Tamunangue (Venezuela)
El Tamunangue es la principal manifestación cultural tradicional y
folklórica del Estado de Lara, Venezuela. La bonita danza de los bailadores y
bailadoras de esta expresión musical y religiosa del pueblo larense, es uno de
los elementos que más destaca de este Baile De Sones, como también se
conoce al Tamunangue.
Este baile, que acompaña a la cultura venezolana
desde épocas de la colonia española y que se ha consolidado como la principal
expresión cultural y dancística del Estado de Lara con el paso de los siglos,
sobresaliendo su batalla con los garrotes. También se destaca el colorido
vestido de las mujeres, con sus blusas blancas, alpargatas y sonrisa al viento,
así como la indumentaria clásica de los hombres, con sus pantalones color
caqui, su franela blanca y su tradicional sombrero de cogollo y alpargatas. El Tamunangue
es una manifestación cultural, musical y dancística, religiosa y teatral, que
fusiona la cadencia latina con la africana y bailes europeos tradicionales. El Tamunangue
se encuentra estrechamente ligado al día de San Antonio de Padua, que se
celebra todos los 13 de junio de cada año en Lara. San Antonio es una de las
imágenes religiosas más veneradas en la región centro-occidental de Venezuela,
después de la Divina Pastoral, la patrona espiritual de los larenses. La
creencia del pueblo en este santo es producto del sincretismo cultural y
religioso, la fusión de las creencias de los pueblos originarios con los
esclavos trasladados por la fuerza de África y las creencias impuestas por la
religión católica de la conquista española. Además del día de San Antonio de
Padua, el Tamunangue se celebra también en otros días del año, como pago
de promesas al santo. Juan Romero y Adelmiro Mujica son dos
de los cultores larenses con mayor trayectoria y más reconocidos tamunangueros
del Estado de Lara entre las decenas de cultores de esta tradición.
El Tamunangue consta de siete sones: la Bella, la Juruminga, el Poco
a Poco, el Yiyivamos, la Perrendenga, el Galerón, y el Seis
Figurea'o (pronunciación informal de la palabra "figureado").
La batalla da inicio al Tamunangue y en ella dos personas
con garrotes o con machetes juegan a una lucha simulada, pero cabe destacar que
la batalla no se considera como uno de los sones. Es importante indicar que
para bailar el Tamunangue, las mujeres deben tener faldas, puesto que se
considera ofensivo al santo bailar en pantalones. El Yiyivamos, la Juruminga
y la Bella
son tres sones parecidos en la coreografía. Parejas alternas de hombre y mujer,
bailan ejecutando el mismo movimiento de pies. En el Yiyivamos los bailadores
realizan con pantomimas las órdenes que le imparten los cantores orientando al
hombre sobre sobre el galanteo a la mujer. La Bella es una danza alegre
y vivaz en la que la pareja baila libremente, sin atender a las coplas de los
músicos. El baile se desarrolla como una persecución del hombre a la mujer,
cuya atención quiere conquistar a fuerza de picardía. Tiene dos modalidades: la
Bella
Mayor y Menor, de acuerdo al tono correspondiente. La Juruminga
es un son en donde de nuevo se atienden las instrucciones que improvisan los
cantores, pero las mismas se relacionan con las actividades de trabajo propias
de cada uno. El Poco a Poco o los Calambres, es el son de mayor
riqueza teatral por la mímica que desarrollan los participantes, representando
los temas de los Calambres, donde los hombres sufren convulsiones y las mujeres
procuran curarlos con éxito, y el Caballito, en donde el hombre finge
ser un brioso caballo y la mujer trata de domarlo montándosele. El Galerón
es un son que tiene mayor parecido coreográfico con el Joropo. Se baila
alternando parejas simultáneamente en contrapunteo. Con el baile del Seis
Figurea’o se cierra la serie del Tamunangue, y según algunos folkloristas,
es la más rica de las piezas desde el punto de vista musical y coreográfico.
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