Deodhani (India)

La danza Deodhani no es una danza de entretenimiento popular o escénica; es, ante todo, una forma de danza ritual chamánica con profundas raíces en el folklore y las prácticas religiosas del noreste de la India.

Específicamente, está intrínsecamente ligada a las creencias y el patrimonio cultural de las comunidades Bodo y Assamesas de la región de Assam. El significado etimológico de su nombre es clave para comprender su función: la palabra Deodhani es un compuesto de dos términos del idioma local, Deo que se traduce como Dios o deidad, y Dhani, que significa mujer. Por lo tanto, el término se refiere a la “mujer del Dios” o la “mujer poseída por Dios”, lo cual establece su rol central como médium o canal de comunicación con lo divino.

Este tipo de danza no se interpreta en escenarios convencionales ni en festivales abiertos al público general; su lugar es el ámbito sagrado y su ejecución es fundamental dentro del ritual Kherai, el principal festival de culto de la comunidad Bodo. Se la considera una de las danzas más antiguas y veneradas de Assam, manteniendo un vínculo directo con el culto a deidades nativas y ancestrales.

Los orígenes de la danza Deodhani son arcaicos y se remontan a periodos muy antiguos de la historia tribal de Assam, precediendo incluso a la fuerte influencia del hinduismo védico en la región. La danza está históricamente ligada al culto de la serpiente Manasa, también conocida como la diosa Bishahari. Manasa es una deidad primordial en el folklore local, asociada a la fertilidad de la tierra, la buena cosecha y, crucialmente, la protección contra las mordeduras de serpientes y el veneno.

Inicialmente, esta danza era realizada por mujeres que eran elegidas o dedicadas al servicio de una deidad desde una edad muy temprana, a menudo bajo un juramento o compromiso sagrado. Estas mujeres consagradas, las deodhinis, actuaban como intermediarias vitales entre el mundo de los humanos y el reino de los espíritus. La danza, por lo tanto, no era un fin en sí misma, sino una parte fundamental de rituales más amplios. Estos ritos tenían como objetivo invocar a la deidad, asegurar la prosperidad de las cosechas, prevenir la propagación de enfermedades y, en general, resolver asuntos y problemas de índole comunitaria que requerían intervención sobrenatural.

La figura central y esencial de esta manifestación ritual es, sin duda, la Deodhini. Su función es la de una chamana o médium y trasciende por completo el rol de una bailarina común. Se la concibe como una entidad espiritual temporalmente habitada por la deidad que ella invoca. El clímax de esta danza ocurre durante el ya mencionado ritual Kherai.

En este contexto, la Deodhini pasa por un proceso de entrada en trance, el cual es inducido por la música persistente, los cánticos rítmicos y el golpeo constante de los tambores. Una vez que el espíritu, sea el de Manasa o un espíritu ancestral poderoso, posee su cuerpo, la danza se inicia.

Esta danza frenética y extática no es una actuación, sino la manifestación física directa del espíritu habitando el cuerpo de la mujer. Durante la posesión y mientras continúa danzando, la Deodhini desempeña su función profética: responde a las preguntas formuladas por los miembros de la comunidad, profetiza sobre los eventos futuros o imparte instrucciones directas para el bienestar colectivo y la toma de decisiones. Su danza es interpretada como un portal físico a través del cual los espíritus antiguos pueden venir y hablar, actuando ella como un mero vehículo de su poder inmenso.

La coreografía de la Deodhani es diametralmente opuesta a la gracia y la estructura geométrica de las danzas clásicas de la India, como el Bharatanatyam o el Kathak. Es, por definición, extática, altamente vigorosa y, a menudo, frenética.

Los movimientos son rápidos, incorporando saltos repentinos, giros bruscos y movimientos circulares violentos de la cabeza y la parte superior del tronco. El uso expresivo y rápido de las manos y los brazos es constante para invocar y dirigir la energía espiritual. El ritmo se acelera dramáticamente a medida que el trance se profundiza, sirviendo el movimiento físico extremo como una técnica para alcanzar y mantener el estado alterado de conciencia.

En este estado de posesión, se cree que la bailarina es capaz de realizar actos de resistencia o esfuerzo físico que serían imposibles o peligrosos en un estado de conciencia normal. La parte musical es imprescindible; la danza es impulsada por instrumentos folklóricos. El Borbahi, una flauta larga de bambú que emite tonos penetrantes, y el tambor (dhol) son los instrumentos esenciales y rítmicos.

El golpeo de la percusión es repetitivo y aumenta su intensidad de forma progresiva, funcionando como el principal catalizador para inducir y mantener el trance. Dentro del complejo ritual Kherai, se registra que existen más de cuarenta sub-bailes o fases de Deodhini, cada uno con sus matices coreográficos que representan y honran a un espíritu o deidad distinta dentro del panteón local.

La vestimenta que utiliza la Deodhini es sencilla pero rica en significado ritual. Viste un traje tradicional local, que consiste en una falda envuelta conocida como mekhela y una prenda superior que cubre el torso, como el riha o chador. La elección de colores es importante, siendo los tonos rojos y amarillos comunes por su simbolismo de fuerza, divinidad y fertilidad. Utiliza poca joyería ornamental; sin embargo, los pocos elementos que lleva son de carácter estrictamente ritual, como collares hechos de semillas o cuentas sagradas que actúan como amuletos.

Un elemento distintivo de la Deodhini es que a menudo porta armas o símbolos rituales durante la danza, como una espada, un escudo o una vara larga. Estos accesorios no son decorativos; simbolizan el poder de la deidad que la ha poseído y son utilizados en la dramaturgia del ritual.

La danza Deodhani es una manifestación cultural de incalculable valor y es fundamental para la identidad de las comunidades de Assam. Su importancia trasciende el arte: es una función social y religiosa vital. Actúa, en muchos casos, como un mecanismo tradicional para sanar a los miembros de la comunidad y para restaurar el equilibrio social y espiritual cuando este se ve amenazado.

Su práctica constante sirve como un poderoso medio para preservar las creencias animistas y las prácticas tribales que existían en la región mucho antes de la llegada de las religiones dominantes. Al realizarla, se mantiene vivo el vínculo con los ancestros y las deidades nativas de la tierra, funcionando como un eslabón directo con la historia profunda de la región.

No obstante, al igual que muchas danzas rituales indígenas alrededor del mundo, la Deodhani enfrenta serios desafíos de preservación cultural en la era moderna. La dificultad para transmitir los conocimientos a las nuevas generaciones, la urbanización y la disminución del número de deodhinis que mantienen la tradición amenazan su continuidad.

Su naturaleza inherentemente sagrada y ritual la hace difícil de presentar en escenarios modernos y festivales culturales sin el riesgo de descontextualización o de perder la esencia espiritual profunda que la define. Su supervivencia es vital para el patrimonio cultural inmaterial de la India.

 

 

Fuentes:

 

• Assaminfo.com

• Indiavideo.org

• Indianetzone.com

 


 




























 






















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