cultura árabe entabló contacto con la cristiana a partir de las cruzadas, pero especialmente desde la ocupación de la Península Ibérica. Durante el Siglo XI, la España y el Portugal moros se convirtieron en un centro de manufactura de instrumentos. Estos productos se fueron introduciendo gradualmente en Francia y el resto de Europa. Se cree que un gran número de instrumentos utilizados en la música occidental derivan de instrumentos andalusíes: el laúd deriva del al’oud, el rabel del rebab, la guitarra de la qítara, las castañuelas del kasatan, la dulzaina de la al zurna entre otros. De acuerdo con una famosa teoría acerca del origen de los trovadores, éstos deben ser de origen árabe. Los trovadores heredaron su sensibilidad e incluso la temática de la poesía andalusí. En verdad un cuerpo de canciones de incomparable intensidad, profanidad y erotismo, existió en árabe desde la segunda mitad del Siglo IX. Otra teoría acerca del origen de las notas del solfeo también tiene una raíz árabe. Se ha dicho que las sílabas del solfeo (do, re, mi, fa, sol, la, si) habrían derivado de las sílabas del sistema árabe de notación Durr-i-Mufassal (dar, ra, mim, fa, sad, lam). Los temas favoritos de esta música son: el amor cortesano, alabanzas al Profeta, descripción del paisaje y la nostalgia de los árabes por Al-Andaluz luego de su expulsión.
El origen de la música Andalusí se suele atribuir a una única persona, Ziryab. Este músico llegó a la corte cordobesa huyendo de Bagdad, donde su maestro, viendo peligrar su privilegiada situación en la Corte por la magnífica impresión que Ziryab le había causado al Califa, lo amenazó de muerte. Tal era el genio de este músico que, una vez situado en Córdoba, se convirtió en el hombre de confianza del Califa y revolucionó las costumbres sociales de la Corte, desarrolló un nuevo sistema de construcción de laúdes, creó nuevos instrumentos y más de diez mil nuevas canciones. Posteriormente, en el Siglo XII, el poeta, compositor y filósofo Ibn Baja, de Zaragoza, combinó el estilo de Ziryab con la música clásica occidental para producir un estilo totalmente nuevo que se expandió por la península Ibérica y el norte de Africa. Las orquestas clásicas de música Andalusí, que se encuentran esparcidas por el Maghreb, usan instrumentos como el laúd, el rabel, la darbuka, la pandereta, la cítara y el violín, aunque recientemente se han ido añadiendo otros instrumentos. La música Andalusí se basa principalmente en una composición llamada Nuba, conjunto de piezas vocales e instrumentales. La estructura de la Nuba es realmente compleja, pudiendo tener una duración aproximada de seis horas. Se dice que existían 24 Nubas, cada una relacionada con una hora del día. Cada Nuba está dividida en cinco partes llamadas Mizan, a cada una de las cuales le corresponde un ritmo. En la actualidad, no se suele tocar la Nuba al completo sino un único Mizan. Cada Mizan comienza con un preludio llamado Tusilla, seguido alrededor de veinte canciones.
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