jueves, 13 de abril de 2023

Kankurang (Gambia - Senegal)

 


La danza Kankurang de Gambia y Senegal es una mascarada mandinga. Entre los mandinka de Gambia hoy en día hay dos formas básicas de vestuario para estos bailarines enmascarados, el Fara y el Fito Kankurang.

El personaje central del Kankurang es un iniciado que lleva una máscara hecha con la corteza y la fibra del árbol llamado faara; va vestido con hojas y lleva el cuerpo pintado con tintes vegetales. Se lo asocia a las ceremonias de circuncisión y a los ritos de iniciación. Su aparición está marcada por varias etapas rituales: la designación del iniciado que llevará la máscara y su investidura por los ancianos, su retirada a la selva con los iniciados, y las vigilias y procesiones de los nuevos iniciados a través de la aldea. Generalmente, el rito se celebra entre agosto y septiembre. El Kankurang siempre desfila rodeado de los antiguos iniciados y de los habitantes del lugar, quienes siguen su comportamiento y gestos respetuosamente, al tiempo que ejecutan cantos y danzas. Sus demostraciones van acompañadas de una danza entrecortada durante la cual maneja dos machetes y profiere gritos agudos. Sus seguidores, armados de palos y de hojas de palma, marcan el ritmo contando en coro y con tam-tams. El Kankurang aparece como una garantía de orden y justicia, además de ser el exorcista para alejar a los malos espíritus. Como tal, asegura la transmisión y la enseñanza de una serie de conocimientos y prácticas que constituyen el fundamento de la identidad cultural mandinga. Es un rito que se ha extendido a otras comunidades y grupos de la zona, constituyendo una ocasión para los jóvenes circuncisos de aprender las reglas de conducta que garantizan la cohesión de la comunidad, conocer los secretos de las plantas y sus valores medicinales, y aprender las técnicas de caza. Esta práctica tradicional está en decadencia a causa de la rápida urbanización de la mayoría de las regiones de Senegal y de Gambia, y de la reducción de los bosques sagrados, que han sido transformados en tierras de cultivo.
Como resultado, el rito se ha trivializado y la autoridad del Kankurang se ha socavado. A menudo, puede masticar la corteza mientras realiza su danza amenazante. Su propósito tradicional es reunir a los jóvenes que deben cumplir la circuncisión y protegerlos contra los malos espíritus agitando su machete mientras se inician en la edad adulta. Este rito de iniciación normalmente tiene lugar durante los meses de agosto y septiembre. También hacen una aparición ceremonial en Koriteh, bodas, ceremonias de nombramiento y en Navidad cuando desfila ceremonialmente por las calles de una manera feroz e intimidante seguido por muchos niños y acompañado por sus antiguos iniciados tocando tambores y llevando palos. El Kankourang sale del bosque y aparece entre la multitud en un estado de trance y con un machete entre las manos, que es con lo que aterroriza a la población sin llegar hacer nada, solo bailar y gritar. Se trata de ceremonias educativas en las que transmiten a los niños valores como el respeto a nuestros mayores, la humildad y el coraje antes de su llegada a la edad adulta. Cuando por fin han pasado por el proceso de circuncisión y todo el aprendizaje en el bosque, regresan al pueblo, donde son recibidos con gran respeto en medio de una gran festividad que se celebra con comidas, cánticos y el famoso Kankourang en medio de nuestra danza tradicional, el Djambaadong. Después de esta ceremonia nada vuelve a ser igual en la vida de estos niños, se les trata con un gran respeto y admiración. Es como si pasaran a una nueva etapa. El famoso Kankourang está presente desde el momento en que los niños son retirados al bosque hasta la finalización de las fiestas en el pueblo.
Luego desaparece y no se le vuelve a ver hasta el próximo ritual de circuncisión o cuando va a empezar la temporada de los mangos. Las mujeres no pueden participar en la sociedad secreta del Kankourang, que incluye la preparación del personaje mítico entre otras cosas. Solo pueden estar presentes en la festividad fuera del bosque. Hoy, en un entorno del área de las grandes ciudades, es difícil ver Kankurangs auténticos ya que algunas personas en esta área simplemente juntan tiras de trapos y telas sintéticas para vestirse y deambular por la ciudad actuando amenazadoramente por dinero. Para ver la realidad, debe dirigirse hacia el interior o ir al sur de Gambia ya que los auténticos pasan la mayor parte de su tiempo viviendo en el monte y salen cuando se les llama. Algunos dicen que el Kankurang se originó en el Imperio Kaabu de Mandinga en África Occidental en el siglo XII. Otros historiadores dicen que era parte de una sociedad secreta de caza llamada Komo que contribuyó al surgimiento de la nación Mandinga. Este período en la historia de Kaabu también vio el surgimiento de otras mascaradas importantes como Tinirinya (Tintirinya) y Mamoo (Maano).
Hay varios tipos de Kankurang, cada uno de los cuales cumple una función social diferente. • Ifangbondi: Es invisible al ojo humano y actúa para proteger a los niños iniciados del mal durante la noche. • Jamba: Este bailarín enmascarado es responsable de asegurarse de que la sociedad del pueblo sea ordenada y disciplinada a través de su aplicación. Este tipo se puede ver en ocasiones sociales como bodas y también da la bienvenida a los jóvenes recién iniciados al pueblo. • Wulengo: Se supone que protege a los niños circuncidados de los malos espíritus, la gente malvada y la brujería. Tradicionalmente, el Kankurang es una influencia vinculante importante en la sociedad Mandinka tradicional ya que sirvió para difundir entre los circuncidados las reglas de comportamiento social, la importancia de la hermandad, las prácticas de caza y los usos médicos de las plantas y hierbas. Sin embargo, las formas de vida modernas y la deforestación lamentablemente han erosionado gran parte de esta tradición, así como su autoridad, y hoy en día la mascarada se ve principalmente como una forma de entretenimiento local.

 

Fuentes:

 

• Accessgambia.com

• Ich.unesco.org

• Enegalatuspies.es

 

.


























































No hay comentarios:

Publicar un comentario