La fiesta de San Juan de Curiepe es una celebración afro descendiente que se realiza en el pueblo de Curiepe, en el Estado Miranda en Venezuela. En esta se rinde veneración a la imagen de San Juan Bautista, con una serie de rituales de música y danza que se realizan desde la medianoche del 23 hasta la tarde del 25 de junio de cada año.
San Juan es una de las festividades que
reúne más devotos a lo largo y ancho del país, siendo la manifestación de
Curiepe una de las más conocidas en la nación. La fiesta de San Juan de Curiepe
tiene sus orígenes en la Venezuela colonial, época en la que a los negros
africanos esclavizados en este poblado se les otorgaban días desde el 23 al 25
de junio para celebrar la recolección de las cosechas y el día de San Juan. Pobladores
de Curiepe cuentan que la devoción a San Juan Bautista proviene de la
imposición que la Iglesia católica hiciera de esta imagen en la cultura afro,
que realmente festejaba la de Juan Congo, un príncipe africano a quien
continuaron rindiendo culto en esta localidad. En Curiepe poco a poco se ha ido
rescatando la celebración del Congo, siendo este hoy día patrimonio cultural
del Estado Miranda. El 24 de junio es el día más largo del año, posterior al
solsticio de verano, ese día en los estados centrales de Venezuela, se celebra
una fiesta que reúne infinidad de devotos, se trata de la Fiesta de San Juan
Bautista, antigua tradición en la que se realizan diferentes actos religiosos y
culturales durante la medianoche, el amanecer y la noche de la celebración. Se
trata de la celebración del nacimiento del santo, (único santo junto con el
Niño Jesús al que se le celebra el nacimiento) y reúne quizás la mayor cantidad
de creyentes y devotos. Esta fiesta coincide con la entrada de las lluvias...
La noche anterior, el 23, se dejan ver los adornados altares que ocupa el santo
y al ritmo de tambores se realiza el Velorio de San Juan, la noche es larga y
transcurre acompañada de licor y tambor. El 24 en la mañana, bien temprano se
prepara el santo para salir de la casa donde está guardado, sobre la cabeza o
brazos del que sea su guardián es llevado a la iglesia acompañados de devotos y
seguidores a recibir los honores de una solemne misa que una vez concluida
marca de nuevo el comienzo del Repique de Tambores. Una procesión
recorre el pueblo, el santo va recibiendo dádivas, agradecimientos y
reconocimientos, cada cierto tiempo la procesión se detiene y rinde a viva voz
homenaje a San Juan, los bailes al ritmo del tambor se dan en cada parada, los
tambores suenan fervientemente, en el baile el hombre acosa a la mujer y esta,
entre ritmos eróticos y provocadores se le escurre, todos llevan pañuelos de
colores que agitan en todo el camino, esta procesión de gente se dirige a la
casa de donde salió el santo, allí se reúnen y continúan la celebración entre
fuegos artificiales, bebidas, tambores y bailes.
En las costas aragüeñas los
pescadores de la zona se reúnen y sacan en una procesión marítima al Santo, los
peñeros son adornados y hacen un hermoso y colorido recorrido en honor a San
Juan que culmina en Ocumare De la Costa, allí se congregan todos los San Juanes
acompañados de los grupos de cada pueblo, esta celebración es llamada el
encuentro de San Juanes. Estas fiestas son acompañadas por los tambores, es
música de golpe, con ritmo y por supuesto bailable, el canto expresa la
devoción al santo, las letras varían y generalmente son improvisaciones que
evocan la vida, la esperanza y el amor. Se utilizan diversos tipos de tambores,
guaruras, maracas y charrascas, la música va siempre acompañada de danza. La
noche de San Juan es mágica se cree que cortarse el pelo en una noche del 24 de
junio le hará tener buena suerte y verter un huevo en un vaso de agua le
permitirá según la forma que tome observar el futuro. Las fiestas de San Juan son
famosas, plenas de magia y encanto, noche de tambores y baile. el santo es
dueño del espacio, de sus fieles y del alma de la fiesta, San Juan todo lo
tiene...San Juan todo lo da... El día 23 a las doce del mediodía, el repicar de
las campanas de la iglesia, el estallido de los cohetes y el toque del tambor
mina que se instala en la Plaza Bolívar del pueblo, anuncian el inicio de la
celebración de San Juan. Con el altar preparado en la Casa de la Cultura, en
horas de la tarde sacan a San Juan de su casa sobre las andas, y en compañía de
todo el pueblo es trasladado es este lugar en donde se celebrará la Nochebuena y,
por ende, su velorio.
