Nagauta (Japón)
La música japonesa se remonta históricamente a unos 1500 años y está registrada en leyendas presumiblemente de gran antigüedad. A lo largo de toda su historia se puede ver el gradual desarrollo de una inmensa variedad de géneros musicales. Hasta aproximadamente el siglo XIII los cantos budistas y la música orquestal cortesana fueron predominantes.
Entre los siglos XIII y XVI
estas músicas fueron suplantadas por narraciones con laúd, la música del teatro
aristocrático Noh y los acompañamientos para una diversidad de formas de
teatro folklóricas. Fue durante los siglos XVII y XVIII cuando el resto de las
grandes tradiciones de la música japonesa se desarrolló. Entre estas estaban la
música para la cítara koto, las diferentes formas del laúd shamisén de tres
cuerdas, y la música para el teatro Kabuki. El estilo de música para
shamisén conocida como Nagauta (“canción larga”), se ubica
en el centro de este último período oriental de la historia de la música
japonesa (antes de la entrada de la influencia occidental). Hacia comienzos del
siglo XVIII el shamisén se había convertido en una parte habitual del conjunto Kabuki.
Este fue el período del Kabuki Genroku durante el cual el
mundo del entretenimiento disfrutó una deslumbrante popularidad sin precedentes
en la historia japonesa. Uno de los factores que contribuyó al desarrollo del Kabuki
en la época fue el mejoramiento de su cualidad dramática. Este se debió en
parte a la influencia del gran escritor de dramas del teatro de títeres Takemoto
en Osaka, Chikamatsu Monzaemon (1653-1724). Muchas de las famosas obras
de Kabuki
fueron adaptaciones de sus dramas de títeres mientras que otras fueron creadas
basadas en su estilo. Aunque existió un mayor énfasis en el drama en el Kabuki
del siglo XVIII, la danza y también por tanto la música siguieron siendo una
parte importante de las funciones. Al comienzo estas danzas eran acompañadas
con canciones cortas (kouta) en el shamisén o en la música del conjunto de Noh.
A medida que las producciones de Noh se hicieron más elaboradas se
sintió una necesidad por tener danzas más largas y por tanto también música más
larga. Así fue como se creó la música Nagauta de Kabuki. Se dice que el
primer uso conocido del término Edo Nagauta se encuentra en un afiche de
Kabuki
de Edo de 1703. Aunque Nagauta se estableció firmemente en
Edo hacia el siglo XVIII, este no dejaba de tener rivales. Al comienzo
pareciera como si las funciones de Nagauta y de los diferentes géneros
de Jôruri
en Kabuki
fueran diferentes. El Jôruri proporcionaba la música para
las porciones narrativas mientras que Nagauta acompañaba a las danzas o
proporcionaba interludios reflexivos (meriyasu) dentro de las obras. Sin
embargo, existía una considerable cantidad de interpenetraciones de estilos
musicales al igual que intercambios de funciones entre las dos músicas. Cuando
se estudia el repertorio de Nagauta en detalle se encuentran
trazos de ozatsuma, itchu, kato, geiki y otras formas musicales antiguas. En
resumen, se puede decir que el siglo XVIII vio el establecimiento de Nagauta
como un elemento permanente en el Kabuki. Durante este período las
formas básicas y clasificaciones de esta música también fueron cristalizadas.
Finalmente, también se puede notar en esta época el comienzo de una continua influencia
de diferentes formas narrativas. La era de la composición de los grandes
clásicos Nagauta de hoy se ubica aproximadamente entre las fronteras del
siglo XIX. Uno de los primeros fue Kineya Rokuzaemon IX (fallecido en
1819), quien escribió piezas de danza tan famosas como “Echigojishi” y “Oharame”.
Rokuzaemon
X (1800-59) es notable por obras como “Shakkyo”, “Tsuru-kame”
y “Aki
no Irogusa”. Rokuzaemon XI (1829-77) produjo las
populares piezas “Tsunayakata”, “Funa Benkei” y una de las muchas
composiciones de Dojoji.
Rokuzaemon no fue el único nombre
famoso del período. Kineya Shojiro (1828/9-1896) compuso muchas piezas famosas de
danza tales como “Ise Ondo”, “Kanjincho”, “Renjishi” y “Genroku
Hanami-odori”. Kineya Katsusaburo II (1820-96) fue
el creador de “Miyakodori”, “Utsubozaru” y “Kimi no Niwa”. Además,
los otros clanes famosos de Nagauta como los grupos de cantantes
Yoshizumi
y Yoshimura
produjeron algunos de sus más grandes artistas en esta época. A través de los
esfuerzos de estos y de muchos otros, el Nagauta maduró hasta convertirse en
uno de los más grandes géneros musicales de Japón. En el siglo XIX aparecieron
en el Nagauta dos nuevas tendencias importantes. Primero, existió un
movimiento hacia la música de concierto, llamada Ozashiki-Nagauta. Esta
música no fue compuesta para Kabuki sino para funciones separadas
sin danza. En tales piezas la importancia de interludios instrumentales y la
explotación concomitante del virtuosismo están más altamente desarrollados que
en formas anteriores de kabuki. Los dos ejemplos clásicos de
este tipo de Nagauta son Azuma Hakkei (1818) y Aki
no Irogusa (1845). La segunda tendencia en la música Nagauta
del siglo XIX fue la extensa composición de piezas basadas en textos y música
de obras de Noh. Por supuesto, antes de esto muchas piezas de Kabuki
fueron basadas en obras de Noh, pero hubo un arrebato de
recreaciones de estos temas. Títulos tales como “Kanjincho”, “Hashi
Benkei”, “Oimatsu” y “Tsuru-kame” son representativos de
esta tendencia. La música folklórica también apareció como un recurso
deliberado para la recreación de ambientes en la música Nagauta del siglo XIX. La
hermosa canción del barquero en la pieza “Kibun Daijin” es uno de los más
encantadores ejemplos de esta técnica. Hacia finales del siglo XIX el Nagauta
ya había alcanzado su cenit. Todas sus formas estaban completamente
desarrolladas y su posición tanto en el teatro como en los conciertos estaba
asegurada. Surgieron nuevos compositores en el siglo XX que trataron de
incorporar ideas occidentales a la música Nagauta. Esto usualmente significó
tocar el shamisén más rápidamente en estilo de cadenza de violín o aumentar el
tamaño del conjunto con la desafortunada idea de que sonar más fuerte era
sinónimo con tener un mejor sonido en el concepto de la música clásica
occidental. De esta forma, aunque existió una gran actividad en la composición
y en la publicación de artículos controversiales en el siglo XX, muy poco ha
ocurrido de nuevo en realidad en el Nagauta desde entonces. Toonkai,
un grupo de profesores y graduados de la Universidad de Bellas Artes de Tokyo,
tienen el mayor entusiasmo y protagonismo por una nueva Nagauta. Sin embargo, los
talentosos compositores de Nagauta de hoy tienden a producir
réplicas del estilo clásico del siglo XIX con unos pocos pasajes rápidos
adicionales en espera de capturar la atención del oído moderno. Existe una
innovación del Nagauta en el siglo XX que debería ser mencionada. Esta es el
desarrollo de sistemas de notación precisos. Gracias a estos sistemas ahora está
asegurada la preservación del repertorio estándar.
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