Mana-Chica do Caboio (Brasil)

 

 

Mana-Chica do Caboio es una danza que surgió alrededor de 1780 y que supuestamente fue inventada por una señora llamada Francisca, una dama “bailarina” y “amiga de las fiestas”. Su formación coreográfica y movimientos corporales son considerados un tipo de Square Dance, con características de Minuetos franceses, revelando el hibridismo cultural de los pueblos indígenas, africanos y portugueses en el municipio de Campos dos Goytacazes, Río de Janeiro, entre las localidades de Lagoa Feia y Mussurepe, en el distrito de Santo Amaro, en el municipio de Campos dos Goytacazes.

Esta danza se considera casi extinta, pues ya no existe la tradición de realizarla en épocas de zafra de caña de azúcar, como se hacía antes. Y sólo hay un grupo de teatro en la ciudad formado íntegramente por mujeres que todavía actúa. Se encuentran pocas fuentes bibliográficas y existe poca investigación sobre su potencial en la enseñanza.

Según Ribeiro (1977), el Mana-Chica do Caboio no es sólo una danza, es una celebración seguida de canciones, es decir, una fiesta popular y tradicional que reúne las costumbres o hábitos de un pueblo. Su música tiene variaciones. El Mana-Chica también se bailaba en Santa Rita, en el pueblo de Lagoa de Cima. Una variación coreográfica de Mana-Chica se llama Mana-Joana, “una danza típica del municipio de Campos dos Goytacazes, considerado un tipo de pandilla francesa.

El Mana-Chica do Caboio fue reconocido como patrimonio mediante resolución núm. 001/2011, artículo. 3º de la Ley 7.527/2003.

Su historia y memoria están registradas a través de los libros “A Planície do Solar de da Senzala”, de Alberto Lamego Filho (1996), “Muata Calombo”, de Orávio de Campos Soares (2004) y “Folclore do açúcar” de Joaquim Ribeiro (1977). Se le considera el más popular de los bailes regionales de Campos, teniendo su origen en el siglo XVIII.

Sus primeras apariciones ocurrieron alrededor de 1780, en la villa de Caboio, situada en el camino al Cabo de São Thomé, entre Lagoa Feia y Mussurepe, alrededor del distrito de Santo Amaro, extendiéndose a otras villas cercanas, creándose así una manifestación folklórica considerada regional y específica del municipio de Campos dos Goytacazes.

La principal hipótesis es que un residente local (Caboio) sería uno de los “Franciscas”, nombrando a una de las tres terratenientes, que podría llamarse Mariana.

Francisca, Inácia Francisca o Francisca Maria, una de estas damas sería la famosa inventora del baile, apodada Mana-Chica, considerada una “bailarina” y “amiga de la fiesta”. En este sentido, existe una valorización de la figura femenina a través de la danza, pues quienes bailaban Mana-Chica eran consideradas mujeres poseedoras de gracia y elegancia, incluyendo las características regionales de los movimientos coreografiados. Esto eliminó los prejuicios, la discriminación y los estereotipos hacia las mujeres que bailaban.

Mana-Chica do Caboio es una Modinha creada entre los cañaverales y lagos de la Llanura. Su tradición fue traída de forma oral y afirma que esta danza surgió y se desarrolló en la Baixada Campista, específicamente en la región de Caboio.

Entre los batuques africanos predominó la influencia negra. Las costumbres eran tupinambá y también estaba presente la influencia musical del Fado, un ritmo similar a las antiguas festividades portuguesas, con una coreografía caracterizada por palmas y grandes círculos. En la coreografía de Mana-Chica do Caboio hay una gran similitud con las figuras de las danzas africanas y del Square Dance, resumiéndose en tres o cuatro figuras coreográficas – en una de ellas, por ejemplo, las parejas se sitúan frente a frente.

En el libro de Joaquim Ribeiro, titulado “Folclore do Açúcar” (1977), Mana-Chica se muestra como “danza y cantos provenientes de una derivación del Fado, canción popular portuguesa con carácter lamentable”. Para la autora, se trata de una fina mezcla del Square Dance que hacía una mujer llamada Francisca, terrateniente o no, con gran ejecución y refinamiento, dando nombre propio a “su” creación.

Para Lamego Filho (1996), su música tiene un ritmo similar a los versos de los cantantes repentistas, utilizando guitarras portuguesas, sonajas indígenas y adufe africano (una especie de pandereta cuadrada con semillas o pequeñas soalhas – pequeños objetos de metal– colocados en su interior para enriquecer el sonido).

Ribeiro (1977) afirma que en determinadas circunstancias los grupos sociales crearon su propia cultura. En el siglo XVIII, una nueva versión del Minueto francés perdería sus características originales y se transformaría en una especie de frenético Square Dance que reflejaba las problemáticas locales de la época, el sufrimiento de los esclavos, la dominación de los amos, la sensualidad femenina y los recuerdos de sus orígenes, convirtiéndose en el Mana-Chica. Los negros crearon la coreografía basándose en movimientos similares a los que veían en las fiestas de los nobles campesinos. Es una reinterpretación de los grandes Minuetos franceses.

El autor citado menciona que existen tres hipótesis sobre el nombre Mana-Chica. Su primera hipótesis se basa en un habitualismo semántico común a muchos pueblos. Es una metáfora verbal, una especie de apodo, con nombres de bailes populares vinculados a nombres de animales. En Brasil, el nombre “Chico” sería sinónimo de cerdo, llamado Chico de ronda, una especie de fandango; Chico tiró, un baile campestre; y Mana-Chica, un juego de diversión. Éste sería el significado que se le da a través del lenguaje a la palabra “Chico” en diferentes manifestaciones culturales.

El segundo creía que el nombre era de origen negro-africano, en el que “Chica” sería conocida como una danza “lasciva”, como el Lundu, o Fandango de los negros, siendo Chica una palabra africana que nombraba varias danzas brasileñas. Y la tercera hipótesis, y al parecer la más convincente, sería la defendida por Frei Domingos Vieira, quien afirma que “Chica” es una palabra negro-africana y, a través del habitualismo, explica “Mana-Chica” como una danza de la región, como un fenómeno de convergencia entre este nombre y la producción de aguardiente, donde “Chica” haría referencia a la bebida alcohólica, afirmando que los negros que venían a trabajar en los cañaverales de Campos dos Goytacazes

Introdujo la palabra para designar la coreografía popular. Se supone que esta danza surgió en una región donde dominaba el aguardiente y la fuente negro-africana, unida a la costumbre, explica el origen del nombre Mana-Chica.

En la novela “A cheiante”, el autor Tavares Franco, dice que Mana-Chica do Caboio es una caricatura mal dibujada de la portuguesa Vira. Consiste en una danza original lusitana, sin embargo, los indígenas y negros la copiaron a su manera, produciendo una nueva identidad cultural acorde a sus ritmos.

 

 

Fuentes:

 

• Revistaunibf.emnuvens.com.br

• Editoracrv.com.br

• Eventos.iff.edu.br

 

 

 




















 





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