Zhungdra (Bután)
El Zhungdra no es simplemente un género musical; es la tradición musical clásica de Bután, cuyo nombre se traduce como “la gran tradición”. Sus raíces se remontan al siglo XVII, un período de unificación para la nación bajo el liderazgo de Shabdrung Ngawang Namgyal, quien no solo unificó los principados feudales en un solo país, sino que también consolidó su identidad cultural y espiritual.
Lo que define al Zhungdra es su estructura musical única y su enfoque en la expresión contemplativa en lugar del simple entretenimiento.
El Zhungdra es conocido por su tempo inusualmente lento y deliberado. Las melodías se cantan con una flexibilidad rítmica que a menudo desafía la métrica occidental. El ritmo es libre y la melodía se estira y se contrae para transmitir un sentido de profunda emoción y seriedad. Esto no significa que carezca de estructura; por el contrario, los patrones rítmicos son complejos y a menudo se basan en fórmulas no obvias que los músicos experimentados conocen por tradición.
El estilo vocal es la característica más distintiva del Zhungdra. Los cantantes utilizan una técnica melismática donde una sola sílaba se adorna con múltiples notas. Esta ornamentación vocal no es un simple embellecimiento, sino que sirve para prolongar el sentimiento de la palabra y meditar sobre su significado. Las melodías vocales son a menudo fluidas y sinuosas, con grandes saltos de notas y un uso intensivo del vibrato y los glissandos vocales que le dan un tono casi etéreo.
La instrumentación del Zhungdra es un elemento fundamental que lo distingue. Los instrumentos tradicionales tienen un papel preciso y complementario, creando un sonido rico y complejo.
El instrumento más importante y central del Zhungdra es el dranyen, un laúd de siete cuerdas sin trastes. A menudo se le llama la “guitarra nacional” de Bután, y su forma es un elemento icónico de la cultura butanesa. En el Zhungdra, el dranyen no es solo un acompañamiento rítmico, sino que a menudo toca una melodía que dialoga con la voz, respondiendo a las improvisaciones del cantante con sus propias frases melódicas. Su sonido es percusivo y melódico a la vez, y el músico lo toca con un plectro para crear intrincados patrones de punteo.
La lingm es una flauta de bambú de cinco orificios que añade una capa melódica. Su sonido es aéreo y melancólico y se utiliza a menudo para tocar las notas más altas de la melodía, creando un contrapunto con la línea vocal principal y el dranyen.
El yangchen, un dulcimer martillado, complementa el ensemble. Se toca con dos martillos de madera que golpean las cuerdas, creando un sonido brillante y reverberante. El yangchen proporciona un apoyo armónico y una textura de fondo que enriquece el sonido general del Zhungdra.
Las letras del Zhungdra, conocidas como Lu, son una parte integral del arte. Estas no son simplemente canciones; son narrativas, oraciones y poesía.
Las letras a menudo cuentan historias de héroes nacionales, eventos históricos y viajes de peregrinación. Sirven como una forma de historia oral, preservando el pasado para las futuras generaciones.
El Zhungdra tiene un profundo significado cultural y social en Bután. Es más que música; es un vehículo para el bienestar espiritual de la nación, que se alinea con la filosofía del Felicidad Nacional Bruta (FNB).
La naturaleza lenta y meditativa del Zhungdra es una herramienta para la contemplación y la introspección. Las letras a menudo contienen referencias a la sabiduría budista, las leyendas de los santos y los valores tradicionales, lo que lo convierte en una forma de enseñanza cultural y espiritual.
El Zhungdra es un símbolo de la identidad butanesa. Su preservación es vista como una forma de mantener la soberanía cultural del país en un mundo globalizado. Se interpreta en ceremonias nacionales, festivales y eventos importantes, reafirmando la conexión de la población con su patrimonio.
Muchas canciones de Zhungdra narran historias de figuras históricas, eventos importantes y leyendas. Al ser transmitido de generación en generación, el género sirve como una forma de historia oral, preservando el conocimiento del pasado para las futuras generaciones.
A pesar de su importancia, el Zhungdra ha enfrentado desafíos en la era moderna. La llegada de la música Pop de la India y otros países ha hecho que las tradiciones más antiguas sean menos atractivas para la juventud. Muchos de los maestros del Zhungdra han envejecido, y el número de nuevos estudiantes ha disminuido.
Sin embargo, hay un creciente movimiento para su preservación y revitalización. La Real Academia de Artes Escénicas (RAAPA) de Bután está a la vanguardia de este esfuerzo, enseñando el género a una nueva generación de músicos. Además, artistas butaneses modernos están fusionando elementos del Zhungdra con la música Pop y otras formas, creando un estilo híbrido que está ganando popularidad y atrayendo a nuevas audiencias. Este renacimiento es una señal de que el Zhungdra no es solo un relicario del pasado, sino una forma de arte viva que continúa evolucionando y enriqueciendo la cultura butanesa.
Fuentes:
• Texts.mandala.library.virginia.edu
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