Nicolás Guillén Batista.
Periodista, poeta y político cubano, considerado por su obra como Poeta
Nacional de Cuba. Sus ideas revolucionarias lo mantuvieron en el exilio durante
los últimos años de la dictadura batistiana regresando a la isla tras el
triunfo rebelde de 1959. En la Cuba socialista que llegó al poder en 1959 se
integró al Partido Comunista y estuvo entre los fundadores de la Unión de
Escritores y Artistas de Cuba, siendo el primer presidente de esta
organización. Fue merecedor de la Orden José Martí en 1981.
José Martí (José
Julián Martí Pérez), fue el iniciador del movimiento modernista
poético, creador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la guerra
de Independencia de Cuba en 1895. Martí fue un apasionado de la
música. Consideraba a Ignacio Cervantes uno de los genios
de Cuba.
Los Coros de Clave son agrupaciones que surgieron a imitación de
los orfeones españoles que proliferaron durante el siglo XIX en Matanzas y La
Habana (Cuba), los dos sitios donde tuvo mayor presencia, muchas veces vinculado
a los cabildos de antecedentes africanos.
La Tumba Francesa es una manifestación cultural de música y danza
llevada al oriente de Cuba por los franceses y sus esclavos. Debido a la
situación creada por la Revolución haitiana durante el período comprendido
entre los años 1791 y 1804, ante el temor de perder las fuentes de riqueza,
muchos franceses asentados en esa porción de La Española decidieron probar
suerte en la mayor de las islas de las Antillas.
En las primeras décadas del siglo XIX, las canciones tradicionales
españolas y los estilos de baile indo-hispano-afro-franco-haitiano
fundamentalmente, influyeron en el nacimiento de una forma peculiar de música
conocida como Changüí, que surgió en el oriente cubano, específicamente en la
cordillera montañosa Guantánamo-Baracoa, denominada por muchos estudiosos como
verdadero emporio de géneros musicales que han sido celosamente guardado en el
imaginario cofre del folklore local, donde la mayoría de los cultores yacen en
el anonimato o el olvido.
El Jazz Afrocubano es un subgénero de Jazz surgido en la década
de 1940 e integrado en el llamado Jazz Latino, del cual fue su primer
ejemplo consolidado. Se trata de un ejemplo de género
de fusión, procedente de la interrelación entre el Be Bop y la música cubana
(en especial, el Son Montuno).
El término Filin es una versión españolizada del vocablo inglés
“feeling”, que en su raíz etimológica significa ”sentimiento”. Se ha convertido
en una palabra utilizada en musicología relacionada habitualmente con una
corriente moderna de la canción surgida en La Habana (Cuba), San Juan y,
paralelamente, en México en la década de 1940.
El Nengón tiene sus raíces en Guantánamo, Cuba. Su expresión se
ubica en un barrio llamado “El Cuero”, lugar donde vivía Candelario Matos, fiel
intérprete del género. El Nengón fue un género precursor del Son
y del Changüí. Evolucionó hasta convertirse en el Son
de Santiago de Cuba, y el Changüí al fusionarse con el Kimbá.
Se presume que el Nengón tiene más de cien años de creación. Se extiende por la
región del Cauto, manteniendo su repertorio original, con una muy peculiar
forma de tocarse y bailarse.
El Danzonete fue un género musical de vida efímera, variante del Danzón,
a la que le incorporó elementos del Son. Creado por el músico y
compositor Aniceto Díaz, en la ciudad de Matanzas en 1929. Revolucionó la
forma de tocar y bailar de los cubanos en la década de 1930 y alcanzó una fama
notable en la radio y la televisión cubana y en el mundo de la discografía
gracias a su fiel intérprete Paulina Álvarez, de prodigiosa voz,
a la que el pueblo bautizó como “la Reina del Danzonete”. A finales
de la década de 1920, el Danzón comenzó a decaer en la
preferencia del público.
En Cuba, en el siglo XIX, se produjo una fusión de la música negra con
la española. Esto marcó el surgimiento de dos variantes entre la población
negra: en oriente se desarrolló el Son, mientras que en el occidente
cubano, la Rumba, que tenía tres variantes principales: la Colombia
y el Yambú
(en Matanzas); y el Guaguancó (en La Habana). El Guaguancó
es especialmente contagioso y se canta en español. La tumbadora es el
instrumento principal del Guaguancó.
El Casino es un baile de salón creado en Cuba, donde confluyen
varios elementos aportados por sus antecesores en un proceso evolutivo y
orgánico. Surgió como una manifestación danzaría anónima, en el seno de las
clases populares urbanas, no se corresponde con ningún género, intergénero o
modalidad musical específica. Es un baile de diversión individual y colectiva,
no identifica a ningún mito religioso y sus movimientos no tienen alguna
significación particular. La dinámica se ve reflejada en la gran creatividad y
libertad de sus movimientos corporales y espaciales. Este estilo de baile
refleja hoy, con gran fuerza, el carácter propio del pueblo cubano. Constituye
una síntesis de los rasgos característicos de Cuba, es un compendio de todos
los componentes del país. Su popularidad y preferencia en el público se ha
mantenido durante cuatro décadas, por lo que ya forma parte del patrimonio
cultural. El Casino surgió en La Habana, a finales de la década del 50,
donde apareció como una forma de diversión de baile de pareja enlazada
caracterizada por estimular la creatividad a partir de la libertad de
movimientos. Su dinamismo y elegancia hicieron que muy pronto se propagara al
resto del país, lo que generó una serie de aportes por parte de los bailarines
que fueron complicando su coreografía con una serie de ejecuciones con las que
se pone a prueba la destreza de los participantes. El Casino, en la actualidad,
es el baile de salón con más auge y vigencia, es un evento socio-cultural, y
como tal, ha influido directamente en el desarrollo, creatividad y diversidad
del fenómeno de la música bailable en Cuba. El baile del Casino es practicado con
mayor o menor destreza por niños, jóvenes y adultos y en los más diversos
espacios.
El Casino se ha interpretado con todos aquellos géneros o
variantes musicales que estuvieron de moda y que por su ritmo permiten ejecutar
el paso básico, lo cual ha posibilitado que a través de todos estos años
permanezca vigente en el gusto de la gente. Muchos son los factores que han
incidido en el apogeo del Casino en Cuba y en el exterior,
pero entre los más importantes está la dimensión que ha tomado la música Salsa
en el ámbito internacional. Identificado como Baile de Salsa Cubano, se
ha convertido en el vehículo idóneo para disfrutar esta manera de hacer música,
aunque en ambas manifestaciones coincide el Son cubano como elemento
de origen. De igual forma, las parejas comenzaron a interactuar entre sí,
intercambiándose incluso durante el baile, lo que originó las llamadas Ruedas
de Casino, conformadas por dos o más parejas que realizan evoluciones
coreográficas a partir de las órdenes dadas por un guía. El boom internacional
experimentado por la Salsa a partir de finales de los años 70, fue un factor
predominante en la propagación del Casino, que ha conquistado a miles
de seguidores en todo el mundo, por lo que ha aumentado el número de academias
dedicadas a enseñar este baile, que luego de medio siglo, continúa vivo gracias
a su espontaneidad. El Casino se ha difundido
internacionalmente por diversas vías como espectáculos a turistas o a través de
giras internacionales de conjuntos folklóricos que lo incluyen en sus
presentaciones. Existen también festivales de Salsa en diversos países
como EEUU, México, Italia, España, Francia, Países Bajos y Japón, donde se
producen competencias de baile, cursos, espectáculos y otras actividades, que
además de mantener el boom del Casino, constituyen un verdadero
negocio.