Quema del Muñeco (Argentina)

 

Algo repetitivo puede hacer que se convierta en un ritual y así darle un sentido de pertenencia. Es lo que pasa con los habitantes de Colón (Entre Ríos), que disfrutan de una noche espectacular con la Fiesta de la Primavera que tiene un agregado que lo hace muy suyo y propio, como lo es la Quema del Muñeco.

La ciudad de Colón es la capital turística de la provincia de Entre Ríos. Es bien conocida por sus atractivos turísticos: las termas, su rica gastronomía, la historia, la belleza de su río y la magia de su gente que se conjugan para recibir al turista. Colón comparte, junto a otras localidades, la Microrregión Tierra de Palmares, llamada así por contar con una de las reservas ecológicas más importantes del país: el Parque Nacional El Palmar. La primavera y el festejo por el día de los estudiantes en la ciudad de Colón, tienen un arraigo muy importante en su identidad. Durante las décadas de los 60 y los 70, los principales festejos se realizaban en el predio escolar del Parque Quirós, al cual concurrían jóvenes de todo el departamento y la zona, y contaba con la presentación de grupos musicales. Así, en los años 70 comenzaron los jóvenes de la ciudad a “quemar el muñeco”, lo cual se realizaba de manera informal. Esta modalidad fue creciendo y fue a partir de 1986 que se reunieron todos los estudiantes de las escuelas secundarias a darle vida al armazón y a quemarlo, la noche previa a la primavera, los 20 de septiembre. De esta manera, y desde aquellos años, surge con fuerza esta tradición que se realiza de manera ininterrumpida, congregando a los estudiantes, sus amigos, familiares, y todo aquel que se encuentre en Colón y desee presenciar la Quema del Muñeco. Con la finalidad de despedir simbólicamente al invierno y darle paso a la primavera, hace más de cuatro décadas que en Colón se ideó la creación de un muñeco (al estilo de un muñeco de nieve de varios metros de altura), el cual es quemado por los estudiantes del último año de las escuelas secundarias reunidos a través de PECU (Promociones Estudiantiles Colonenses Unidas). A fines de 1986, la promoción 87 de las cuatro escuelas secundarias existentes en ese entonces en Colón (Normal, Técnica 1, Técnica 2 y Agrotécnica), proyectaron agrupar a todos los últimos cursos del secundario en PECU. Desde aquellas épocas, los jóvenes comenzaron a celebrar diversas actividades para celebrar la Fiesta del Estudiante y la llegada de la primavera en el marco del último año del secundario, la que tiene como uno de los mayores atractivos la Quema del Muñeco.

Así, se deja atrás la estación invernal, pero también a una etapa de la vida que finaliza: la del secundario (que terminan un par de meses después) y que coincide con el comienzo de una nueva etapa en la que se preparan para el ingreso a la vida laboral o a la universidad. A fines de 1986, los estudiantes colonenses firmaron un convenio con el municipio local, copiando algo que habían visto en la ciudad de Esperanza (Santa Fe), donde los chicos colaboraban con la limpieza de la ciudad para juntar dinero. Fue así que en Colón los estudiantes comenzaron a barrer las calles. Desde 1987 la Quema del Muñeco se hizo en el Parque Quirós, a partir de 1999 pasó al predio del bajo termas y, cuando estuvo inundado por la creciente del río Uruguay, se quemó en El Mangrullo. Durante todo el año los estudiantes se van preparando para este día, son muchos quienes colaboran para que esto se lleve adelante y hay que destacar que todos los materiales utilizados en la construcción del muñeco son donados (papeles de diarios, harina para el pegamento, pinturas, etc.). Muchos adultos se sienten emocionados ya que antes fueron ellos quienes llevaron adelante la celebración y ahora les toca el turno a sus hijos. Ante un imponente marco de público que los acompaña en este evento social y tradicional se lleva adelante la tan ansiada Quema del Muñeco. Según los organizadores, cerca de veinte mil personas participan del evento, que tiene a los jóvenes como protagonistas pero que disfrutan todos. El predio denominado “Bajo Termas”, ubicado en el sector norte de la ciudad, aledaño al complejo termal y frente al río Uruguay, es el sitio elegido para el tradicional festejo estudiantil.

Mientras todos esperan en el predio, con música y animadores del evento, los alumnos se concentran en la plaza Washington para comenzar la marcha. Previamente se lleva a cabo la Misa del Estudiante, en la Parroquia Santos Justo y Pastor, en donde el sacerdote bendice las antorchas y brinda distintos mensajes, principalmente el de alejarse del peligro de las adicciones y fomentar el compañerismo. Luego comienza la marcha, encabezada por un autobomba de los bomberos. Parten por la avenida Urquiza para luego continuar por el camino costero. En la marcha, cada joven lleva su antorcha encendida, como una procesión que busca en las llamas del fuego la liberación del invierno y el inicio de la primavera. Son aproximadamente dos kilómetros en los cuales tienen que trotar y correr para mantener la llama encendida. Con cánticos, bailando y saltando, los estudiantes ingresan al predio. Los espectadores ansiosos divisan las luces de las antorchas que avanzan entre los cantos joviales de los adolescentes. El muñeco comienza a ser rodeado por los chicos que giran y bailan alrededor, anticipando lo que todos fueron a ver, y así, tras un conteo regresivo, las antorchas vuelan hacia el gigantesco muñeco que comienza a prenderse fuego mientras todos bailan a su alrededor, como un ritual antiguo. Luego, la música anima la fiesta estudiantil hasta bien entrada la noche a orillas del río Uruguay. A través del decreto 796/2012, se declaró de Interés Municipal y Turístico a este evento, dado que el mismo posee características propias y de interés para residentes y visitantes.