Al realizar un estudio minucioso de infinidad de composiciones a partir
de finales del siglo XV, aparece cierta particularidad en ellas, una
característica que, independientemente de su esquema musical, de su tiempo y
demás características definidas se puede notar con claridad. Es un esquema
armónico-melódico conocido como “La Folía”, que es uno de los
fenómenos más notables de la historia de la música. Esta melodía simple pero
intrigante fue publicado por primera vez en 1672. Sus raíces se remontan al
siglo XV y aún seguiría siendo un gran desafío para numerosos compositores
hasta el día de hoy. También conocida como Follia o Folías de España, es uno
de los temas musicales europeos más antiguos y recurrentes. Existieron dos
formas musicales parecidas, pero con características definidas: la “Folía
temprana” y la “Folía tardía”.
La primera mención al
término “Folía” es la hecha por el dramaturgo portugués Gil
Vicente en su obra de teatro “Auto de Sibilla Cassandra” (1503),
en la que se la menciona como una danza interpretada por pastores. De igual
manera, Sebastián de Covarrubias en su Diccionario Tesoro de la Lengua
Castellana (1611), habla de la Folía diciendo que es una danza
portuguesa. Fue sin dudas uno de los bailes más populares de la Castilla del
Siglo de Oro. Se caracterizaba básicamente por su compás ternario, fácil
acompañamiento instrumental y una desenfrenada puesta en escena. Por su forma
musical, estilo y etimología del nombre, se ha sugerido que la melodía surgió
como una danza a mediados o finales del siglo XV, bien en Portugal o en la zona
del viejo reino de León, o en Levante valenciano. Aunque aparezca en diferentes
países bajo numerosas variantes que comparten las mismas características
estructurales, no es posible establecer en base a las fuentes musicales cuál
fue el país de procedencia del esquema de la Folía. Tal como
sugirieron investigaciones, el esquema Folía fue en origen el resultado de
la aplicación de un proceso de improvisación y composición específico a simples
melodías en tono menor. Lo que se difundió en Europa a finales del siglo XV, no
fue un tema específico formado por una secuencia de acordes, sino una técnica
de composición-improvisación que podía generar estas secuencias de acordes.
Por esa razón se encuentra el esquema de Folía en tantas obras que
tienen títulos y orígenes distintos. Las versiones de la Folía y sus variaciones
han sido muchas, y van desde las “Tres Variaciones Para Arpa” de Alessandro
Scarlett, hasta las “26 Variaciones Para Orquesta Sinfónica”,
compuestas por Antonio Salieri. Además, muchos autores clásicos incluyeron el
tema de la Folía tardía en sus obras, tal y como lo hicieron Arcangelo
Corelli “Concierti Grossi”, Domenico Scarlatti, Antonio
Vivaldi, Friedrich Händel y Johann Sebastian Bach en algunas
cantatas. De la tradición que alcanzó la Folía en panorama musical de los
siglos XVI-XVII, tenemos un ejemplo representativo en el amplio listado de los
compositores de primera línea que se interesaron por elaborar diferencias sobre
la Folía
para instrumentos de que eran maestros. A partir de la segunda mitad del siglo
XVII, la Folía adquirió una naturaleza distinta, más refinada en cuanto
a la forma. Adoptó nuevas progresiones armónicas que la convirtieron en un tema
musical recurrente y conocido en la práctica totalidad de Europa y de corte
similar a las formas que representan Chaconas, Pasacalles y Zarabandas.
En el siglo XIX la popularidad de la Folía disminuyó, pero en el siglo XX
algunos compositores retomaron el interés por la misma. Es el caso de Sergei
Rachmaninov en sus “Variaciones sobre un tema de Corelli”
(1933), y Manuel María Ponce con sus “Variaciones y fuga sobre la Folía
de Españapara guitarra”. La Folía ha sobrevivido como danza
popular en algunas regiones como en las Islas Canarias, donde existen las
llamadas Folías Canarias, de tempo lento; o en Brasil, donde la cultura
afro-brasileña mantiene las llamadas ”Folia de Reis” (Folía de Reyes). Sin
embargo, éstas últimas no parecen mantener una clara relación con la Folía
clásica. Igualmente en Venezuela persisten dos manifestaciones musicales con el
nombre de ”Fulía”. La Fulía costeña de origen africano y
teñida de mestizaje, que es una manifestación de carácter responsorial y de
origen religioso, que usualmente se ejecuta en el marco de las fiestas de Cruz
de Mayo o velorios de angelitos. Por otra parte están las Fulías de la costa negra,
que son muy alegres y colectivas, aunque no se baila.
0 comentarios: