Mandingue (Mali)




Varios de los grandes músicos del Africa Occidental son Griots que perpetúan la tradición de sus antepasados, cantando de generación en generación las genealogías y alabanzas de las clases reales y familias nobles del antiguo Imperio Mandingue o Imperio de Mali, cuna de grandes familias de Griots como son Kouyaté o Diabaté. Los Griots o Djélis representaban a la sabiduría, la razón, las normas y valores de la sociedad, representaban también un papel de portavoz entre el pueblo y los gobernantes, utilizando el encanto de su música y su verba para hacer saber lo que es difícil de decir. Esta música existía desde el Siglo XIII pero no era popular. No fue sino hasta la llegada del rey Soumangourou Kanté, con su balafón místico, que la música comenzó a ser popular. La leyenda cuenta que un día Soundjata Kéita envió a un Griot para entregarla en matrimonio al rey Soumangourou Kanté. A su llegada el rey estaba ausente de su residencia, pero tenía poderes especiales que le permitía ver lo que sucedía en su casa durante su ausencia. El Griot, al entrar vio el balafon del rey y le dieron ganas de tocarlo, pero el supervisor del instrumento se lo impidió amenazándolo con que el rey lo mataría. En ese momento el rey entró y vio al Griot dispuesto a tocar su instrumento. Muerto de miedo el Griot se puso a cantar alabanzas a Soumangourou Kanté. El rey quedó maravillado por las palabras que evocaban su bravura y poder, por lo que decidió regalarle su balafon. Y le dio un nombre: Balla Fasséké Kouyaté. Fue con ese balafon que la música del Mande o Mali comenzó a difundirse. Como consecuencia el balafon comenzó a atraer a la gente. Otros Griots comenzaron a imitar a Kouyaté , dando así un carácter popular a la música. 
Mariama Kouyaté
Cuando la guitarra y otros instrumentos llegaron para modernizar esta música, los Griots conservaron el poder de las palabras y la fuerza de los textos, generalmente hechos en lengua del país Mandingue (bambara, soussou, wolof, shongai, etc.). Los textos constituyen los fundamentos de esta música, mientras que los sonidos del balafon y del kora le otorgan su inimitable originalidad. Los instrumentos tradicionales utilizados además del balafon son el kora, de 21 cuerdas, el n’goni de 4 cuerdas, el mandékan, el violín tradicional, el bolon, el gnanori, etc. Entre los primeros músicos mandingues en ser reconocidos fuera de Africa se encuentran Ali Farka Touré, Mory Kanté, Salif Kéita, Sekouba Bambino, Oumou Sangaré, etc. Sus sonidos entre jazzeros y bluseros le facilitaron la fusión con otras músicas del mundo. Esta ascensión fue gracias a los pioneros así como a las radios africanas de la época, Radio Dakkar y Radio Mali, que transmitían en toda Africa Occidental. Ba Soumana Cissoko, llamado afectuosamente el León del Desierto en Mali, cantaba para pasar mensajes importantes. Tocaba el N’goni (pequeña guitarra de 4 cuerdas) y hablaba a la vez. Durante 30 años animó en Radio Mali. A su lado estaban músicos como Kouyaté Sery Kandja, L’Essemble Instrumental du Mali, les Ballets Guineéns, de Kéita Fodé; Bembeya Jazz; Mongotafé Sacko (Griot de Mali de la época de la independencia del país); Kanté; Manfila; etc. Luego de esta generación vino la de Kandja Kouyaté, Amy Koita, Salif Keita, Mory Kanté, Ali Farka Touré, Babani Koné, etc. Todos ellos le dieron nuevo impulso a la Música Mandingue. La nueva generación cuenta con cuatro cabezas visibles: Mamani Keita, Habib Koité, Rokia Taoré y Tom Diakité que se presentan en escenario de todo el mundo.












 

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