Danza de las Tijeras (Perú)
La Danza de Tijeras, Danzaq o Danza de Gala, es una
danza indígena originaria de la región de Ayacucho, Perú, cuyo marco musical es
provisto por violín y arpa. Posteriormente se difundió a las regiones de
Huancavelica y Apurímac. En Huancavelica al danzante se lo denomina Tusuq,
mientas que en Apurímac la danza se denomina Gala y a la pareja de bailarines
se los denomina Danzaq.
Los campesinos la llamaban “Supaypa Wasin Tusuq”, el danzante de la casa del diablo. Posteriormente se popularizó la denominación de Danza de Tijeras, por las tijeras que los bailarines llevan en la mano derecha y que las entrechocan mientras bailan. Según los sacerdotes de la colonia, su lado mágico obedece a un supuesto pacto con el diablo, debido a las pruebas que se ejecutan en la danza. Estas pruebas se denominan Atipancuy. El instrumento central de la danza son las tijeras, elaboradas de dos placas independientes de metal, de aproximadamente 25 cm de largo, y que juntas tienen la forma de un par de tijeras de punta roma. Actualmente las regiones de mayor difusión de esta danza son Huancavelica, Ayacucho, Junín, Apurímac y Lima. El Instituto Nacional de Cultura de Perú la reconoció como Patrimonio de la Nación en el año 1995. El 16 de noviembre de 2010 fue reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por su antigüedad y valor simbólico. Los danzantes de tijeras descienden de los “tusuq laykas”, que eran sacerdotes, adivinos, brujos y curanderos prehispánicos perseguidos durante la época de la colonia.
Los campesinos la llamaban “Supaypa Wasin Tusuq”, el danzante de la casa del diablo. Posteriormente se popularizó la denominación de Danza de Tijeras, por las tijeras que los bailarines llevan en la mano derecha y que las entrechocan mientras bailan. Según los sacerdotes de la colonia, su lado mágico obedece a un supuesto pacto con el diablo, debido a las pruebas que se ejecutan en la danza. Estas pruebas se denominan Atipancuy. El instrumento central de la danza son las tijeras, elaboradas de dos placas independientes de metal, de aproximadamente 25 cm de largo, y que juntas tienen la forma de un par de tijeras de punta roma. Actualmente las regiones de mayor difusión de esta danza son Huancavelica, Ayacucho, Junín, Apurímac y Lima. El Instituto Nacional de Cultura de Perú la reconoció como Patrimonio de la Nación en el año 1995. El 16 de noviembre de 2010 fue reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por su antigüedad y valor simbólico. Los danzantes de tijeras descienden de los “tusuq laykas”, que eran sacerdotes, adivinos, brujos y curanderos prehispánicos perseguidos durante la época de la colonia.
El Danzaq es el danzante de tijeras, que en las tradiciones orales de la
zona de Chanca se lo considera como un ser mítico diabólico por recitar "taytachay
juanikillo" que significa “diablo, padre mío”. El Danzaq lleva en
sus manos durante la danza dos tijeras llamadas “hembra” y “macho”, que vienen
del tiempo en que los danzantes eran explotados en la actividad minera por los
colonizadores españoles. La enseñanza del Danzaq se transmite de generación en
generación y por lo general, se inicia durante la infancia. La Danza de Tijeras
puede ser de diferentes tipos, por ejemplo la Danza Mayor o de Competencia; la
Danza Menor o “Qolla alva”, que se baila en las noches; y zapateos, ejecutados
en las festividades navideñas. En la Danza de Competencia, los bailarines
bailan por turnos, retándose el uno al otro a superar el riesgo de los pasos
que realizan. A esta competencia se la conoce como “atipanakuy”, “hapinakuy”,
“tupanakuy”,
entre otros. En la sierra se baila desde abril hasta noviembre, en todas las
fiestas agrícolas y religiosas importantes. Cada melodía corresponde a unos
pasos: Pasacalle, para marchar por las calles; Wallpa Wajay, cuando son
las tres de la mañana y canta el gallo. Durante el día, se toca en tono mayor,
por la noche, en tono menor. El primer día (Anticipo), llegan al
pueblo los músicos y danzantes. A las doce de la noche, en secreto, hacen la
ofrenda a Huamani en la plaza. El segundo día (Víspera), desfilan por
las calles y bailan en contrapunto hasta las ocho de la noche. El tercer día (Día
Central), se hacen pruebas de magia, se traspasan agujas y espinas, y
demostraciones de equilibrio y acrobacias. El cuarto día (Cabildo), se baila de
nuevo hasta las ocho de la noche, y el quinto día (Despacho), regresan a su
lugar de origen. Al final de la fiesta la gente de la comunidad elige al
ganador.
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