Alegría, algarabía y colores vivos son los principales protagonistas de esta celebración, también conocida como “Cortamonte” y que además, cuenta con una ferviente presencia en la zona de la sierra y la selva del país.
Las
festividades son únicas en cada país, En algunos territorios de América Latina,
existe una celebración que viene desde cientos de años atrás y se trata de la Yunza,
una fiesta llena de color y jarana. En Perú, esta celebración se realiza en
vísperas del cambio de estación, de verano a otoño, donde el clima se pone
cálido y húmedo, y la tierra se torna más fértil. Esta práctica cuenta con un
origen ancestral, debido a que se efectuaba como una ofrenda sagrada para
conmemorar a la madre del agua, llamada “Madrecocha”. También se han
encontrado cerámicos de la cultura Moche, donde aparece el “árbol de la vida”,
conocido como “Mallki”. Para la RAE, la Yunza se trata de una fiesta popular
celebrada durante la época de carnavales que consiste en trasplantar un árbol,
el cual luego se debe adornar con regalos, cintas de colores vivos y algunas
veces con globos. En medio de música y bailes, este debe ser derribado con un
hacha. Esta descripción se encuentra en el Diccionario de americanismos de la
Asociación de Academias de la Lengua Española. En el caso de Perú, se cuenta
con una descripción más explícita en cuanto a las costumbres del país. Yunza
es una celebración de carnaval que consiste en bailar alrededor de un árbol
adornado de espejitos, cadenitas, banderines y cargado de regalos. El pueblo se
reúne para celebrar, corta el árbol en un monte y mantiene enhiesto los días de
la fiesta, según la descripción que brinda el Diccionario de peruanismos de la
Academia Peruana de la Lengua. La celebración de la Yunza en Perú es bastante
particular, aunque existe una forma general de hacerla, las regiones del país
la adaptan a su manera. Esto mismo pasa con el nombre, pues en la selva se le
conoce como “Umisha” (árbol con regalos), en la costa como “Cortamonte”
y en algunas partes de la sierra como “Sacha Cuchuy”, que al castellano
sería “cortar árbol”, pero el mensaje siempre es la abundancia.
El origen del
nombre es peruano, debido a que procede de la lengua quechua. La regla general
que casi todos cumplen es insertar regalos en el árbol y bailar alrededor de él
al compás de la música. A la misma vez, se va cortando el tronco con un hacha o
machete, con la finalidad de que este caiga y así las personas puedan recoger
los regalos que hay en dicho árbol. En los objetos del arbusto se pueden
encontrar frutas, mantas, lavadores de plástico, los cuales son útiles para los
asistentes. La serpentina, el talco, pica pica y agua, son otros de los
implementos básicos que se encuentra en una Yunza en Perú, ya que
mientras bailan, juegan con estos accesorios. La ceremonia de la Yunza
no tiene un origen específico; sin embargo, se la asocia con las
manifestaciones prehispánicas que dieron indicios sobre este ritual alrededor
de un poste. Además, esta celebración se dará de acuerdo al contexto en las
diferentes zonas del territorio. “No hay una claridad concreta en el origen de
las Yunzas,
pero hay manifestaciones prehispánicas de algún tipo de celebración. En algunos
cerámicos Nazca se observa a un grupo de personas alrededor de un palo, se
puede presumir que sea una Yunza, pero no se puede asegurar
nada”, señaló la profesora de antropología de la Universidad Nacional de San
Agustín, Ivanna Zúñiga. En la cultura Chancay se tiene registro de una
pieza textil de trapo con personajes tomados de la mano alrededor de un árbol.
Según la cosmovisión andina tiene una representación sexual del hombre (árbol)
y la mujer (tierra). El significado de la caída del árbol al suelo es rendirle
tributo a la Pachamama. También la celebración tiene una carga simbólica con
mensaje de la abundancia cuando se “adorna el árbol con regalos". Esta
celebración tiene un sentido social que permite unir e incluir a los asistentes
como comunidad, promoción o fiesta.
Al inicio es realizada por la comunidad, que
luego encomienda a los “padrinos” o “mayordomos”. “Quienes tienen a cargo
preparar la Yunza, dos o tres días antes de que se realice la fiesta, van a
la chacra en busca de un árbol apropiado para tal caso; que tenga el tronco
grueso y tupido follaje. Generalmente, utilizan el sauce y muy rara vez otra
clase de árboles. Una vez seleccionado el árbol, el que servirá de Yunza
se arranca de raíz”, expresó Juan Donaire Vizarreta en su libro “Campiña
iqueña: aspectos folklóricos”. Ya obtenido el ejemplar, este es
sembrado en el lugar escogido con los múltiples regalos. Los padrinos iniciarán
la mañana visitando a las parejas invitadas de la comunidad acompañados por una
banda folklórica, de casa en casa danzando y celebrando alegremente con chicha
andina para luego dirigirse al área donde se encuentra el árbol plantado,
haciendo una ronda de parejas alrededor del árbol se procede al corte del monte
al son de la música, entre bailes con dos a tres golpes al árbol con un hacha,
para tratar de tumbarlo. Luego tendrán que elegir a una nueva pareja y alternar
con las parejas asistentes que se encuentran danzando en la rueda, hasta la
caída del árbol para luego pasar a recoger los regalos. La última pareja que
logre tumbar el árbol serán los próximos padrinos para el año siguiente, lo
cual implica también el asumir los costos que esta festividad genera. Los niños
y adolescentes rodean a los danzantes a la espera de la caída del árbol lleno
de regalos. En algunas zonas andinas los invitados van vestidos con elegantes
sombreros y vestimenta andina multicolores, los hombres usan disfraz imitando a
los conquistadores españoles, dependiendo de las regiones, también participan
unos vigilantes disfrazados de diablos con látigo en mano que abren los
espacios para los danzantes sin ocasionar daños a los pequeños, solo para
asustar y ordenar la celebración. Algunas localidades selváticas y andinas
hacen actividades de reforestación con el fin de no perjudicar el medio
ambiente y, además, por herencia antigua, donde se preservaba el cuidado de la
naturaleza. Cabe destacar que Lima fue escenario de grandes Yunzas
en la década de los 80, debido a la gran migración andina hacia la capital; no
obstante, en la actualidad esta celebración cuenta con poca presencia en la “Ciudad
de los Reyes”. A diferencia de Lima, en las regiones andinas y selváticas, esta
práctica se mantiene intacta. Esta actividad fue prohibida en varios distritos
de Perú: en Lima está prohibido en el Distrito de El Agustino, y suspendida de
otorgar autorizaciones en la vía pública el cual se considera que falta el “principio
de autoridad, la seguridad y el uso de la vía pública”. En Cajamarca fue
prohibida como un acto de respeto a los damnificados por las intensas lluvias.
Se tiene varios registros de personas heridas y muertas ocasionado por realizar
esta práctica, generalmente por la caída del árbol.
Fuentes:
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