La Danza
de la Muerte o Danza Macabra es un género artístico
tardo-medieval cuyo tema era la universalidad de la muerte. Se trata de un
diálogo en verso y por tanto representable, en que una personificación alegórica
de la Muerte, como un esqueleto humano, llama a personas de distinta posición
social o en diferentes etapas en la vida para bailar alrededor de una tumba.
Típicamente estas figuras eran el Papa, el Obispo, el Emperador, el Sacristán,
el Labrador, etc. La muerte les recuerda que los goces mundanos tienen su fin y
que todos han de morir. Se cree que las Danzas Macabras eran de hecho
bailadas y representadas teatralmente en el siglo XIV. Este macabro espectáculo
se desarrolló en toda la literatura europea, procedente de Francia.
En Escocia,
por ejemplo, aparece en el “Lament for the Makaris” del poeta
escocés William Dunbar. El tema de la muerte dominó la Baja Edad Media
y frente a ella no había resignación cristiana, sino terror ante la pérdida de
los placeres terrenales. Presenta, por un lado, una intención religiosa:
recordar que los goces del mundo son perecederos y que hay que estar preparado
para morir cristianamente. Las epidemias tan frecuentes y destructivas en aquel
tiempo, como la Muerte Negra, trajeron antes que la imaginación popular el
asunto de la muerte y su oscilación universal. El movimiento dramático que se
desarrolló llevó a su tratamiento en la forma dramática. En estas obras la
muerte no aparece como el destructor, pero si como el mensajero de Dios que
convoca a los hombres al mundo más allá de la tumba, una familiar concepción de
la Santa Biblia y de los poetas antiguos. El movimiento de los personajes fue
un desarrollo posterior, puesto que primero la muerte y sus víctimas se movían
de manera lenta y dignificada. Pero la Muerte, actuando el papel de un
mensajero, tomó naturalmente la actitud y movimiento de su tiempo, es decir los
violinistas y otros músicos, y La Danza De La Muerte fue el
resultado. El propósito de estas obras era enseñar la verdad acerca de que
todos los hombres deben morir y por consiguiente deben prepararse para aparecer
ante su Juez. También tuvo expresión artística, mereciendo destacarse los
grabados que hicieron Hans Holbein el Joven (publicados en
1538) y Heinrich Aldegrever (1541). Ya en el siglo XIX, el
caricaturista Thomas Rowlandson lanzó otra versión grabada de tono más
humorístico.
La escena de
la obra normalmente era el cementerio o la parte trasera de la iglesia, aunque
a veces puede haber sido la misma iglesia. El espectáculo era abierto por un
sermón acerca de la certeza de la muerte a cargo de un monje. Al cierre del
sermón provenían delante de las sepulturas, normalmente situada en el
cementerio, una serie de figuras cubiertas con la tradicional máscara de
calavera, un traje de lino ajustado, pintado con líneas amarillentas para
parecer un esqueleto. Uno de ellos se dirige a la víctima, que es invitada a
acompañarlo más allá de la tumba. La primera víctima normalmente era el Papa o
el emperador. La invitación no se considera un favor y varias razones se dan
para rechazarla, pero éstas se encuentran insuficientes y finalmente la muerte
lleva a su víctima lejos. Un segundo mensajero ase la mano de una nueva
víctima, un príncipe o un cardenal, que son seguidos por otros representando
las varias clases sociales, el número usual era veinticuatro. La obra era
seguida por un segundo sermón reforzando la lección de la representación. Los
rastros más viejos de estas obras se encuentran en Alemania, pero hay un texto en
español para una actuación dramática similar con fecha anterior al año 1360,
"La Danza General de la Muerte". Otras representaciones
dramáticas similares son: en Bruñes ante el Duque Felipe el Bueno de Borgoña en
1449; en 1453 a Besançon, y en Francia en los Cimetière des Inocente cerca de
París en 1424. Estos parecidos espectáculos eran conocidos en Inglaterra, como
en el caso de John Lydgate con "La Danza de la Muerte" escrito
en la primera mitad del siglo XV. En Italia además del tradicional baile de la
muerte aparecen espectaculares representaciones de la muerte como la llamada
"Trionfo della Morte". En Florencia, en 1559. el "Triunfo
de la Muerte " formó parte de la celebración del carnaval. Se
representaba de la siguiente manera: después de la oscuridad un gran carro,
tapizado de negro y tirado por bueyes, camina a través de las calles de la
ciudad. Al final del eje se veía el Ángel de la Muerte tocando la trompeta. En
el techo del carro estaba una gran figura de la Muerte llevando una guadaña y
rodeada por ataúdes. Alrededor de los carros se cubrían tumbas que se abrían
siempre que la procesión se detenía. Hombres vestidos con prendas negras en las
cuales estaban pintados cráneos y huesos. Mientras marchaban la compañía entera
cantaba el Miserere con las voces temblorosas. Uno de los cuadros más viejos de
la danza de la muerte está en el Cemetière des Inocente en París (1425). El
historiador y filósofo Clemens Baeumker Bäumker, en el
"Kirchenlexikon" del Pastor, enumera siete Danzas de la Muerte francesas
que datan del siglo XV, tres del siglo XVI, tres del siglo XVII, siete de fecha
incierta, cinco en Inglaterra, y cuatro en Italia
Danza
de la Muerte de Tallin (Estonia), conservada en la Iglesia de San Nicolás
Danza
de la Muerte de Lübeck - Bernt Notke (1463)
Danza Macabra de la Ferté-Loupière (Francia)
Danza
Macabra de Paris en la edición de Guyot Marchand, 1486
Danza
Macabra Ronda - Claustro de Morella (España)
Frans
Francken el Joven - Detalle de Danza Macabrz
La
Chaise-Dieu - Lado norte de la abadía con dos paneles de la Danza de la Muerte
La
Chaise-Dieu - Lado norte de la abadía con dos paneles de la Danza de la Muerte
La
Danza Macabra del Cementerio de los Santos Inocentes de París
Trionfo
della Morte - Fresco Galería Regional del Palazzo Abatellis, Palermo
Trionfo
della Morte - Fresco Galería Regional del Palazzo Abatellis, Palermo
Trionfo
della Morte - Fresco Galería Regional del Palazzo Abatellis, Palermo
Trionfo
della Morte - Fresco Galería Regional del Palazzo Abatellis, Palermo
Trionfo
della Morte - Fresco Galería Regional del Palazzo Abatellis, Palermo
Tres
jóvenes reyes enfrentados por tres esqueletos
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