La Plena encuentra sus raíces principales en la ciudad de Ponce, en la costa sur de Puerto Rico. Por su gran movimiento agrícola, en especial con la caña de azúcar, a principios del Siglo XX Ponce ofrecía oportunidad de trabajo no sólo a los boricuas sino también a otros residentes de las islas vecinas del Caribe. Así llegaron como inmigrantes los esposos John Clark y Catherine George procedentes de Barbados. Parte de su escaso equipaje incluía una guitarra y un pandero o tambourine. Sin hogar y sin dinero, ambos solían cantar al frente de una pequeña tienda La Joya del Castillo, que marcaba la entrada al sector arrabalero. Su música tenía una cadencia distinta a los ritmos conocidos en Puerto Rico por esa época. Quizás era una especie de Calipso primitivo. De hecho, en su estructura melódica y rítmica, la Plena de la primera mitad del Siglo XX, comparte elementos del Calipso de Trinidad, del Merengue dominicano, del Romance español, de la balada inglesa y del Porro colombiano. Varios músicos locales aficionados compartían los ratos de ocio musical con los Clark, y poco a poco fundaron las bases de lo que hoy se conoce como Plena portorriqueña. En los primeros años del Siglo XX, muchos músicos boricuas de origen humilde tenían que fabricar sus instrumentos. En los inicios las panderetas se las hacía con cajas de madera de empaquetar queso, de forma redonda, a las que se les montaba el cuero, preferentemente de chiva, que era estirado con el fuego. Más tarde se utilizaron frenos de automóviles que daban mejor sonido. Además de tener sus raíces musicales de herencia africana, la Plena también fue influenciada por la música de jíbaros basadas en las tradiciones de españoles y de marroquíes, y en la música de los salones de baile al estilo de Europa. Durante la época en que muchos trabajadores se trasladaron del campo a San Juan y otras áreas urbanas, la Plena se hizo parte de la vida cultural urbana, tocada para entretenimiento y en las funciones sociales informales. Un conjunto tradicional de Plena requiere tres panderetas. Además se utilizan dos tambores que también son típicos. Uno se llama la seguidora, que provee la base rítmica; y el segundo llamado requinto, tiene el rol principal y refuerza y acentúa partes del ritmo. Otro instrumento importante es el güiro que principalmente se lo usa para tocar un ritmo fijo. Otros instrumentos pueden incluir un cuatro o una guitarra, un tambor de conga y una maraca. También se pueden usar acordeón o armónica pero no son muy frecuentes.
Rafael Cepeda Atiles
Algunos conjuntos actuales incluyen trompeta, clarinete y otros instrumentos viento. Las líricas tratan de los eventos cotidianos por lo que se dice que es un periódico cantado. Los cantantes recitan las noticias del día y satirizan a los políticos o cantan sobre los escándalos de última hora. Algunas Plenas son divertidas, juguetonas o simplemente chistosas, sin relación alguna con las noticias, la política o las protestas. Los cantantes incluyen un solita y un coro que canta en una llamada y respuesta. El coro consiste en no más de dos cantantes, uno de los cuales puede cantar en armonía una octava más arriba, lo que se conoce como requintar. Como género de música folklórica, ha habido muchos buenos compositores, algunos bien conocidos en su día y en la actualidad. Quizás uno de los intérpretes y compositores más destacados fue Manuel A. Jiménez. También aparecieron figuras como Ismael Rivera y Rafael Cortijo. En los años 60 y 70 la Plena fue modernizada por los esfuerzos de artistas cono César Concepción y Mon Rivera, con la introducción de instrumentos al estilo de las Big Bands: trombones, congas y arreglos vocales en el estilo de soneos. Esto trajo un renacimiento del género, que ha florecido en los años 90 con estrellas nuevas como Plena Libre. Hace poco más de 80 años se grabó el primer disco de Plena. Desde entonces, el género se ha mantenido como las mareas que suben y bajan, que vienen y van, pero siempre en movimiento.
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