Diablos Danzantes de Yare (Venezuela)
Los Diablos Danzantes de Yare son una festividad religiosa que se
celebra en San Francisco de Yare, Estado Miranda (Venezuela), el día de Corpus
Christi, llevada a cabo por las “Sociedades del Santísimo”. Su origen
se remonta al siglo XVIII, siendo esta hermandad la más antigua del continente
americano. La fraternidad de diablos está dividida en un orden jerárquico,
representado en sus máscaras. Cada jueves de Corpus Christi (nueve semanas
después del Jueves Santo), se hace una danza ritual de los llamados Diablos
Danzantes, donde se rinde culto al Santísimo Sacramento y se celebra el
triunfo del bien sobre el mal. La celebración comienza el martes, donde se
cantan fulías (ritmo típico de la costa venezolana), se recitan décimas y se
rezan rosarios y salves hasta el amanecer. El jueves salen los promeseros
vestidos de Diablos. Se visten trajes coloridos (normalmente completamente de
rojo), capas y máscaras de apariencia grotesca, además de adornos como cruces,
escapularios, rosarios y otros amuletos. Los Diablos danzan al son del repique
de la caja, un tambor típico. Bailan en las calles del pueblo para luego
arrodillarse al unísono frente a la iglesia, permaneciendo postrados en señal
de respeto al Santísimo mientras el sacerdote los bendice. La música y el baile
continúan mientras los Diablos (quienes pagan una promesa religiosa al
convertirse en demonios de rojas vestiduras y coloridas máscaras, visitan las
casas de algunos Diablos difuntos. La fiesta termina cuando al final de la
tarde suenan las campanas de la iglesia y la hermandad se dispersa hasta el año
siguiente. La danza consiste en una procesión por el pueblo en la cual los
Diablos bailan hasta llegar a la puerta de la iglesia, en donde se entabla una
especie de lucha entre los Diablos y su custodia.
Esta fiesta de los Diablos proviene de varias versiones desde sus
comienzos hasta la llegada a Venezuela. La primera versión se sitúa en la Edad
Media, hacia 1208, cuando la religiosa Juliana de Cornillon promovió la idea de
celebrar una festividad en honor al cuerpo y la sangre de Cristo presentes en
la Eucaristía. Así se celebró por primera vez en 1246 en la Diócesis de Lieja
(Bélgica). La segunda versión se sitúa hace 400 años, cuando se cuenta que unos
sacerdotes no tenían suficiente dinero ni creyentes para sacar la procesión de
Corpus Christi, y en vista de esto expresaron: “si no hay creyentes para sacar
al Santísimo, que vengan los diablos entonces”. El cielo empezó a centellar,
desatando una fuerte tormenta, dando como resultado que en pocos segundos
emergieron frente a la iglesia algunos diablos que entraron a la misma a
oficiar la misa, y según cuentan, esta es una de las razones por las que hoy en
día se sigue realizando esta tradición. Una tercera versión cuenta que en 1740
fue el primer año o la primera vez que se presentaron los Diablos de Yare. En dicho
momento era época de sequía y los pueblerinos desesperados por perder la
cosecha, pidieron a Dios que llueva, y luego en ese año llovió torrencialmente,
y en agradecimiento el pueblo se ofreció a vestirse de Diablos. Los Diablos
tienen diferentes jerarquías, que son: tres capataces, 5 arreadores, primer y
segundo cajero, auxiliares, una capataz mujer, asistente del primer capataz,
asistente del segundo capataz, porta estandarte, promeseros y promeseras, mil
hombres y mil mujeres vestidos de rojo, un padrino y una madrina. En cada una
de las comunidades la vestimenta, bailes e instrumentos son diferentes, pero
tienen en común una ceremonia plena de religiosidad popular, devoción y fe
desprendida, en la que concurren elementos de las culturas africana y nativa.
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