Pandeirada (España)
Una Pandeirada es una composición musical que se interpreta con pandeiros y otros instrumentos de percusión y que, en ocasiones, se acompaña de cánticos y bailes, si bien el toque del pandeiro y la melodía llevan distinto acento: el instrumento ternario, y la voz, binario.
La Pandeirada guarda una
gran similitud con la Muñeira, incluso algunos creen que
es la antecesora directa de esta, así que posiblemente sea la manifestación más
antigua del folklore gallego, y por eso, su análisis permite mejor que otras
manifestaciones acercarse al sentir original de una tradición. Es adecuado que
las foliadas (reuniones nocturnas de gente para divertirse, cantar y bailar)
comiencen con el sonido de una Pandeirada. Es la llamada tradicional
a la reunión, al despertar de la alegría y el festejo. Es la llamada
tradicional a la reunión. Todo estudio relacionado con el asunto folklórico
debe por fuerza hundir sus raíces en el pasado más o menos remoto. Es sabido
que la gran mayoría de los instrumentos que hoy son populares tienen su origen
en viejas culturas preclásicas, donde a veces tuvieron un uso muy distinto al
que hoy tienen y desde donde han llegado hasta nosotros por uno u otro camino.
El llamado pandeiro tiene diversas formas: existe el cuadrangular, formado por
una caja cuadrada de madera, cerrada con piel en sus dos caras principales; el
llamado pandeiro gallego, que oculta en su interior pequeños cascabeles
metálicos; el duffe portugués, usado como acompañamiento en ciertos cantos de
trabajo; o el pandeiro de la comarca catalana de Urgel, donde se adornan con
pinturas y cintas para interpretar las llamadas “canciones de pandeiro”. La
primera representación de una pandereta la encontramos en los frescos de Catalhuk
(Anatolia), que representan grupos de gente participando de alguna fiesta
acompañada de música y danza. Estos personajes sostienen en sus manos la
primera representación conocida de pandero redondo, siendo que la escena se
remonta aproximadamente a unos 5800 años a. de C. De este lugar es originario
el culto a Cibeles, que acabó colonizando todo el Mediterráneo bajo el impulso
del imperio romano y asociándose a los cultos nativos a la diosa madre local.
En Galicia, el culo a Cibeles se asocia a la nativa Nabia, y así la Magna Mater
alcanzó el puesto prominente del panteón de la Gallaecia romana. El týmpanon
gozó de gran popularidad en la antigüedad, donde se asoció como instrumento
sagrado de los misterios de Cibeles, a quien se representó a veces con un
týmpanon o pandero en la mano. Los sacerdotes de Cibeles lo introdujeron en
Galicia, donde alcanzó una gran aceptación asociada al culto femenino de la
diosa madre representada por un callao (piedra) sagrado. Galicia y las regiones
del norte peninsular conservan en muchas manifestaciones del folklore sus
orígenes matriciales cibelinos. Desde la más remota antigüedad hasta nuestros días ha sido la mujer la
encargada de tocar o acompañar su canto con el pandeiro. Un antiguo texto
sumerio descifrado informa que la nieta del rey Naram-Sin (2291-2255 a.C.) fue
designada instrumentista de balag-di (nombre del pandero sumerio) en el templo
de Moor, en Ur, de modo que este sería el primer testimonio que asocia la
pandereta con las mujeres y con las actividades religiosas en Asia Occidental,
Egipto y el Mediterráneo antiguo. Es sabido también que la Diosa Madre poseía
un culto poderoso en la antigua Mesopotamia, donde jugaba el pandero y, desde
luego, las mujeres un papel muy destacado. Esa relación entre el pandeiro y la
mujer es la que confiere la identidad como instrumento de la Diosa Madre
Cibeles y de sus sacerdotes, eunucos afeminados. En Galicia existe una diversa
e interesante dedicación de mujeres pandereteiras que se identifican plenamente
con el sentido original del instrumento y su función: llamar a la alegría y a
la fiesta. Algo también reconocido en otros pueblos del norte de la península
donde aparecen jóvenes tocadoras de pandereta llamadas “pandereteras” en
Santander o “triguitixas” en el País Vasco, tocan y cantan sus cantares al son
del instrumento. El corpus de melodías viejas, agrupadas en las últimas
investigaciones como grupo de melodías sin función determinada, siendo las más
frecuentes y abundantes. Se usan para cantar canciones líricas del cancionero
tradicional interpretadas como Pandeiradas. También se utilizan
para interpretar cantos narrativos, cantos de Navidad, cantos de Reyes, cantos
de cuna, de bodas, desafíos, etc., modificando el tiempo, el ambiente y el
espacio en el que se canta y cómo se canta.
Cibeles y Atis |
La Pandeirada, denominada
también Canto de Pandeiro o Muñeira Vieja (incluso algunos creen
que es antecesora directa de esta, así que posiblemente sea la manifestación
más antigua del folklore gallego, y por ello, su análisis permite mejor que
otras manifestaciones, acercarse al sentir original de una tradición). Tiene
una gran libertad melódica que explica su variedad en la estructura formal. El
ritmo y el metro son los elementos esenciales para definirla dada su gran
variedad formal y melódica. La Pandeirada de metro binario y
ejecución rápida, no tiene compás fijo. Consta de una pulsación rítmica
indiferenciada que se divide en tres partes en el ritmo de la pandereta o del
pandero, y en dos en la ejecución melódica del canto. El esquema melódico de la
Pandeirada
es de cuatro versos que se puede reducir a tres o a dos repetidos para los tres
o cuatro versos octosílabos de la estrofa. En algunos casos se encuentran Pandeiradas
con estribillos, perteneciente al género Muñeira “Nova”, e incluso cantares
con superposición de los dos géneros musicales. Los gallegos, que desde la
infancia han sentido la convocatoria realizada por unas manos de mujer sobre un
pandeiro, reconocen a lo largo de los años la impronta que invita a la
celebración y a la fiesta.
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