Jazz - Contrafacto

 

 

La creatividad, en su forma más básica, es simplemente el acto de tomar algo antiguo y renovarlo. Ya se sea novelista, arquitecto, ingeniero o improvisador, la creación artística surge del deseo de crear algo nuevo dentro de los límites existentes a un oficio. De imprimir un sello personal al arte y que la voz se escuche de alguna manera. Para los músicos, esto gira en torno a la interpretación personal de los fundamentos de la música: sonido, melodía, ritmo y armonía.

Sin embargo, la inspiración creativa no surge de repente como un rayo, sino que se revela lentamente a través del estudio diligente de generaciones anteriores y el dominio de habilidades consolidadas. Es necesario estudiar las corrientes de pensamiento, imitar los estilos y arraigar las técnicas.

El estudio de la improvisación en el Jazz es un ejemplo perfecto de la progresión de la creación de lo nuevo a partir de lo antiguo. Esta idea de reinvención continua y autoexpresión prevalece a lo largo de la historia de esta música, y sería difícil encontrar una pieza musical o estilo perdurable que no tenga una conexión directa con la obra creativa que la precedió.

Como ejemplo, está el proceso de transcribir un solo: empezar con el lenguaje musical de una generación anterior, aprenderlo poco a poco y, finalmente, hacerlo propio. Un lenguaje musical antiguo, arraigado e interpretado en un nuevo lenguaje musical.

Sin embargo, este concepto de reinvención y adaptación musical no se limita sólo a la práctica de aprender solos, la creatividad también puede aplicarse al Gran Cancionero Americano.

En Jazz, un Contrafacto es una composición musical que consta de una melodía nueva superpuesta a una estructura armónica familiar o preexistente. También puede ser explicado como el uso de progresiones de acordes prestados. ​

Por ejemplo, la melodía de Charlie ParkerOrnithology” es un Contrafacto del estándar “How High the Moon”: una nueva melodía compuesta sobre una progresión de acordes existente.

El Contrafacto surge de un deseo de crear algo nuevo, una inclinación creativa a adoptar un enfoque diferente dentro de un marco existente.

Sin embargo, el Contrafacto no es un fenómeno exclusivo del Jazz; la tradición de tomar una canción existente y modificarla comenzó en el siglo XVI. Durante esta época, las letras de las canciones profanas solían sustituirse por textos religiosos. De esta forma, se preservaba el trasfondo armónico, a la vez que se aplicaba un texto más significativo.

Esta técnica fue adoptada y especialmente adecuada para los músicos improvisadores de la década de 1940 durante el desarrollo del Bop.

Esto permitió que los músicos de Jazz crearan piezas nuevas para concierto y grabación, sobre las que podrían improvisar inmediatamente, sin tener que buscar permiso o pagar costes para materiales. Esto es, ya que, aunque las melodías pueden ser sujetas a derechos de autor, la estructura armónica subyacente no lo puede ser.

Los músicos comenzaron a explorar e interpretar una colección de melodías populares que todavía se tocan hoy.

En sesiones informales de improvisación y conciertos en clubes, estas melodías Pop se usaban como “campo de pruebas” para nuevas ideas musicales. Músicos como Parker y Dizzy Gillespie no se ocupaban de letras, sino de simples melodías Pop que reemplazaban con sus propias invenciones creativas.

Parker expresó este sentimiento musical refiriéndose a su experimentación con el “Cherokee” de Ray Noble.

Melodías como “Ornithology”, “Koko” y “Donna Lee” fueron el resultado natural de la experimentación y el estudio de estos estándares.

Sin embargo, es importante tener presente que un Contrafacto efectivo no es simplemente otro bluesero o un ritmo que cambia de tono o melodía al azar sobre una progresión familiar. Para los grandes improvisadores, el Contrafacto era una forma de explorar un nuevo concepto armónico, melódico o rítmico: aferrarse instantáneamente a la tradición y avanzarla.

Charlie Parker es sin duda uno de los innovadores más importantes de la música estadounidense.

Incluso hoy, muchas de sus melodías siguen siendo estudiadas e interpretadas por improvisadores de todo el mundo. Sin embargo, la mayoría de estas melodías no son piezas musicales independientes, sino Contrafactos escritos sobre cambios de blues, cambios de ritmo y otros estándares populares.

A través de las progresiones de acordes preexistentes de estas melodías, se perciben los sellos distintivos del estilo musical de Parker: su agudeza rítmica, su sofisticación armónica y su fluidez melódica lineal.

Otro improvisador que buscaba un nuevo sonido dentro del repertorio popular de la década de 1940 fue el pianista Lennie Tristano.

Al igual que Bird, tomó las progresiones de acordes de melodías populares y creó nuevas melodías que incorporaban los conceptos musicales en los que trabajaba. Al escuchar las melodías de ambos intérpretes, el concepto del Contrafacto es el mismo; sin embargo, se puede apreciar de inmediato cómo las melodías de Tristano reflejan un estilo musical único y las de Bird, otro.

Algunos Contrafactos ampliamente conocidos incluyen la tonada BopDonna Lee” de Charlie Parker/Miles Davis, la cual utiliza los cambios de acorde de “(Back home again in) Indiana”, o el standard de jazz de Thelonious MonkEvidence”, el cual toma prestado la progresión de acordes de la canción “Just you, just me” (1929) de Jesse Greer y Raymond Klages.​

Los acordes de “I Got Rhythm” de George Gershwin han sido de las más preferidos para recomposición contrafactual: su popularidad entre los compositores de Jazz como estructura armónica básica solo es sobrepasada por el Blues de doce compases.

 

 

Fuentes:

 

• Jazzadvice.com

• Es.wikipedia.org

 


 




























 





















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