El Caballito Blanco (México)

 

 

Acaso un primer garabato ecuestre quedó bosquejado hacia 1518 cuando arribaron fuerzas españolas encabezadas por el capitán de nombre Juan de Grijalva a la desembocadura de un río que, posteriormente y hasta nuestros días, es identificado con el apellido de este mismo personaje.

Un año más tarde, Hernán Cortés cruza por el mismo lugar para avanzar tierra adentro, encontrando la resistencia de los nativos que serían finalmente derrotados en lo militar; en esos combates. Es de suponer que los caballos, tan desconocidos por los indios como las ballestas que escupían fuego, tuvieron en ellos efectos desalentadores. Por su localización geográfica es posible deducir que los pueblos que resistieron la invasión ibérica fueron precisamente los chontales, en su lengua materna yokot'an, quienes se incorporarían así al proceso colonial y a las posteriores etapas históricas de la nación mexicana, ya como parte del estado de Tabasco y de municipios y comunidades actualmente identificadas. A este hecho histórico se atribuye la danza actual de El Caballito Blanco, ya que en ella se representa aquel enfrentamiento donde habría resultado vencido el guerrero nativo.  Al asumirse como indígenas, los chontales de Tamulté se ven a sí mismos —a través del personaje de la máscara— como uno de los tantos pueblos vencidos. La trilogía máscara-indígena-derrotado es un estigma que prevalece en su conciencia cotidiana y en los mitos que narran la antigua derrota militar. Más aún, sus propios relatos mítico-históricos recuerdan permanentemente la sustitución del ancestral culto a una de sus deidades más importantes, Kantepec, por el que rinden a quien, desde hace cinco siglos, ha pregonado el cristianismo en suelo americano. En contraste, la figura del caballito, asociada con el español, es estimada como una entidad casi reverencial, animada y vital. El trato de privilegio que se le concede cada año en la fiesta, “alimentándolo” con pastura, maíz y agua, da una idea de la importancia que se le asigna, no sólo al animal en sí, sino a lo que éste representa para los indígenas: caballito-español-victoria.
Los símbolos que exhibe no dejan lugar a dudas: en el pecho lleva el emblema de la cruz, y sobre su lomo, al jinete con la espada ensangrentada, que remite a la herida del adversario. Como Garrido, los españoles destruyeron los altares y los ídolos y no aceptaron la religión yokot'an. Jonuta resistió, matando al catecismo cristiano. El rey lo sancionó desapareciendo el pueblo. En 1575, el obispo Landa torturó y mató a muchos sacerdotes, curanderos, hierbateros y recomendadores indígenas. En 1631, se prohibió, en Tamulté de las Sabanas, la Danza del Tigre, por entregar ofrendas a Kantepec. Se les prohibió porque sacrificaban gallinas y se simulaba el sacrificio de un individuo que era entregado a los tigres. Los caciques entregaban los ídolos y acusaban a los curanderos para ganar el favor de los españoles. Tardó mucho la religión yokot'an en resurgir con nuevas prácticas cristianas. Por su parte, al interior de la comunidad chontal, específicamente en el poblado de Buenavista Primera Sección, existe un relato escrito en español, de este proceso que ilustra, prácticamente a la manera de una radiografía, el tránsito de un pasaje histórico a un relato mítico; dada su relevancia se expone el documento referido en su totalidad. Aproximadamente en el año de 1500, en la vieja estancia, actualmente villa tamulté de las sabanas y sus comunidades vecinas en esta provincia de tabasco, se bailaba la Danza del Tigre; donde se disfrazaban de dicho animal y danzando hacen toda clase de actos; los tigres simulan pelear con un indio que se vestía de guerrero, al que amarran y simulan sacrificar en una cueva que le llaman “la cueva del K'antepec” donde en lugar del indio sacrificaban gallinas como ofrenda a su dios, recordando las viejas costumbres de sus antepasados; durante todo este acto tocaban música autóctona, gritaban y bebían fermentos que los dejaban en estado lastimosos hasta caer rendidos. Paso varios años, cuando el 12 de marzo de 1519, Hernán Cortes toma por conquista el territorio tabasqueño, esto dio lugar, que el 13 de marzo se lleve a cabo la batalla de Centla (cerca del lugar donde se establecían estos indígenas de la vieja estancia), donde aparecieron hombres montados a caballos armados de lanzas y dando batalla entre los indígenas, estos se atemorizaron, porque pensaron que eran dioses.
