Raï (Argelia)
La música Raï es para Argelia lo que el Reggae es para Jamaica: su banda sonora, orgullo y embajador cultural. El universo tonal rítmico del Raï se originó alrededor de 1900, en el oeste de Argelia con su centro en la ciudad portuaria de Oran y otras ciudades como Relizane o Side Bel Abbés. Sus orígenes yacen en las antiguas tradiciones religiosas musulmanas y la música folclórica beduina. La palabra ra e y significan algo así como "punto de vista"; "opinión" o "consejo" y procede de la época en que el cheikh ("señor", "maestro"), poeta de la tradición melhun del siglo XVI, impartía sabiduría y consejo en forma de poesías cantadas en dialecto local. Un elemento importante para su gran popularidad ha sido que es un estilo muy bailable, con letras sencillas pero características. Durante la década de 1920, los maestros y maestras del Raï tradicional oranés, tales como Cheikh Khalid, Cheikh Hamada o Cheikha Remitti, representaban la cultura beduina tradicional. Su repertorio era doble. La tendencia oficial celebraba la religión, el amor y los valores morales durante las fiestas de los santos de las tribus, las bodas o las circuncisiones. La tendencia profana, apartada de la comente ortodoxa de la ley islámica, estaba prohibida y se cantaba sobre todo en las tabernas. Bailarinas y músicos ambulantes hablaban del alcohol y los placeres de la carne, con letras que surgían crudas, orgullosas de sus transgresiones. Estas dos formas constituyeron los orígenes del Raï moderno que se desarrolló en los años 70 con el desmoronamiento de la sociedad argelina tradicional. Durante la década del 30 se cantaba el Wahrani, una adaptación del melhun con acompañamiento de üd, acordeón, banjo o piano. Esta música se entremezclaba con distintas influencias musicales árabes, así como con otras españolas, francesas y latinoamericanas. De esta forma hacia la década del 50, con Cheikha Remitti, esta música, que en sus orígenes sólo contaba con unos pocos cantantes, terminó por ser aceptada en todo el territorio argelino. "Peor para mí, también para ti" es el leitmotiv de la canción Raï, que surge improvisada en cada texto como una escritura colectiva, que traduce el grito de amor y de revuelta existencial de una juventud argelina perdida, ociosa, desintegrada en un espacio urbano en pleno estallido. Es en esta juventud dispersa, buscando aferrarse a la vida a manos llenas, sin preocupaciones que la búsqueda de la identidad, que el Raï puso su fuerza y su brillo. Los instrumentos tradicionales del Raï son; la flauta, la darabukka y el bendir, se adaptaron la guitarra eléctrica y el pedal wha wha, como en el caso de Mohamed Maghnni, o la trompeta y el saxofón, como en el caso de Bellemou Mesaaoud. El encuentro en 1974 del trompetista Messaoud y del jazzero Safi Boutella marcó el nacimiento del Pop-Raï. Hacia finales de la década del 70 con la aparición de los sintetizadores y las cajas de ritmo, el Raï se impregnó de estilos: Rock, Pop, Funk, Reggae, Disco, sobre todo de la mano de Mohamed Maghnni, aunque también de Rachid y Fethi Baba Ahmed, impulsores de la difusión Raï. El Raï tradicional habla del alcohol, del amor, pero nadie entre los ancianos tiene en cuenta los sentimientos, las inquietudes, los problemas que resurgen en las canciones. Fue así que se dio el rejuvenecimiento de las melodías polvorientas. Pero a principios de la década del 80 el Raï se vio realmente catapultado a la categoría de música nacional gracias a la llegada de nuevos cantantes, los Chebs (palabra que significa "hombre joven"): Cheb Hasni, Cheba Favila, Cheb Khaled, Cheb Mami, Cheb Sahraoul, Cheba Zahouania, Cheb Kader, Abder Alí Slimani y Bouchenek Brothers. Esta nueva música mezcla instrumentos tradicionales con sintetizadores, caja de ritmos electrónica y bajos para adaptar las viejas melodías a los tiempos actuales.
