Colla de Xeremiers (España)

 

La Xeremía es un instrumento musical de la familia de las cornamusas, fuertemente arraigado en la cultura de Mallorca. Su sonido brillante y penetrante acompaña las fiestas populares de la isla desde tiempos muy lejanos y ninguna celebración que se precie puede prescindir de él.

Desde hace unos cuatro mil años en los países del Mediterráneo y sudeste de Asia se vienen usando instrumentos musicales de aire hechos con dos tubos soplados al mismo tiempo por un solo soplador o boquilla. Las cornamusas se expandieron por Europa y llegaron hasta nuestros días como instrumento popular, en algunos lugares como Escocia e Irlanda, se le dio un uso militar. Posiblemente en tiempos de la dominación mora ya había xeremíes en Mallorca, teniendo en cuenta que en los siglos XI y XII tuvo su gran apogeo este instrumento en el mundo islámico. Esta Xeremía de origen árabe debió desaparecer con la conquista catalana, ya que al parecer, los catalanes llevaron su propia cornamusa a la isla. En los tiempos del Reino de Mallorca había en la corte un xeremier encargado de alegrar la vida y las fiestas del castillo. Para mantener y mejorar su preparación musical, el rey se encargaba de mandarlos a estudiar a tierras lejanas. Así se conseguía mantener un buen nivel musical entre los músicos de la corte. Con el paso del tiempo, este instrumento, otrora cortesano, acabó siendo mayormente popular, desapareciendo de la vida del castillo y de la ciudad, quedando más bien en manos de pastores, que yendo día y noche tras su rebaño, acompañaban su soledad con la música de la xeremía o bien el flabiol (flauta), dejando oír su sonido entre las montañas. Con el tiempo, el xeremier y el flabiolier, acabaron uniéndose para formar la Colla de Xeremiers. Así, al unir melodía y percusión, se vieron capacitados para interpretar cualquier tipo de melodía bailable. De esta manera, estos instrumentos se incorporaron a todo tipo de fiestas, bailes, procesiones y actos religiosos.

A principios del siglo XX empezó la decadencia de estos instrumentos, llegando a quedar apenas unas siete u ocho coles, que participaban, sobre todo, en los pasacalles de las fiestas de pueblo. Con la aparición de las Verbenas, de las rocolas, el cine, la radio y la televisión, la invasión cultural por parte de los estados más poderosos hizo que la gente ya no tuviera suficiente con Jotas y Boleros. La demanda de Valses, Polcas, Rumbas, Mazurcas, etc., evidenció la falta de recursos musicales de las Collas de Xeremiers. La Xeremía quedó estancada en su antiguo repertorio musical ampliándolo muy poco: el himno republicano durante la República, la Marcha Real durante la dictadura, el “Que viva España” para entretener a los turistas, y poco más. En los años 70 surgió un grupo de personas preocupadas por lo que parecía una inminente pérdida de este instrumento. Se pusieron a trabajar para poder recobrarlo y evitar lo que habría sido una pérdida incalculable para el patrimonio musical mallorquín. Rebuscando entre los viejos instrumentos que aún existían, investigaron cómo eran y utilizando nuevos materiales, consiguieron recuperar la xeremía, el flabiol y el tamboril, empezaron poco a poco a construir nuevos instrumentos. Todo ello acompañado por un minucioso trabajo de recuperación de viejas canciones y melodías, pudiendo devolver así al pueblo un tesoro de su arte popular. Por otra parte, existen varias escuelas de xeremiers. A lo largo de estos últimos años han ido surgiendo un gran número de aficionados y aficionadas, intérpretes, nuevos maestros y constructores, siendo ello un gran garante de la perdurabilidad de la tradición e identidad como pueblo. Entre los mejores maestros luthiers cabe destacar a Joan Morey por sus estudios sobre la construcción, la interpretación y la recopilación de melodías casi olvidadas de este instrumento. Al intérprete de la xeremía se lo denomina xeremier, y siempre forma pareja con un flabioler, que hace sonar el flabiol (pequeño flautín) con una sola mano (la izquierda), mientras que con su mano derecha percute el tambor (sostenido por una correa entre sus dedos índice y pulgar de su mano izquierda). Ambos son los que conforman la Colla (dúo) de Xeremiers.


La Colla de Xeremiers de Montuïri

Pau i Càndid

Xeremiers de Marratxi

Xeremiers des Puig de Sa Font

Xeremiers d'Artà

Xeremiers de Capdepera

Xeremiers del Dimoni

Xeremiers Orats de Pollença

Xeremiers de Montuïri

Xeremiers Es Reguinyol

Xeremiers de Petra

Xeremiers de Sóller

Xeremiers de Son Roca

Xeremiers de Sa Marina

Xeremiers Es Pineros

Xeremiers de Petra


















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