El gran Revival del Ska en Inglaterra, la apropiación
blanca de la música jamaiquina, se conoció como 2 Tone, se dio entre los
años 1979 y 1980. En Argentina, esa movida apareció a mediados de los 80. Por
otro lado, en 1983, con el retorno de la democracia, se liberó el ambiente
musical que estaba frenado hasta entonces.
Cuatro discos –dos de Los
Fabulosos Cadillacs, dos de Los Intocables-, un puestito de
culto en Parque Rivadavia, un negocio de ropa perdido en Once, un fanzine que
duró dos números y, sobre todo bastante espalda para soportar las gastadas que
podían llegar a transformarse en lesiones físicas. Básicamente ese era el
escueto inventario que, en los 80, todo Rude boy (fanáticos del Ska,
elegante marginal o pobre bien vestido). Los grupos originales explotaron muy
bien ese aspecto con las fotos en blanco y negro y los cuadraditos, por eso, lo
primero que enganchaba, eran las tapas de los discos. Los cuadraditos blancos y
negros del logo del Ska, simboliza la fusión de blancos y negros, que aquí no tiene
tanto sentido como en Inglaterra. El insospechado génesis del Ska
argentino estuvo a cargo de un tal Ronnie Montalbán. Esta especie de
mito ignoto, que alguna vez integró Los Tammys, banda que versionaba a
los Beatles y cuyo cantante era Johnny Allon, tuvo cierto éxito en las
actuaciones en vivo. Montalbán editó un disco en 1970
llamado “Señor Caníbal” que contaba con algunos covers como “Jamaica
Ska”, de Byron Lee & The Dragoniers; y “Try me one more time”, de
The
Charmers, entre otros. Como Ronnie era un pionero, un adelantado
a su tiempo; el álbum pasó desapercibido. En la revista Rolling Stones se eligió a este
disco como uno de los mejores discos del Rock nacional.
La presentación de “Bares y Fondas”, primer disco de Los
Fabulosos Cadillacs en un teatro de calle Corrientes, fue un shows del
que salieron fans no sólo de los Cadillacs sino también del Ska.
Aunque después hayan incursionado en muchos otros géneros, los Cadillacs
le presentaron a un montón de gente bandas como Madness y The
Specials, de la misma manera que The Specials y The Selecter presentaron
a Skatalites
y el Ska
jamaiquino en general. De ese primer disco de los Cadillacs sobresalía el
tema “Silencio Hospital” aunque su consagración llegaría con “Yo te
avisé” (1987), que alcanzó el doble platino y los catapultó a la
primera gira latinoamericana. En sus comienzos, los Cadillacs fueron tachados
de extranjerizantes, tipos pretenciosos y disfrazados, y sin embargo terminaron
imponiendo en toda Latinoamérica la cultura del Ska, lo que fue imitado
en muchos países. Si en México, Colombia o Venezuela hubo una escena Ska,
fue porque allí llegó un disco de los Cadillacs. Los Intocables tuvieron
bastante éxito por el año 87 luego de grabar un par de discos. Luego de que su
cantante Clody y la sección de vientos dejaron la banda, no consiguieron
renovar contrato de grabación, aunque siguen activos. Luego surgieron otras
bandas con mayor o menos trascendencia como Los Chiflados, Los
Secuaces, Skabu Simbel, quienes se diferenciaban del resto por sus letras
que hablaban de soledad, incertidumbre, historias barriales y hasta cuestiones
sociales, Insurrectos, Romana Patrulla, Servicio
Secreto, Los Calzones Rotos, etc. Dancing Mood es la banda que más se
destaca actualmente, y junto con otros grupos como Satélite Kingston e Intocables
han jerarquizado la escena local. Gracias a todos ellos, el Ska, que está
destinado a ser marginal, ha crecido tanto que algunos vieron su oportunidad
comercial y trajeron al país figuras internacionales de la talla de Skatalites,
Madness
o Rico
Rodríguez.
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