El Raï es la explosión de los sentimientos por la canción mas bien que por las armas, como en el Rap, es la necesidad de expulsar un malestar, pero en lugar de hacer surgir la violencia y el odio, la juventud canta. La necesidad de expresarse es muy fuerte. Nuestras sociedades reprimen los sentimientos e imponen una línea de vida. El combate por la libertad se hace cantando. Eso es el Raï: hacer retroceder la opresión y las prohibiciones en las canciones. Esta música ha sido muy combatida en su Argelia natal, de hecho su transmisión en radio estuvo prohibida hasta 1985 y a pesar de los gobiernos por acallarlo, se ha esparcido por todo el mundo. El primer festival de Raï se celebró en Oran en 1985. El gobierno confrontado con la pasión de la juventud argelina, acabó reconociendo finalmente al Raï como música nacional, reconocimiento tachado de intolerable por ciertos grupos extremistas que llegaron hasta el asesinato de algunos artistas como Cheb Hasni y Lounes Matoub. En 1986 se llevó a cabo en Bobigny un Festival Raï ya mítico. En la década del 90 ganó popularidad fuera de Argelia, el tema Didí de Khaled. Fue muy aclamado tanto por la crítica como por el público. La música despierta en los europeos las ganas de viajar y provocan en los emigrantes del Maghreb (África del Norte), una nostalgia alegre. El 15 de mayo del año 2006 falleció en París la cantante argelina Cheikha Rimitti, a los 83 años, víctima de un infarto. Considerada como "la madre del Raï", logró su popularidad en los años 50 por el carácter transgresor de sus canciones. Se convirtió en todo un referente en 1986 cuando el Ministro de cultura francés Jack Lang la invitó a participar en un festival de música. Natural de Oran, Rimitti logró fama mundial gracias a su disco Sidi Manssur grabado en el 93 con el ex líder del grupo King Crimson, Robert Fripp, el bajista de los Red Hot Chilli Peppers, el guitarrista de los Dead Kennedys y Frank Zappa. El hecho de que el Raï tenga letras en una lengua desconocida para nosotros y que su mensaje, esa "opinión" a la que hace referencia el término, no sea transmitido exitosamente, no nos impide gozar, vibrar, sentir y bailar con ésta música. Cosa que de cierto modo, nos lleva a entenderla finalmente.
El Raï es la explosión de los sentimientos por la canción mas bien que por las armas, como en el Rap, es la necesidad de expulsar un malestar, pero en lugar de hacer surgir la violencia y el odio, la juventud canta. La necesidad de expresarse es muy fuerte. Nuestras sociedades reprimen los sentimientos e imponen una línea de vida. El combate por la libertad se hace cantando. Eso es el Raï: hacer retroceder la opresión y las prohibiciones en las canciones. Esta música ha sido muy combatida en su Argelia natal, de hecho su transmisión en radio estuvo prohibida hasta 1985 y a pesar de los gobiernos por acallarlo, se ha esparcido por todo el mundo. El primer festival de Raï se celebró en Oran en 1985. El gobierno confrontado con la pasión de la juventud argelina, acabó reconociendo finalmente al Raï como música nacional, reconocimiento tachado de intolerable por ciertos grupos extremistas que llegaron hasta el asesinato de algunos artistas como Cheb Hasni y Lounes Matoub. En 1986 se llevó a cabo en Bobigny un Festival Raï ya mítico. En la década del 90 ganó popularidad fuera de Argelia, el tema Didí de Khaled. Fue muy aclamado tanto por la crítica como por el público. La música despierta en los europeos las ganas de viajar y provocan en los emigrantes del Maghreb (África del Norte), una nostalgia alegre. El 15 de mayo del año 2006 falleció en París la cantante argelina Cheikha Rimitti, a los 83 años, víctima de un infarto. Considerada como "la madre del Raï", logró su popularidad en los años 50 por el carácter transgresor de sus canciones. Se convirtió en todo un referente en 1986 cuando el Ministro de cultura francés Jack Lang la invitó a participar en un festival de música. Natural de Oran, Rimitti logró fama mundial gracias a su disco Sidi Manssur grabado en el 93 con el ex líder del grupo King Crimson, Robert Fripp, el bajista de los Red Hot Chilli Peppers, el guitarrista de los Dead Kennedys y Frank Zappa. El hecho de que el Raï tenga letras en una lengua desconocida para nosotros y que su mensaje, esa "opinión" a la que hace referencia el término, no sea transmitido exitosamente, no nos impide gozar, vibrar, sentir y bailar con ésta música. Cosa que de cierto modo, nos lleva a entenderla finalmente.
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