Lazgi (Uzbekistán)
El Lazgi es una de las danzas folklóricas más antiguas y arraigadas de Uzbekistán, con sus orígenes en la región histórica de Khorezm (Corasmia). Aunque la documentación escrita es limitada, su historia se remonta a varios milenios, mucho antes de la era moderna, y se ha transmitido de generación en generación a través de la práctica oral y el movimiento.
Con el paso de los siglos y la influencia de las rutas comerciales de la Seda, el Lazgi comenzó a transformarse. Aunque mantuvo su profunda conexión con lo espiritual y emocional, se popularizó y se adaptó a la vida cotidiana. De ser un baile de rito, se convirtió en una pieza central de celebraciones sociales, especialmente en bodas, fiestas de primavera y otras reuniones comunitarias. A diferencia de las formas de danza más formales de las cortes, el Lazgi retuvo su carácter popular y su capacidad de ser interpretado tanto por bailarines profesionales como por aficionados, lo que garantizó su supervivencia y su constante evolución. La danza se convirtió en un medio para contar historias, expresar emociones y celebrar la vida en comunidad.
El Lazgi es un baile de progresión dramática, que evoluciona de movimientos lentos y controlados a un frenesí rítmico y enérgico. Se divide en fases que construyen una narrativa emocional.
• Desarrollo (Aumento de Intensidad): A medida que el ritmo musical se acelera, el bailarín comienza a incorporar movimientos más amplios y dinámicos. Las rodillas se flexionan, el torso se inclina y los brazos se extienden. Aquí, el bailarín se mueve con pasos cortos y firmes, arrastrando los pies en el suelo, lo que crea un sonido rítmico que se une a la música.
• Clímax (Vigor y Expresividad): La danza alcanza su punto culminante. El ritmo de la música se vuelve muy rápido y la danza se transforma en una explosión de energía. Los bailarines giran, saltan y ejecutan movimientos de pecho y hombros vibrantes y rápidos. Las expresiones faciales se vuelven intensas, reflejando una pasión desbordada y una completa inmersión en la música.
Simbolismo de los Movimientos Corporales
• Movimientos de las Manos y Brazos: Son el “corazón” del Lazgi. Los gestos no son aleatorios; cada uno es una palabra en un lenguaje no verbal. Pueden simbolizar la siembra y la cosecha, la oración o incluso un lamento. La ondulación de los dedos se interpreta a menudo como una representación del movimiento del agua o la brisa.
• Movimientos de Torso y Hombros: El movimiento de hombros, en particular, es un rasgo distintivo del Lazgi. Son movimientos rápidos y vibratorios que, cuando se combinan con el balanceo del torso, transmiten una energía eléctrica y un profundo sentimiento de alegría o euforia.
La danza Lazgi es inseparable de su música, que establece el ritmo y la atmósfera. La música es lo que “conduce” la danza a través de sus fases emocionales.
La música del Lazgi está intrínsecamente ligada al ciclo rítmico de Ufor. Este es un patrón rítmico que comienza lentamente y se acelera progresivamente. Esta estructura de aceleración gradual es la que permite al bailarín pasar del movimiento contemplativo y suave a la energía frenética del clímax.
La orquesta del Lazgi es una sinfonía de instrumentos tradicionales que crean la atmósfera perfecta:
• Percusión (Doyra y Nagara): El tambor de marco doyra y el tambor de doble cara nagara son los instrumentos más cruciales. Son los que marcan el ritmo del Ufor y guían la progresión de la danza. Sus toques se vuelven más complejos y rápidos a medida que avanza la pieza.
• Cuerdas (Dutâr, Tanbur y Gijak): El dutâr y el tanbur (instrumentos de cuerda de mástil largo) proporcionan la melodía base, con ricas resonancias. El gijak (un violín de espiga) a menudo añade una melodía más aguda y melancólica en las secciones lentas.
• Viento (Surnay y Koshnay): Estos instrumentos de viento de doble caña, similares a las chirimías, añaden una capa melódica penetrante y distintiva, especialmente en las secciones más rápidas de la danza.
En 2019, el Lazgi fue inscrito en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Este reconocimiento fue un paso crucial para asegurar su preservación, promoviendo su estudio, práctica y difusión a nivel mundial.
El Lazgi sigue siendo una parte viva de las bodas y celebraciones familiares en Khorezm. Sin embargo, también se ha convertido en una forma de arte profesional. Las escuelas de danza y los conjuntos estatales en Uzbekistán, como el famoso Grupo de Danza del Estado de Khorezm, han codificado y estilizado el Lazgi para presentaciones teatrales. Esto ha permitido que la danza se presente en escenarios internacionales, llevando la cultura de Uzbekistán a audiencias de todo el mundo y ganándose su lugar como un símbolo de la identidad nacional uzbeka.
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