Tango Canyengue (Argentina)
Este estilo es probablemente el estilo más antiguo de Tango argentino. El Canyengue es un estilo de baile del Tango opuesto al Tango de salón. El Tango Canyengue era el que se bailaba en los suburbios y por las prostitutas en los cabarets por su modo extremadamente sensual y provocativo debido a sus características de interpretación, requiriendo para su interpretación actual por bailarines académicos, un vestuario representativo y alusivo a la vida orillera.
Como el
resto del Tango, tiene un origen lejano en los ritmos traídos por los
esclavos negros, que iban a bailar en lugares de reunión llamados “Tambo”
durante su día libre, acompañados por sus tambores de Candombe. Bailar
abrazados era nuevo para los africanos que acostumbraban bailar uno al lado del
otro o de frente pero no abrazados, y lo convirtieron en una especie de parodia
al agregar sus movimientos que le dieron un estilo lascivo. En la búsqueda de
saber qué es el Tango Canyengue, nos reencontramos con la definición de la
palabra Canyengue qué es un vocablo africano qué significa desaliñado,
cansado, y se entiende así que, además
de estudiar la postura y las características de la forma de moverse de quienes
bailaban este estilo, hay que centrarse en cómo ponían la mano, los pies, o
como usaban la música, es importante conocer más sobre cómo era esta gente que
bailaba Canyengue, estos hombres que después de trabajar en el puerto
de cargar mucho peso con su cuerpo y moverse de determinada manera para
conservar el equilibrio con ese mismo
cansancio y la sobrecarga de la soledad llegaban a los lugares donde se
bailaba Tango para conseguir algo
parecido a una compañía. Y se cree que tan importante cómo conocer las
características de los movimientos y de la postura del cuerpo, podía ser muy
nutritivo para nuestro baile preguntarse cómo se sentían esas personas en el
momento de abrazarse. Por esto también pensar cómo eran los espacios en dónde
se podía bailar Tango, cuál era el entorno que rodeaba a esos hombres cansados
de trabajos rudos y pesados y mujeres “de la vida” que entregaban su cuerpo de
diferentes maneras para vivir...y una de ellas era el baile.
Esos encuentros
apasionados se desarrollaban fundamentalmente en los prostíbulos y en los
patios de los conventillos. Argentina y Uruguay fueron el primer hogar de
muchos inmigrantes recién llegados de la emigración europea con la ilusión de “hacerse
la América”. En él se mezclaba gente de todos los idiomas y nacionalidades,
principalmente italianos, españoles, franceses, judíos y árabes. Fue caldo de
cultivo para la cultura popular, expresada en el Tango y los sainetes. El
hecho es que en ambos reductos el ambiente era muy provocativo y había mucho
espacio libre para moverse. En los prostíbulos, los hombres se cuidaban más de
no chocarse entre sí y el baile era de mucho más contacto ya que era la
instancia previa a los momentos íntimos. Pero en los conventillos el baile
tenía un matiz más festivo y cercano a lo familiar, en estos patios es donde se
considera que las tomas de manos que permiten mirar el suelo eran para evitar
pisar los charcos de agua que quedaban alrededor de donde se había lavado la
ropa durante el día. El primer dato es que no hay diferencia en la forma y
manera de bailar Canyengue y Orillero, ya que el nombre “Orillero”
se le daba porque lo bailaba la gente de las Orillas de la ciudad Suburbios o
barrios bajos (nombres que generalmente tenían los barrios obreros). La palabra
Canyengue
es de origen africano, específicamente kimbundu (una lengua de la familia
bantú), y surgió de la combinación de las palabras candombe y yongo, derivando
en canyongo y luego canyengue. Los negros porteños la pronunciaban caniengue y
desde 1900 los blancos lo escribieron y pronunciaron Canyengue (con la ye
porteña). El “caminar canyengue” es una manera de caminar del compadrito, de
cadenciosos movimientos de cadera. También se lo llama “caminar arrabalero” en
referencia a los suburbios o barrios bajos de las antiguas ciudades de Buenos
Aires y Montevideo, como lo representa Tita Merello en la película “Arrabalera”
(1945). Carmencita Calderón (gran intérprete del género), lo define
como el Tango del Corte y la Quebrada.
Con movimientos rápidos y
picarescos. Diferentes autores describen tres posiciones de tomarse las manos: 1
- Sobre la cadera del varón; 2 - Con los dedos de la mujer sobre la palma de la
mano; 3 - La mano del varón con el dedo pulgar en el bolsillo del pantalón y la
mujer tomándole la muñeca. En lo que a la postura respecta se describe “El
Apile” de los cuerpos con una profunda flexión de rodillas. En esta posición,
la parte alta del cuerpo está en constante contacto, el equilibrio se comparte,
la posición no varía aunque se realicen “ochos” o “giros”. Los movimientos son
mayormente “juegos” de pisadas completamente conectadas con la música,
combinaciones rítmicas de desplazamientos y paradas en un permanente dialogo
corporal que deviene en desafíos de propuesta y respuesta intensos y
provocativos. Si se recuerda que este baile nació de la necesidad de
encontrarse y comunicarse, es muy fácil comprender que esta primer
"Época" del Tango, fuera un permanente juego
corporal y musical. La música de Juan D`Arienzo (primeras grabaciones
inclusive en el sello Electra), así como orquestas son las más representan al Tango
Canyengue, de las que se puede mencionar a Francisco Lomuto, La
Orquesta Típica Víctor, Francisco Canaro, Juan
Maglio «Pacho», Edgardo Donato, Quinteto Pirincho, etc. El
Canyengue
se bailó en los años 1880-1920, antes del Tango llamado “orillero”, luego el Tango-Salón.
El principio fundamental era moverse en línea recta, distinguiéndose el
orillero que hacía girar a la pareja. El Canyengue es parte de los orígenes y
la evolución del Tango argentino tal y como se lo conoce hoy. El Canyengue
se bailó hasta finales de la década de 1920 y actualmente está resurgiendo.
Según cuentan los viejos bailarines, el Canyengue se extinguió y el Tango
social tomó el relevo después de 1940. Entonces el Tango tenía dos
divisiones: el Tango de Salón o caminado y el Orillero, con vueltas de
la pareja. Los estilos también fueron identificables las orquestas: por
ejemplo, la orquesta de Alberto Castillo estaba
especializada en el Tango Canyengue, y los bailarines de Tango “puro” no asistían
a sus conciertos. Además, algunos bailarines eran famosos por su forma de
bailar Milonga, cuya forma es una evolución directa del Canyengue
depurado, manteniendo la inventiva y el virtuosismo. En la década de 1940, el
término milonguero no era necesariamente halagador, porque era sinónimo de
quien era adicto a la vida nocturna, nunca había trabajado y, a menudo, vivía
de prestado.
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