Gwerz (Francia)
Las endechas en idioma bretón, conocidas bajo el nombre de Gwerzioù (Gwerz, en singular), constituyen un corpus abundante –varios miles de textos y melodías– y poco usado para el estudio de las relaciones entre justicia y sociedad en la época moderna.
Un término que casi había caído en desuso entre los hablantes de bretón
de la posguerra, la palabra Gwerz reapareció en el vocabulario,
tanto en francés como en bretón, a partir de la década de 1970, marcados por la
enorme audiencia adquirida en ese momento. por la música bretona. El uso de
estos términos adquierió entonces un fuerte simbolismo, ya que se supuso que el
Gwerz
representa la quintaesencia del canto en el idioma bretón. El término se ha
convertido en un lugar común a lo largo de los años hasta el punto de aparecer
hoy en día en boca de los bretones y de los propios cantantes para designar
cualquier tipo de canción. Recopiladas desde el siglo XIX gracias a los
cantantes venidos de localidades rurales, muy a menudo de medios humildes –la mayoría
de ellos eran pequeños artesanos o mendigos–, ellas han conservado el recuerdo de
sucesos locales, ocurridos entre los siglos XVI y XVIII y luego transmitidos de
generación en generación, en un entorno familiar y vecinal. El tema de la
criminalidad está omnipresente en estas endechas. Casi todas ellas cuentan a lo
largo de varias decenas de estrofas, historias de violencia: golpes y heridas,
raptos de seducción, violaciones y, sobre todo, homicidios, que son descritos
detalladamente, explicándose en algunos casos las motivaciones, la
implementación y la resolución del crimen. Casi no existe huella escrita de
estas Gwerzioù antes de ser recolectadas, a partir de la década 1810,
por lo eruditos locales y luego por los folkloristas: no fueron impresas ni
tampoco difundidas en hojas sueltas, por lo menos hasta principios del siglo
XIX. Esto nos ubica definitivamente en un contexto de transmisión esencialmente
oral y de larga duración. El estudio de este repertorio cantado invita por lo
tanto a cuestionar la manera en que la memoria popular mira el crimen, una
mirada alternativa y complementaria respecto de las otras fuentes, que los
historiadores de la época moderna suelen privilegiar, como, en particular, los
archivos judiciales.
La precisión de los topónimos y de los antropónimos
permite, en algunos casos, y a pesar de la ausencia de datación de estas
canciones, ubicar los archivos judiciales referentes al mismo crimen, e incluso
constatar la gran fiabilidad de las Gwerzioù de Bretaña. Así, la canción
sobre el arresto del marqués de Pontcallec, en 1720, describe los múltiples
detalles, registrados también en los documentos escritos del pleito judicial.
En cuanto a la Gwerz sobre el homicidio del Señor de Penanger, en Ploumillau,
Michel Nassiet pudo relacionarla con un pleito de 1649, conservado en los
fondos de la cámara de la Tournelle del Parlamento de Bretaña: la canción
recopilada en el siglo XIX entrega una versión de los hechos, corroborada por
el archivo criminal, llegando incluso a conservar el recuerdo de la cota de
malla que llevaba puesta el culpable y que, en la queja, permite al padre de la
víctima afirmar que se trata de un homicidio con premeditación. La Gwerz,
al igual que el archivo criminal, describe situaciones de conflictos: las
historias relatadas en estos dos tipos de archivos presentan por tanto
múltiples semejanzas. En las endechas se privilegia los actos más violentos, en
particular los homicidios –que representan más de un tercio de los relatos. La
criminalidad que aparece, lejos de reflejar las violencias más representadas en
los archivos judiciales, se acerca así a los crímenes de sangre, de los cuales
tratan con frecuencia las cartas de perdón o los pleitos criminales seguidos en
los parlamentos. Testimonios concordantes señalan que los intérpretes deben
cantar fielmente el relato, sin aportar ninguna modificación que pudiera
alterar la veracidad, so pena de que el público intervenga para restablecer la
“verdadera” versión. Canciones y procesos criminales ofrecen descripciones
semejantes de ropas, muebles o armas; muestran de manera viva y realista las
costumbres de hospitalidad, los lugares de sociabilidad o las actitudes de
respeto; nos informan sobre temas tan diversos como la manera de llevar un
sombrero, la mirada hacia las jóvenes deshonradas, las prácticas alimenticias,
los reproches dirigidos al molinero o la forma en que se debe rezar.
Para François-Marie
Luzel, un gran coleccionista bretón de la segunda mitad del siglo XIX,
las Gwerzioù
representan canciones épicas mientras que los Sonioù caracterizan la
poesía lírica (canciones de amor, canciones satíricas o cómicas, canciones de
cuna, canciones de boda, etc.). Habló de las Gwerzioù en estos
términos: “canciones oscuras, fantásticas, trágicas, que relatan apariciones
sobrenaturales, infanticidios, duelos a muerte, traiciones, secuestros y
violencias de todo tipo: costumbres feudales y semibárbaras que recuerdan los
siglos XI, XII y XIII, y que continuó en Bretaña hasta el siglo XVIII”. En la
sociedad rural tradicional de Bretaña, donde la oralidad ocupa un lugar
central, incluso único, se atribuye al Gwerz la transmisión de un discurso
veraz, una historia real. Este sentimiento es ampliamente compartido por los
cantantes y su audiencia, y la narración cantada de los Gwerz a veces se amplía
con un conjunto de tradiciones orales, comentarios en prosa y detalles
relacionados con los lugares, hechos y personas involucradas. El repertorio de Gwerzioù
ha sido llevado por muchos cantantes excepcionales, a la cabeza de los cuales
está la cantante de Marc'harit Fulup, que entregó nada menos que 40 Gwerzioù
de las 200 canciones recopiladas por el coleccionista François-Marie Luzel
entre 1865 y 1895. Vallée grabó su voz en rollos de cera en Guingamp en 1900.
Estos primeros documentos sonoros de canciones en lengua bretona se encuentran
hoy entre los archivos sonoros conservados por Dastum. Más cerca en el tiempo,
las grabaciones realizadas en 1959 por Claudine Mazéas con Marie-Josèphe
Bertrand, revelaron la extraordinaria riqueza de un repertorio de Gwerzioù
sostenido por el excepcional talento de esta gran cantante fallecida en 1970.
Las hermanas Goadec también se encuentran entre las principales intérpretes
de Gwerzioù.
Su ascenso al estrellato a raíz de Stivell a principios de la década de
1970 ayudó a popularizar estas canciones en las radios y en los escenarios de
los festivales. Estas personalidades no deben hacer olvidar la cantidad de
cantantes anónimos que llevan un repertorio de Gwerzioù. En efecto, es
notable observar cómo estos cantos, algunos de los cuales datan de cuatro o
cinco siglos, o incluso más, han sido transmitidos de generación en generación,
sin sufrir, en ocasiones, alteración alguna. Las colecciones contemporáneas que
se pueden consultar en el sitio de los archivos sonoros de Dastum contienen, a
este respecto, un gran número de ejemplos recogidos en toda la Baja Bretaña.
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