Con la conquista de este territorio llega a establecerse también la iglesia católica, estando todavía en su auge la santa inquisición, en 1631, los indígenas todavía bailaban la Danza del Tigre, pero al dominar más la santa inquisición en el aspecto religioso, prohibido este tipo de danza, porque los actos realizados en ella, estaban en contra de la religión de aquellos tiempos, pero los indígenas no respetaron esas leyes, por lo que comenzaron a practicarlo a escondidas en casa de los mayordomos o principales de las comunidades, teniendo un cambio en sus ritos, porque en esta aparecía un hombre danzando con una máscara puesta y no era acompañado por los hombres disfrazados de tigres, cambiándole también el nombre de la danza: “El K'oya” que significa Enfermedad Maligna representado en dos formas, hombre bueno y malo. Hoy en día se bailan en la comunidad de la zona indígena de la Sabana, en el maromo de las fiestas patronales. Más tarde sucedió que, recordando la conquista de 1519 y recordando la batalla, los indígenas hicieron un caballito blanco, porque pensaban que en ese entonces de la batalla, que los hombres montados a caballos eran mitad hombre y mitad animal y de esta manera completaron su danza imitando tal y como había sucedido en la batalla de Centla, así nace la Danza del Caballito Blanco. La danza de conquista lo hacen a través de las mímicas expresando el deseo de pelear; el español raya y baila su caballo amenazando al mismo tiempo con la espada; el Chontal o el K'oya se inca para afilar su machete y amenaza con atacar, los pasos de ambos son diferentes; el Español sostiene todo el tiempo un paso de galope simple de planta y algunas veces lo puntea, sobre todo cuando a atacar.
El Chontal, ejecuta un paso de cambio parecido al primer paso del zapateado, sólo que aquí, en vez de ser figurado lo ejecuta en forma simple. Ambos usan un valseado para desplazarse entre el juego de expresión corporal y la mímica; por ejemplo, cuando el español golpea al chontal en la cara, este retrocede haciendo expresiones de dolor con la cabeza y brazos, toca toda la máscara y se ve la mano como si esta estuviera ensangrentada. Al final cae el K'oya después de haber sido empujado por el caballo durante un buen trayecto para ser atropellado al final, allí el chontal clava su machete en el flanco del caballo y al mismo tiempo el español pone la punta de la espada en el pecho del K'oya. Presumiblemente, la primera fuente escrita de estas versiones fue el testimonio dejado por fray Sebastián Villela en 1631 y que Carlos Navarrete dio a conocer en la década de los 70. La música se ejecuta con flauta de carrizo y tres tambores de diferentes tamaños. Se presentan, entre otras fechas, el 4 de octubre, en dedicación a Francisco de Asís, patrono del lugar. Entre los documentos se conserva el relato de Silverio García Cruz sobre cómo el dios Cantépec (luego representado en la figura del santo franciscano) les dio granos para alimentarse y por ello le ofrecen la danza. Los intérpretes visten usualmente de blanco. El que personifica al conquistador lleva atado a la cintura un armazón de madera simulando al caballo; y quien hace el papel del indio porta una máscara pintada de rojo con rostro de niño. La coreografía se basa en movimientos libres aparentando un combate entre ambos personajes.

 

 

Fuentes:

 

• Es.scribd.com

• Cid-albertobeltran.cultura.gob.mx

 


 





































 





















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