Música Aymará (Bolivia)
Los Aymará son un pueblo aborigen que habitan en la alta región del altiplano andino cerca del lago Titicaca en la frontera entre Bolivia y Perú. Por siglos han conservado su cultura, una de las principales manifestaciones es la música. Debido a que los Aymarás fueron conquistados por los Incas hacia el año 1450, antes de la llegada de los europeos al continente americano, muchas de sus expresiones musicales se basan en la escala pentatónica incaica. Antes de ser sometidos por los Incas habían alcanzado un alto grado se civilización, tal como lo atestiguan las ruinas de Tiahuanaco. La música en sus orígenes era sólo instrumental. Las canciones cantadas llegaron con la conquista de los españoles. Al utilizar letras en la música de los Aymarás, hay una expresión que siempre aparece; Chacha Sarjaña, que en una traducción literal significa “hombre caminando”. Ese hablar del caminar hace que ellos sientan en su subconsciente una emoción que está encerrada en su filosofía desde los tiempos en que su civilización fue destruida pero su espíritu no, por eso les gustan esas canciones que hacen referencia a ese andar. En las comunidades Aymará la música y el baile han conservado su significado ritual, ya que no sólo representan la solidaridad del pueblo indio con su tierra, sino que también expresa la unión de los comunitarios. Particularmente se lo nota en las tropas de Sikus. Los Sikus no pueden reproducir una melodía completa dadas las pocas notas que se pueden conseguir. Para lograrlo se reúnen varios intérpretes, donde cada uno ejecuta un Sikus distinto construyendo así melodías complejas y de riquísimos matices, por lo que su interpretación requiere una perfecta coordinación. Las danzas tradicionales son una parte muy importante de las ceremonias en las cuales aún hoy en día, se venera a la madre tierra. En toda la zona andina, aunque de formas diversas, se hallan gran cantidad de rituales; sin embargo el significado es el mismo: ritos de fertilidad y sacrificios de agradecimiento a la Pachamama. Estas danzas son los Mollos, Danza del Inca, Monseñada, Chiriwana, Tantas, Waka-Waka, Kena-Kena y Auki-Auki.
Los instrumentos característicos de la música Aymará son aerófonos abiertos, como los Sikus, que están formados por 13 a 15 cañas de bambú en dos hileras de menos a mayor diámetro amarradas entre sí. Este instrumento ha sido tocado por miles de años. El Pincullo o Pinquillo es una flauta de caña, mide cincuenta centímetros y tiene boquilla en su extremo superior. Emite un sonido más agudo que el de la Quena. La Tarka es una flauta de madera con seis agujeros, muy popular durante las fiestas y celebraciones. El Charango Khirkhinchu es un instrumento de cuerda de unos sesenta centímetros y cuya caja de resonancia está hecha con la caparazón de un quirquincho. Fue inventado luego de la introducción de la guitarra española, en algún lugar al norte del actual Potosí. La Ocarina es tan difícil de hacer como de ejecutar por lo que se ha ido perdiendo su uso. Uno de los instrumentos musicales más antiguos sería el Phunkhullu, que según diferentes hallazgos arqueológicos tuvo una evolución en su confección desde la arcilla, pasando por materiales óseos hasta llegar a las actuales cañas de bambú. Entre los descendientes actuales del Phunkhullu, se encuentran los Pinquillos, los Chacallos, las Quenas y las Tarkas. Entre los instrumentos de percusión hay dos tambores populares, el Bombo y la Wangara. La música Aymará cuenta con un importante público mundial. Esto se surgió desde 1952 cuando Bolivia vivió una revolución nacionalista que reivindicó la cultura indígena. El gobierno boliviano fomentó el desarrollo de la música Aymará y las estaciones de radio hicieron famosos a varios grupos del altiplano. Estos trabajos musicales llamaron la atención de varios movimientos culturales de otros países, interesados en el cambio social de izquierda. Además, en 1970 Simon & Garfunkel hicieron famosa la música andina con su versión de “El cóndor pasa”. Actualmente artistas Pop como Shakira, Carlos Vives o Marcela Morello, salseros como Rubén Blades y multifacéticos como Emir Kusturica, incorporan en algunas de sus obras la riqueza instrumental y rítmica de la música Aymará.
Los instrumentos característicos de la música Aymará son aerófonos abiertos, como los Sikus, que están formados por 13 a 15 cañas de bambú en dos hileras de menos a mayor diámetro amarradas entre sí. Este instrumento ha sido tocado por miles de años. El Pincullo o Pinquillo es una flauta de caña, mide cincuenta centímetros y tiene boquilla en su extremo superior. Emite un sonido más agudo que el de la Quena. La Tarka es una flauta de madera con seis agujeros, muy popular durante las fiestas y celebraciones. El Charango Khirkhinchu es un instrumento de cuerda de unos sesenta centímetros y cuya caja de resonancia está hecha con la caparazón de un quirquincho. Fue inventado luego de la introducción de la guitarra española, en algún lugar al norte del actual Potosí. La Ocarina es tan difícil de hacer como de ejecutar por lo que se ha ido perdiendo su uso. Uno de los instrumentos musicales más antiguos sería el Phunkhullu, que según diferentes hallazgos arqueológicos tuvo una evolución en su confección desde la arcilla, pasando por materiales óseos hasta llegar a las actuales cañas de bambú. Entre los descendientes actuales del Phunkhullu, se encuentran los Pinquillos, los Chacallos, las Quenas y las Tarkas. Entre los instrumentos de percusión hay dos tambores populares, el Bombo y la Wangara. La música Aymará cuenta con un importante público mundial. Esto se surgió desde 1952 cuando Bolivia vivió una revolución nacionalista que reivindicó la cultura indígena. El gobierno boliviano fomentó el desarrollo de la música Aymará y las estaciones de radio hicieron famosos a varios grupos del altiplano. Estos trabajos musicales llamaron la atención de varios movimientos culturales de otros países, interesados en el cambio social de izquierda. Además, en 1970 Simon & Garfunkel hicieron famosa la música andina con su versión de “El cóndor pasa”. Actualmente artistas Pop como Shakira, Carlos Vives o Marcela Morello, salseros como Rubén Blades y multifacéticos como Emir Kusturica, incorporan en algunas de sus obras la riqueza instrumental y rítmica de la música Aymará.
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