El diablo fue usado por el conquistador español como un elemento de miedo ya que el indígena no lo conocía, la pericia y astucia de los aborígenes, dio un carácter cómico y al mismo tiempo de reverencia ante el santo patrón o patrona.
El diablo pierde su carácter diabólico para convertirse en un diablo
burlesco que va danzando al santo patrono. El nicaragüense se identifica por
ser una persona que mantiene su cultura, quien se enorgullece de sus
tradiciones, en donde cada departamento muestra distintas maneras de celebrar
sus danzas coloniales. Jinotepe cabecera departamental de Carazo, tiene un
baile muy significativo como son los “Los Diablitos de Jinotepe” que desde
hace más cuatro siglos los jinotepinos celebran junto a la imagen de Santiago
Apóstol cada 25 de Julio. El baile es una burla hacia los españoles en donde
expresan el castigo por haber desobedecido a Dios. Desde el más pequeño hasta
el más grande de sus feligreses católicos se preparan para bailar junto a
Santiago, San Sebastián y San Marcos en las patronales de cada uno de estos
municipios como son Jinotepe, Diriamba, Dolores y San Marcos. Es una danza
folklórica regional es del género satírico donde se burla del poder español y
sus representantes. En ella, sus integrantes o bailantes tratan de expresar o simular
el alma en pena en el más allá; es el castigo por haber caído en desobediencia con
Dios. Inicialmente quienes participaban de esta danza eran personas humildes procedentes
del campo, especialmente de las comunidades de Wüiste, El Sol, El Artillero, Paso
de la Solera, La Hormiga, La Pitilla y otras jurisdicciones del departamento de
Carazo.
Con el paso del tiempo, se han integrado otras personas de diferentes
estratos sociales y de sectores urbanos como: La Conquista, Santa Teresa,
Diriamba y Jinotepe; todos ellos en cumplimiento a las promesas de su santo patrono.
Los llamados Diablos se presentan en otras ciudades de Nicaragua como en
Nandaime, Nagarote, Masaya y en Jinotepe, todos en honor a Santiago Apóstol, el
25 de julio, durante la procesión y el recorrido de la imagen. También en
Diriamba en honor a San Sebastián, el 20 de enero, y en Nandaime, en honor a
Santa Ana, el 26 de julio. En noviembre, el último domingo, llamado Domingo de Apante,
en honor a San Jerónimo. En todos los municipios donde existe la danza de Los Diablos
o Diablitos,
se debe de estudiar por separado sus características, las cuales marcan una
diferencia en la música, en el vestuario y en sus personajes, lo mismo que en su
coreografía y origen. La danza de Los Diablitos de Jinotepe se puede tomar
como herencia de los conquistadores y colonizadores españoles, ya que ellos transmitieron
los valores religiosos, sociales y culturales por donde se establecieron. En el
desarrollo de la danza intervienen entre 20 y 25 bailantes, siendo los
personajes principales: El Diablo Mayor y Corín, quienes dirigen a
los bailantes y establecen el diálogo, elemento que caracteriza esta danza.
Previa a esta introducción, el Diablo Mayor inicia el dialogo con Corín,
ambos son acompañados por los Padrinos, quienes organizan la danza
y le ayudan al Diablo Mayor. La estructura de la danza comienza con la música,
la cual es muy propia en esta expresión tradicional, y por un buen rato bailan
en círculos y luego se dividen en dos hileras: una guiada por el Diablo
Mayor y otra guiada por Corín (diablo segundo).
Una vez que han
bailado, cada uno se detiene formando hileras quedando frente a frente,
poniéndose de acuerdo con las coplas que van a recitar. Esta danza tiene
características propias, como el hecho que también participan niños, jóvenes y
adultos quienes han venido sosteniendo y conservando la expresión tradicional. Para
iniciar la danza, se detienen en cualquier parte de la calle durante el
recorrido de la procesión, forman filas y se ubican unos detrás de otros de
mayor a menor. En la parte inferior del círculo va La Muerte Quirina y La
Dama, quienes bailan con saltos laterales y alternos con los brazos en
los cuales llevan un pañuelo estampado con flores de gran vistosidad. Se
desplazan al son del violín de talalate, la guitarra y la guitarrilla, y
avanzan y retroceden al encuentro de las imágenes de San Marcos, San Sebastián
y Santiago Apóstol, quienes recorren las principales calles de la ciudad. El ritmo
y los instrumentos se confunden con el “juaa”, grito unísono que se mantiene
durante toda la danza y que lo identifica como una expresión oral de otros. El
vestuario consiste en trajes de paje de cortes europeos. El rostro lo llevan
oculto bajo una máscara de semblante europeo, rubicundo, ojos azules y nariz
aguileña. En las manos portan un trozo de tela o una toalla pequeña, la cual se
colocan en la nuca al momento de la danza. El vestuario es muy vistoso, camisa
manga larga de diferentes colores, llevan en la cabeza una corona, el sombrero,
la capa, la nagüilla, la pantaloneta, la máscara, las medias, los zapatos y el pañuelo. La corona está hecha de cartón, papel lustrillo,
palmas, ramitas de flores, y espejos.
Las palmas son elaboradas con papel
brillante y papel crespón. La capa y la nagüilla están hechas en forma de
cuadrilátero, con telas que por sus estampados y colores le dan vistosidad y colorido.
Están adornadas con lentejuelas y algunos promesantes aplican su creatividad y
dibujan en ellas leyendas como: “Viva Santiago”, otros dibujan los rostros de
los santos patronos: San Marcos, San Sebastián y Santiago, a quienes rinden
honor y gratitud por los milagros recibidos. La máscara es tallada por
escultores tradicionales y tiende a representar el rostro de los conquistadores
españoles. La madera que se utiliza para su confección es generalmente de jobo
o granadillo, pero no se descarta la utilización de otras especies de árboles
nicaragüenses. La Muerte Quirina viste un traje que lleva pintado sobre el mismo
un esqueleto humano, su rostro va cubierto con una capucha en la que va impresa
una calavera. Completa su atuendo una enorme tijera de madera que al ritmo de
la danza utiliza para separar a los observadores y dar una mejor visión a todo
el público. El vestuario de la Dama, es similar al de las
“inditas”, pero con máscara que simula el rostro de la mujer española. Esta
danza tiene su propia música y se ejecuta con violín de talalate, guitarrilla y
guitarra. La letra y la música es de origen anónimo, y mientras danzan, emiten
un grito articulado, que se puede traducir así: ajuá… ajuá... cuando cesa la
danza, recitan coplas. Esta danza tradicional es el hecho cultural más
importante como expresión cultural, y les da su propia identidad a las fiestas
patronales de Santiago Apóstol en Jinotepe, y se ha conservado a través de
generaciones, la cual no ha desaparecido bajo su contexto de origen, como es en
una celebración religiosa muy propia de la ciudad, y que la comunidad se
identifica plenamente como danza tradicional. El uso del violín de talalate, la
guitarrilla y la guitarra reviste mucha importancia para la conservación de la
música tradicional de la danza, la cual tiene su propia música, ritmo y letra,
la cual forma parte de los movimientos de la danza, con coplas y estrofas que
son cantadas a la hora de danzar.
Fuentes:
• Machoratonblog.wordpress.com
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