Tango Queer



Con la internalización del Tango se olvidaron sus orígenes de arrabal y se exportó un baile estrictamente codificado con roles bien definidos entre el hombre y la mujer. Sin embargo, en los últimos años se ha comenzado a abanderar el llamado Tango Queer. Se trata de una nueva forma de bailar el Tango rioplatense fuera de sus normas y códigos tradicionales. En el Tango Queer se experimenta el intercambio de roles de género, por lo tanto son frecuentes las parejas de baile de un mismo sexo. De hecho, el término Queer, que proviene del inglés, en sentido literal significa “raro”, “extraño”, o también “excéntrico”, “estrambótico”, “sospechoso”. Fue utilizado para nombrar a la comunidad gay, lesbiana, transexual, de forma peyorativa.
El movimiento Queer apareció a principios de los 90 en EEUU. En ese contexto, algunos decidieron autodenominarse con ese término despectivo resignificándolo. En el contexto del Tango Queer, el término también abarca a personas heterosexuales que bailan sin que los roles estén fijos. En la pareja varón-mujer tradicional, los roles de género están sexualmente definidos.

El hombre protector conduce a la mujer que baila con los ojos cerrados. El Tango es el baile de la improvisación y convencionalmente, el hombre es el coreógrafo espontáneo que compone la danza nuevamente en cada paso, mientras que la mujer se entrega y se deja llevar. La propuesta del Tango Queer es la de olvidarse de los códigos hetero normativos y abrir la posibilidad de elegir libremente el rol que uno desea ocupar, del mismo modo que el sexo de su pareja de baile. Así se forman parejas de baile mujer-hombre, mujer-mujer, varón-varón. El Tango Queer invita a las parejas heterosexuales a invertir los repertorios de género, las mujeres aprenden la técnica de conducir y los hombres mejoran su sensibilidad bailando la parte convencionalmente femenina. El Tango como danza se creó a finales del siglo XIX entre hombres y por hombres que bailaban con otros hombres en las calles y burdeles. Esto se debía a que la iglesia aplicaba su moralismo y no permitía la unión de un hombre y una mujer en esta clase de baile y además estaba prohibido por ley. A comienzos de 1910 el Tango se conoció en Europa y se puso de moda en París como baile de pareja hombre-mujer. Postales de la década de 1920 mostraban imágenes de mujeres bailando Tango entre ellas, pero esas postales provenían de cabarets parisinos y tienen un acento masculino y voyeur. Una vez aceptado en la sociedad francesa se olvidó la mala fama del Tango en el Rio de la Plata, y hombre y mujeres empezaron a bailar juntos hasta finales del siglo XX. La movida del Tango Queer reanudó esta manera históricamente originaria de bailar el Tango entre personas del mismo sexo. Esta corriente nació en Alemania a fines del año 2000 gracias a los movimientos feministas y queer. Un grupo de lesbianas inició en Hamburgo el Primer Festival Internacional de Tango Queer, que se organiza todos los años. 
En pleno barrio de San Telmo nació un espacio de Tango Queer que propone desprenderse de los prejuicios, de lo estructurado y prefijado. Dejar atrás los códigos y redescubrirse sin atarse a ninguna orientación sexual, raza, edad, religión, género, nacionalidad o clase social, intercambiando roles y dejándose llevar por la magia del Tango. En el año 2007 se organizó el Primer Festival Internacional de Tango Queer de Buenos Aires, que sigue funcionando actualmente año tras año. A partir de ese momento comenzaron a llevarse adelante festivales en distintas ciudades de Europa y América: Estocolmo, Copenhague, Oslo, Berlín, México DF, San Francisco y Nueva York, y aparecieron clases y talleres de Tango Queer en todas partes del mundo. En las milongas convencionales quienes no saben lo suficiente se quedan afuera. Es otra de las barreras que plantea romper el Tango Queer haciéndolo inclusivo.































































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