Danza Prima (España)
La Danza Prima se extiende por casi toda Asturias, siendo casi exclusiva de ahí. Es colectiva (participa todo aquel que lo desee), circular, los participantes unidos por las manos (siendo una de las formas más comunes por los meñiques), o por los brazos, forman un corro que se ensancha o se estrecha a la vez que rota en sentido contrario a las agujas del reloj, todo esto a la vez que cantan la tonada a capela.
Puede ser cerrada o abierta, y coral, es decir, sin instrumentos, siendo un danzante quien lleva la voz principal y el resto hace el coro. El paso es sencillo, repetido e igual. La denominación de Danza Prima no es general ya que en muchos lugares se la conoce únicamente por Danza, en otros se la apellida de San Pedro, de San Juan o Santa Ana, por ser estos los días en que mayoritariamente se realizan, y aquellos los patronos a quienes se homenajea. Ocasionalmente llega a recibir otros nombres como “Casaquina” (en Cabranes), la danza de los “Caraquiños” (en Siero), la ”Sora Juana” (en Mieres). Las danzas se bailan durante todo el año en diferentes zonas, pero cabe destacar cinco fechas en especial, las cuales tienen gran tradición en Asturias y son el referente de la Danza Prima. Estas cinco danzas tienen lugar en distintas poblaciones asturianas, y se las denomina de acuerdo al santo/santa del día en que se celebra su onomástico. Son: la de San Juan (en Mieres), Santa Ana (en Naves de Llanes), San Pedro, Santa Ana y Carmen. En Avilés tiene gran tradición la Danza Prima que se baila en diferentes fechas del año. En la festividad de San Juan se danza alrededor de la hoguera, que tradicionalmente se celebra en la Plaza de Pedro Menéndez, el 28 de julio, festividad de Santa Ana.
La primera descripción de la Danza Prima la ofreció el escritor y político Gaspar de Jovellanos en el siglo XVIII, en una carta dirigida a Antonio Ponz, en la cual cuenta que cada sexo forma su danza separadamente, aunque las danzas de los hombres se parecen en forma a las de las mujeres, hay entre ellas diferencias notables. Todos los danzantes semejan reunirse en una rueda asidos de las manos al son del canto, sin perder ni interrumpir jamás ni el sitio ni la forma. Los hombres danzan al son de un romance de ocho sílabas, cantado por algunos de los mozos que más se destacan en la comarca por su clara voz y por su buena memoria, y a cada copla o cuarteta, el resto responde con un estribillo que consta de sólo dos versos o media copla. Los romances suelen ser de guapos o valentones, pero los estribillos contienen siempre alguna deprecación a la Virgen, a Santiago, San Pedro u otro santo famoso, cuyo nombre sea asonante con la rima general del romance. Esto hizo presumir a Jovellanos que tales danzas venían desde tiempos del paganismo y que en ellas se cantaban alabanzas a los héroes, alternadas con himnos a los dioses. Aunque tampoco le pareció extraño que pudieran haber sido llevada por los romeros (peregrinos), porque tienen cierto sabor a usos y estilos litúrgicos de la Edad Media. En el siglo XVIII los hombres que danzaban portaban palos, lo que ocasionaba que muchas veces, en medio del baile, comenzara una batalla de garrotazos. Esto ocasionó que en 1782, las autoridades civiles y eclesiásticas, prohibieran que hombres y mujeres dancen juntos para evitar los desmanes. En 1808 Carlos IV firmó un bando que prohibía que cualquier día o noche se junten las cuadrillas de asturianos, con palos o sin ellos, para bailar la Danza Prima. Los contraventores eran enviados a los presidios de África por seis años, por perturbar la tranquilidad pública. Más adelante, ya no se prohibió la danza, sino llevar armas. Actualmente el baile se termina lanzando vivas menos agresivos.
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