Tumbe (Chile)

 


Desde principios del siglo XXI, en Chile comenzó a desarrollarse un incipiente movimiento social afrodescendiente, cuyo foco principal surge en la ciudad de Arica, frontera norte del país.

Posibilitado por nuevas estructuras de oportunidades políticas, las organizaciones afroariqueñas comenzaron a articular parte de sus demandas a través de la popularización de una música-danza llamada Tumbe Carnaval. Dos décadas más tarde, el 16 de abril del 2019, el Estado Chileno promulgó la Ley Nº 21.151, que les otorgó el reconocimiento legal. Pocas personas conocen que, más allá de la expresividad de las actuales comparsas afroariqueñas, existe detrás una historia: el encuentro de familias tradicionales afrodescendientes y la gestación de una comunidad, que revivió el Tumbe Carnaval alrededor de los años 2001 - 2003, pues hace décadas que ya no se bailaba. Además, el nacimiento de la primera comparsa “Oro Negro” y resurgimiento del Tumbe Carnaval, se gestó en el seno de la emergencia y autoproclamación de la comunidad como afrodescendientes para ser reconocidos por el Estado de Chile. Alrededor del año 2000 se inició un trabajo reivindicativo como afrodescendientes que dio nacimiento a la ONG Oro Negro, la primera organización afrodescendiente en Chile, liderada por Sonia Salgado y Marta Salgado. Tras la participación de estas dirigentes en la Conferencia Mundial contra la Xenofobia y el Racismo de la ONU, realizada en Durban el año 2001, la comunidad afrodescendiente diagnosticó como necesario realizar un trabajo colectivo por revivir su memoria y consolidar sus prácticas, patrimonios e historias en la región para visibilizarse.
Entre los relatos orales emergió como figura evocativa un baile que se ejecutaba en fecha de carnaval. Los abuelos recordaron a sus padres como lo bailaban en fiestas familiares, mayormente en zonas rurales (aunque también en la ciudad), cuya característica era el movimiento de la cadera y el formato de ruedas o rondas de personas bailando. En este jolgorio, con cantos y coplas, la mujer meneando la cadera jugaba a botar al compañero de un caderazo, marcado por el grito ¡Tumbe Carnaval! Aunque ya no se bailaba, producto de la persecución que vivieron los antiguos negros con la chilenización, las nuevas generaciones en este proceso de “rescate” y “recreación” -como lo llama la comunidad- decidió revivir este baile y conformar una primera comparsa que expresara su presencia como afrodescendientes. En Chile se creía que no había negros, pero con el trabajo colectivo de tanta gente que le dio vida a este movimiento, empezaron a llegar muchas personas de afuera que venía a hacer sus investigaciones sobre antropología, sociología, psicología de danza, musicología y que mostraban un interés íntegro a este fenómeno. En el 2002, un grupo de la comunidad entusiasmados por revivir su historia inició un trabajo para recomponer las piezas perdidas de este baile, sumándole movimientos, vivencias, sonoridades y recuerdos. Fue una experiencia de memoria colectiva en la que se articularon las principales familias afrodescendientes (Salgado, Ríos, Báez, Corvacho, Huerta, Quintana, entre otras) y vino a remecer vidas ayudando en el proceso de auto-reconocimiento de muchos miembros de la comunidad.
Gracias a los relatos obtenidos de las personas mayores, hicimos la recreación del género, tomando como elemento central al caderazo, un tipo de baile de fiesta, con jolgorio, mucha energía y por, sobre todo, de carnaval. Según la gente mayor, esta danza surgió de un tipo de baile que consistía en que los afros se reunían en un círculo para tumbarse con las caderas, golpear las palmas, cantando coplas y percutir lo que tuvieran a mano, ya sea una mesa o un tarro. Asimismo, la ONG Oro Negro obtuvo un proyecto Fondart (2002) para financiar la investigación y tener insumos para conformar la comparsa, aunque ya venían desarrollando esta labor. En su ímpetu por marcar hitos y hacerse visibles como afrodescendientes, Oro Negro, realizó la primera Conmemoración a la mujer Afro, el 24 de junio 2002. En este acto se presentó un cuadro de bailes afro por el grupo juvenil; ellos, si bien estaban gestando el Tumbe Carnaval, aun no estaban listos para mostrarlo al público. Pero ese acto ya dio las primeras luces al Tumbe, pues fue el primer cuadro de baile de la colectividad y quienes lo integraron estaban en proceso de rescatar y darle vida al Tumbe Carnaval. Observándose, además, que desde un inicio fue importante para ellos contar con expresiones danzadas y musicales para su reivindicación identidataria.
Esta recreación estuvo a cargo en el aspecto musical de Yoni Olis Larronda y Gustavo del Canto Larios, mientras que en danza, el trabajo lo realizó Carolina Letelier Salgado. Finalmente, con la necesidad de mostrar los resultados de su trabajo y, sobre todo, para marcar un hito en el calendario de celebraciones de la región, la comunidad decidió sacar a la luz el Tumbe Carnaval y conmemorar la festividad de Pascua de Negros, como una celebración tradicional de las familias afrodescendientes. Así, el domingo 5 de enero del 2003 se realizó el primer pasacalle, ocasión en que la primera comparsa recorrió el antiguo barrio negro Lumbanga al ritmo del Tumbe Carnaval. Aquel suceso marco la vida social de la región, siendo portada del diario La Estrella de Arica, cuyo reportaje se tituló: “Carnaval de color en Pascua de Negro”, apareciendo por primera vez en el espacio público y conmoviendo los recuerdos de antiguos ariqueños, pero sobretodo reavivó una red de familias negras que al ver este pasacalle se interesaron por participar. Los días posteriores de la celebración de Pascua de Negros esta comparsa participó del Carnaval de Arica con la Fuerza del Sol como invitado especial, siendo la sensación de dicho carnaval. Esta primera formación de la comparsa, bajo el alero de Oro Negro, tuvo vida casi un año. Se sumaron personas, como bailarinas, músicos o personajes, como la viuda y el ño carnavalón, dando forma a un estilo afroariqueño. Algunas personas con dudosas fuentes nombraron al ritmo “Tumba”. La que no tiene ninguna novedad en el mundo musical del extremo norte de Chile. Existe y no es necesario recrearla. Se puede escuchar y ver en el poblado de Codpa durante los carnavales estivales. Allí puede notarse que esta expresión musical tiene importantes rasgos andinos, españoles y, si se escucha con mucha atención, alguna influencia afro. La comparsa Oro Negro se mantiene hasta hoy, pero de sus subdivisiones nacieron otras agrupaciones. La primera salida de la comparsa afrodescendiente no sólo fue un hito sino una semilla. De ahí brotaron nuevas organizaciones afrodescendientes y se expandió el Tumbe Carnaval con nuevas comparsas, manteniéndose en la memoria la mítica primera comparsa. Hoy en día existen varias comparsas y agrupaciones que hacen Tumbe. No solamente a nivel regional, sino que en el resto del país como en Antofagasta, La Serena, Valparaíso, Santiago Concepción e, incluso, en Coyhaique lo bailan.



Fuentes:

 

• Elmorrocotudo.cl

• Tumbacarnaval.wordpress.com



















































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