Sorondongo (España)
El origen de los bailes tradicionales de las islas Canarias tiene historias muy interesantes. El Sorondongo de Lanzarote, una de las danzas tradicionales más importantes para los canarios, pudo tener origen en Gran Canaria, de acuerdo con la tesis que ha defendió en su momento el galdense José María Gil, uno de los fundadores de la agrupación Ajey de San Bartolomé, en Lanzarote.
El Sorondongo se ejecuta con instrumentos de cuerda y se baila en fiestas populares y celebraciones varias, utilizando la vestimenta tradicional canaria. Los temas de esta composición son muy diversos. El mencionado José María Gil creó varios Sorondongos sobre los labradores, los marineros, el dinero o los viajes a la luna, entre otras temáticas. Aun así, cada isla cuenta con su propia versión.
En la isla de El Hierro, por ejemplo, se conoce como “el Baile del Flaire” y solo interviene una pareja que baila enfrentada y elige con quién bailar, mientras que en Lanzarote hombres y mujeres bailan en corros. En Fuerteventura, bailan solamente mujeres, igual que en Tenerife, donde, además, se forma un círculo estático con una sola bailadora que pasea entre las demás.
En una de sus modalidades, este baile se realiza en un círculo cuyos componentes son mujeres que pueden estar de pie o sentadas, aunque otras veces los grupos son mixtos. Los bailadores cantan y dan las palmas al compás de la música mientras uno de ellos pasa por delante de los demás miembros del corro y realiza sencillos pasos de baile, como giros, saltos y brincos. Cuando la canción lo indica, la persona que baila saca a bailar a un acompañante, con quien hará los pasos que correspondan. Cuando los músicos indiquen que salga, el acompañante se quedará bailando dentro del círculo hasta que elija a un nuevo compañero, y así sucesivamente, hasta que todos hayan bailado. Es una danza muy alegre y repetitiva que se asemeja a un juego de niños en el que todos participan por igual.
A diferencia de otras danzas canarias que tienen un origen más claro, la historia del Sorondongo se pierde en la oralidad y es un tema de fascinación para los folkloristas. No hay registros escritos que indiquen su nacimiento, por lo que su relato se construye a partir de conjeturas y la transmisión de generación en generación.
La teoría más sólida sitúa su origen en una fusión cultural. Por un lado, se cree que fue un baile popular que surgió como una evolución de ritmos y pasos traídos de la Península Ibérica, especialmente de la zona de Andalucía. La estructura de baile en pareja suelta y el uso de instrumentos de cuerda como la guitarra son claros indicios de esta influencia. Sin embargo, el aislamiento geográfico de Lanzarote y Fuerteventura permitió que este género se “canarizara”, desarrollando un carácter rítmico y melódico único que no se encuentra en el continente.
Una segunda hipótesis, más poética que histórica, postula que el Sorondongo podría tener raíces pre-hispánicas. Aunque no hay pruebas definitivas, la naturaleza simple y ritual de su ritmo, marcado por la percusión, ha llevado a algunos a teorizar sobre una conexión con las tradiciones de los antiguos aborígenes canarios. La existencia de tambores en el folklore de La Gomera (el Baile del Tambor), a menudo asociado a las prácticas de los guanches, refuerza la idea de una tradición rítmica aborigen que podría haberse mezclado con los nuevos géneros traídos por los colonos.
En cualquier caso, el Sorondongo se consolidó en los siglos XVIII y XIX como un baile de comunidad. Se practicaba en las eras, después de la jornada de trilla, o en las plazas de los pueblos durante las fiestas patronales. Era un baile para todos, sin distinción de clase, lo que subraya su carácter profundamente democrático y social.
El Sorondongo se caracteriza por un ritmo rápido y un compás binario, generalmente un 2/4 o un 6/8. Este ritmo es vibrante y enérgico, lo que lo diferencia de la elegancia de la Folía o la solemnidad del Malagueño.
El Timple es un pequeño cordófono que es el corazón de la música folklórica canaria y en el Sorondongo adquiere un protagonismo especial. Su sonido metálico y vivo no solo lleva la melodía, sino que también marca el ritmo con sus rápidos rasgueos, sirviendo como guía para los bailarines. Las rápidas notas del timple son inconfundibles y son las que inician el baile.
Otros Instrumentos, como la guitarra, se encarga de dar la base armónica y rítmica con acordes que dan cuerpo a la música. El laúd y la bandurria pueden añadirse para dar una textura más rica, pero es el binomio timple-guitarra el que define el sonido del Sorondongo.
El canto sigue una estructura de copla y estribillo. Las coplas, generalmente cuartetas, son cantadas por un solista con un tono alegre y desenfadado. Las letras son sencillas, directas y llenas de picardía, amor, o descripciones de la vida en las islas. El estribillo, por su parte, es un canto coral que invita a todos a unirse. La combinación de la voz de un solista con la respuesta del coro crea una sensación de fiesta compartida.
La danza del Sorondongo es la manifestación física de la alegría de su música. Es un baile de pareja suelta, donde la comunicación entre los bailarines es fundamental.
Los bailarines mantienen una postura erguida y elegante. Se mueven con los brazos relajados a los lados, listos para marcar los ritmos.
Uno de los momentos más característicos del Sorondongo es el punteo, un movimiento donde el bailarín marca el ritmo con la punta de los pies. Es un gesto de destreza y habilidad que añade energía a la coreografía.
El baile se organiza en círculos o filas. Al inicio, las parejas bailan de forma individual. Sin embargo, en el estribillo, ocurre la parte más social del baile: el cambio de pareja. En un movimiento rápido y coordinado, los hombres o las mujeres cambian de pareja, lo que garantiza que todos los participantes interactúen entre sí. Esta dinámica evita que el baile sea monótono y lo convierte en una verdadera celebración comunal.
El Sorondongo no es solo un baile, sino un símbolo de la identidad de las islas orientales. Es una de las expresiones folklóricas que más se ha conservado, no solo en la memoria de los ancianos, sino en las romerías, festivales y fiestas patronales. Hoy en día, las asociaciones folklóricas y las escuelas de baile se encargan de enseñar sus pasos y canciones a las nuevas generaciones, asegurando que su legado no se pierda.
En comparación con otros géneros, la alegría contagiosa y el espíritu colectivo del Sorondongo lo hacen único. Mientras que la Folía evoca la solemnidad y el Malagueño la nostalgia, el Sorondongo es la encarnación de la fiesta, de la alegría de estar juntos y de compartir la herencia musical y dancística de un pueblo.
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