Kuduro (Angola)
Las raíces de Kuduro se remontan a la década de 1980 cuando los productores de Luanda, Angola comenzaron a mezclar las muestras de percusión africana con calypso y Soca para crear un estilo de música conocido entonces como "Batida". La música Europea y la música electrónica de América habían empezado a aparecer en el mercado, que atrajo a músicos de Angola y los inspiró a incorporar sus propios estilos musicales. Se le atribuye el inicio del género a Sembem. El Kuduro es el resultado del choque entre la música tradicional angoleña (semba, kizomba) y la música electrónica occidental (house, electro, techno). En portugués Kuduro significa literalmente "culo duro". El baile incluye toda una serie de movimientos espasmódicos, y también puede desembocar en tórridas escenas de roce. Como suele ocurrir en estos casos, existen diferentes versiones sobre la invención del género. Una de las más recurrentes sitúa el origen del invento en 1991. Según cuenta la leyenda, el kuduro está directamente inspirado en los bailes de ¡Jean-Claude Van Damme! Tony Amado asegura que le vino la inspiración viendo una película en la que el actor belga, entre mamporrazo y mamporrazo y tras beberse hasta el agua de los floreros, se echaba un bailecito: fue ponerse Van Damme a bailar, rígido y con el culo apretado, y producirse la epifanía. El Kuduro ha trascendido los límites del underground hasta convertirse en una de las músicas más escuchadas en los suburbios urbanos de un país en el que más de la mitad de la población son jóvenes. El 11 de noviembre de 2005 tres de los kuduristas más populares del país, Tony Amado, Semben y Dog Murras, tocaron para treinta mil personas en el concierto de conmemoración del trigésimo aniversario de la independencia de Angola. La implantación del Kuduro ha sido posible gracias a unos métodos de difusión bien diferentes a los conocidos en occidente. Sin necesitar a una compañía de discos, una radio o MySpace cuando cuenta con la complicidad de los conductores de autobús de la capital del país.
Buraka Som Sistema |
Tras grabar su canción en un pequeño estudio casero (léase un cuarto con ordenador) el kudurista le pasa el CD a un "candonguerio" –conductor de "candongas": red de furgonetas utilizadas para el transporte colectivo en Luanda– para que pase el tema durante el viaje. Si a los viajeros les gusta, el tema se acabará convirtiendo en un hit masivo en los suburbios. No obstante, no a todos los angoleños les gusta oír Kuduro cada vez que se suben a un autobús ya que las letras no son ajenas a la trilogía sexo, violencia y denuncia política que han dado origen a una polémica que no difiere demasiado de la surgida en occidente al calor de la aparición de otros géneros volcánicos: mientras algunos vinculan el kuduro a la violencia pandillera y abogan por prohibir su difusión en las "candongas", otros creen que el kuduro, al contrario que otros géneros musicales más folklóricos, es un vehículo para que los jóvenes expresen sus frustraciones y cuestionen la realidad del país. Las letras critican la política y la sociedad, hablan sobre la situación social de los pobres. Es la única música contemporánea que representa genuinamente a los angoleños. El kuduro angoleño ha conseguido asaltar las pistas de baile del norte gracias, sobre todo, a la conexión Luanda-Lisboa. Aunque el primer disco de Kuduro editado en Europa data de 1999 –A felicidade, de Se Bem–, 2006 fue el año en que el kuduro empezó a ser algo más que un murmullo gracias a la publicación de dos trabajos: el EP From Buraka To The World, de los lisboetas Buraka Som Sistema y el LP Frédéric Galliano Presents Kuduro Sound System (2006), fruto del viaje a Angola del músico francés para familiarizarse con el nuevo sonido y entrar en contacto con artistas locales.
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