Chirimía (Colombia)
La Chirimía es un estilo musical de Colombia, más específicamente, del departamento de Cauca. La palabra Chirimía tiene una doble aceptación en el folklore colombiano. Por una parte, es un instrumento desaparecido debido a su difícil ejecución, pero Chirimía también se llamó al conjunto donde este antiguo instrumento era parte del mismo, cuya función melódica estaba reforzada por las flautas de caña.
La Chirimía es un aerófono
primario, o de culturas primitivas, que los españoles llevaron a América,
aunque su origen es árabe, siendo trasplantada por los moros a Hispania en los
siglos de dominación musulmana. Tiene una dimensión aproximada de 40 a 42 cm de
longitud, con agujeros y boquilla fijas, construido en barro como instrumento
arcaico y barroco. Actualmente se encuentra totalmente desaparecida por causa
de su difícil ejecución. Con un sonido bastante aproximado al de la gaita
colombiana o kuisi, exige un considerable esfuerzo pulmonar habiéndose dicho
también que su sonido lo producía la garganta del músico. Con la llegada de las
bandas militares a América, lo hizo también el clarinete, el redoblante y los
platillos, en donde los negros observaron su uso. Comenzaron a tantear con el
clarinete guiados por sacerdotes que tenían conocimientos musicales y, en ese
largo proceso, lograron algún dominio no muy estilizado, pero con definiciones
melódicas, lo que tradujo sus creaciones o inspiraciones a través de este
instrumento, que irrumpió el proceso de los formatos de las flautas. La Chirimía
se compone de un instrumento típico autóctono como lo es la tambora y de tres
influencias como son: redoblante, platillos y clarinetes. Esta formación de la Chirimía
sirve para amenizar las festividades religiosas o patronales: bailes, misas, procesiones,
alumbramientos y demás diversiones en general en donde los negros interpretan
músicas propias o influenciadas como Abozaos, Aguabajos, Sainetes,
Tamboritos,
Sones,
Porros,
Chocoanos,
Bundes,
entre otras, así como también otros ritmos foráneos como Polka, Mazurca,
Jota,
Contradanza,
Pasills,
Fox-Trot,
etc. El proceso de crecimiento e innovación de la Chirimía permitió el
ingreso de otros instrumentos de viento, inicialmente el fliscorno o
bombardino, que cumple funciones básicas de acompañamiento, los saxofones como
segunderos o acompañantes melódicos, así como se presentan casos de Chirimías
a dos y tres clarinetes.
En ese movimiento de expansión y elasticidad tomó la
voz de la Timba y el sexteto creciendo el formato con el nombre de Chirimía
Cantada. Por su parte, surgió la necesidad del acompañamiento armónico
con mayor ahínco en la voz, introduciéndose actualmente el bajo eléctrico,
teclados, guitarras, congas o tumbadoras, dando origen a la Chirimía
Orquestada, que tiende a popularizar el formato con fines comerciales
adoptándose a los estándares de la música euroccidental. La Chirimía
ejecuta aires o músicas propias y de otros contextos. Por su raíz afro, la Chirimía
recurre a la improvisación o variaciones que muestran la versatilidad y el virtuosismo
del clarinetista, también en el bloque percusivo representan improvisaciones
rítmicas de corta duración o constantes. La Chirimía presenta en su
desempeño y desenvolvimiento, una similitud replicada con bandas de Jazz
afroamericano, mostrando el ejecutante la interpretación de unos caracteres
según el estado de ánimo del momento, y conceptos reseñados (asperezas,
gravedades, afinaciones altas, rangos y registros desproporcionados,
alteraciones instrumentales, entre otras), aunque difiere en el grado de
conocimiento musical presentándose una dualidad en cuanto a la técnica y lo
rudimentario, entre estilizado y la capacidad de interpretarlo que se siente,
entre lo aprendido y lo practicado, entre el saber académico y el saber
tradicional. Hoy en día, en las ciudades conviven todas las variantes de la Chirimía.
El género goza de popularidad en la región de origen y es el formato que tiene
mayor proyección de los estilos musicales del Pacífico, ya que ha tomado o
absorbido la hibridación, y por ende ha crecido gracias al cruce de músicas y
seguirá creciendo de la mano de sus elementos básicos iniciales, manteniéndose
la armonía, la convivencia entre primarios y secundarios o instrumentos de
reacomodo.
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