Desde la llegada de San Juan a su altar cientos de
curieperos se van acercando progresivamente a la imagen a ofrecerles sus
oraciones, agradecerle sus dones y entregarle sus ofrendas. Desde hace pocos
años se ha vuelto tradición ofrecerle a San Juan una o varias tortas para su
cumpleaños como parte del pago de promesas. Estas deben ser mordidas sin ser
picadas, a las 12 de la noche, luego de que el pueblo en pleno se reúna frente
al altar a cantarle cumpleaños al santo al ritmo del Culo e' Puya. En horas de
la mañana, San Juan es devuelto a su casa (de la familia encargada por
generaciones de cuidarlo) para ser cambiado de ropa y prepararlo tanto a él
como a sus andas para la misa que se celebrará a las doce del mediodía en su
nombre. Mientras el santo es preparado, durante la mañana los curieperos se
acercan a bañarse al río del pueblo para purificarse y recibir las bendiciones
de San Juan, bajo la creencia de que ese día las aguas están benditas. A las
doce del mediodía los curieperos en la iglesia, o en sus alrededores, escuchan
la misa en honor a San Juan, que se distingue de cualquier otra por poseer un
coro de voces negras que entonan cantos eclesiásticos al ritmo del Culo e
puya, el Quitiplás, el Malembe y otros ritmos afros que son
tocados durante la ceremonia. Al abandonar la iglesia, San Juan es trasladado
hasta la casa de la familia Alvarado, en manos de quienes está la organización
de su velada desde hace más de 30 años. Esta familia recibe en su casa tanto al
santo como a todos los curieperos, a quienes atienden con comidas, bebidas y
presentes gratuitos durante todo el día del 24 como parte de un pago de promesa
que alguna vez le hicieran al santo. Esa misma noche San Juan es llevado
nuevamente a la Casa de la Cultura del pueblo, en donde continúan sonando los
cueros del Culo e puya, mientras que en la plaza central se concentran los
curieperos que continúan bajo el ritmo del mina y el curbata. La tarde del 25
la algarabía y el fervor inundan las calles de Curiepe, cuando el pueblo en
pleno se reúne en una procesión al ritmo de los cueros, que pasea al santo por
las principales calles del lugar. El momento cumbre del recorrido surge en el
encuentro entre las imágenes de San Juan Bautista y San Juan Congo, que
recuerda los orígenes de la manifestación. La procesión culmina en una
concentración popular frente a la iglesia del pueblo.
En esta se realiza el encierro
de San Juan, en donde se guarda al santo representándose de esta manera el fin
de la celebración. El Encierro de San Juan es realmente un acto simbólico, pues
una vez adentrado en la iglesia, el Bautista es sacado de la misma por una de
las puertas traseras y es llevado a escondidas nuevamente hasta su casa. Durante
la celebración de San Juan de Curiepe se realizan dos tipos de bailes el que
deviene del ritmo de la mina y el curbata; y el que se hace al son de la
batería de los tambores redondos. El mina y el curbata, se instalan
generalmente en la plaza central del pueblo y representan el lugar de gozo,
júbilo y reunión comunal. Generalmente se baila en una hilera de personas que
entrelazan sus brazos por las espaldas de sus compañeros y se desplazan en
grupo hacia adelante y hacia atrás. También lo bailan individualmente agitando
pañuelos al aire, y entonando los coros, en símbolo de alegría y festejo. En
oposición al desenfreno que puede generarse en la boca del mina, se observa la
entereza, el respeto y la seriedad con la que los Curieperos bailan el Culo e'
puya. Y es que, este baile sí se hace en homenaje a San Juan, incluso
hay quienes se lo ofrecen como pago de una promesa. No debemos olvidar que
donde está el Santo, está el Culo e' puya sonando. Durante el
baile, las parejas realizan desplazamientos semicirculares sin llegar a unirse,
en estos desplazamientos se mueven hacia adelante, hacia atrás o hacia los
lados, haciendo el mayor apoyo en uno de los pies y equilibrándose con el otro.
La danza se realiza inclinando el cuerpo hacia adelante hasta lograr un ángulo
de casi 45° en donde los pies forman una línea vertical y las caderas
sobresalen para formar el vértice. Durante la danza la mujer adopta un papel
agresivo y el hombre el defensivo, en donde este último intenta esquivar las
acometidas de la dama.
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