El nombre completo de esta fiesta es: Carnaval Andino Internacional Con la Fuerza del Sol Inti Ch’amampi y proviene de la unión de dos grandes pasacalles que se comenzaron a celebrar en 2002 en Arica, Chile, organizados cada uno por la Confraternidad de Bailes Andinos de Arica y la Federación de las Artes Indígenas Kimsa Suyu, y que llevaban, respectivamente, los nombres de “Inti Ch'amampi” y “Con la Fuerza del Sol”.
En un afán
de reivindicar el protagonismo de la cultura andina en el Norte Grande, tras
las dos oleadas de chilenización que impusieron la cultura del Valle Central a
la zona (Guerra del Salitre y dictadura de Augusto Pinochet Ugarte), diversas
organizaciones comunitarias se constituyeron en fraternidades folklóricas, la
gran mayoría después del año 2000. Algunas, como la Agrupación Folclórica Cultura y
Deportiva Andino Sajama (fundada el 10 de enero de 1968), Caporales
San Pedro de Totora (fundada en 1975) se constituyeron en plena
Dictadura. En este participan más de 16.000
bailarines y músicos de distintas danzas, regiones del país y del extranjero.
Es uno de los carnavales más grandes e importantes de Sudamérica. Estos
desfiles mostraban la riqueza cultural de los pueblos andinos y la variedad de
sus danzas tradicionales. En 2005, la Municipalidad de Arica decidió unir ambos
eventos bajo el mismo nombre y así fue como nació el carnaval en su formato
actual. Cada año el Carnaval Andino congrega a un público que ya supera los
100.000 espectadores y sigue en aumento con los años. Al evento le dan vida un
número creciente de fraternidades (67 al año 2020), que con facilidad superan
los 100 bailarines cada una, las cuales le dan expresión a diversos ritmos
andinos locales presentados por las comunidades del interior de la Región de
Arica y Parinacota, ritmos afrochilenos a cargo de las comunidades
afrodescendientes del Valle de Azapa, ritmos de Bolivia presentado por
residentes bolivianos en Arica y algunos ritmos invitados de Chile, Bolivia,
Perú y EEUU que han aportado con la diversidad a la fiesta.
Cada fraternidad
elige a una Ñusta, cuya denominación proviene de la palabra quechua con la que
se designaba a las princesas en los tiempos del Inca. Algunas de las danzas más
importantes que se presentan cada año en el Carnaval “Con la Fuerza del Sol”
son: •
Caporales: Danza folklórica de Bolivia, inspirados en el personaje del
Caporal de la saya. La danza presenta fuertes raíces africanas en su estilo, y
es propia de la zona de los Yungas, en el departamento de La Paz. Se representa
al mulato convertido en capataz que vigilaba a los negros, que al renegar de su
raza, se convertían en verdugo con látigos en mano. La esclavitud y el manotaje
en la época de la colonia se representa a través de pasos de movimientos duros
e imponentes, como fiel expresión del sometimiento que ejercían los mestizos
sobre los negros. • Morenada: Esta danza boliviana tiene su origen en la época de
la colonia, cuando los negros eran utilizados como esclavos en la tareas de las
minas. Es la representación que satiriza los bailes de las cortes virreinales
y, además, reedita la esclavitud de los negros bajo el dominio español, donde
el caporal representa a los capataces negros que vigilaban a los esclavos en un
sistema de explotación inhumana y el compás marcado con sus matracas nos
recuerda sus cadenas y grilletes. • Tinku: En la macrozona andina
Tinku Quechua es sinónimo de “el lugar donde todas las diferencias son un
encuentro”. El Tinku define la tradicional danza de ambientes guerreros que se
realiza en el norte de Potosí y sur de Oruro en Bolivia, siendo una danza
reciente y tradicional, que como baile significa indígenas frente a frente
comparando fuerzas.
• Tobas: Danza boliviana creada en Oruro en representación de
los pueblos del chaco y la Amazonía boliviana, representando una actitud
guerrera en la caza de animales salvajes para su subsistencia. Es una danza
entusiasta, ágil, con variados pasos en su coreografía y su vestimenta está
adornada con plumaje de deslumbrantes colores. • Tarqueada: Danza aimara
autóctona de Oruro-Bolivia, que es ejecutada con un instrumento denominado “tarka”.
Es una danza ceremonial de agradecimiento a la naturaleza, bailada generalmente
en la época de lluvias, hasta la etapa de la cosecha. La tarkeada se baila con
el afán de revalorizar y difundir las tradiciones que dejaron nuestros
antepasados aimaras, respetando su origen boliviano desde luego, compartiendo
cultura y tradiciones hermanados entre países vecinos. • Moseñada: Danza
boliviana del Municipio de Mohoza, La Paz; ejecutada por parejas de jóvenes
mujeres y hombres solteros que se baila durante la época de lluvias y las
fiestas del Carnaval (Anata). • Tumbe: Danza propia de los
afrodescendientes que habitan el valle de Azapa, traídos hace 400 años por los
españoles para trabajar como esclavos. • Saya: Baile propio de los Afro
bolivianos, del sector de Los Yungas, antiguamente marginalizado y que solo se
podía bailar con los permisos de los patrones en el interior de sus tierras,
hoy se ha convertido en un gran suceso social, en un gran fenómeno que convoca
a muchos y muchas. • Zampoñada: Danza aimara, a simple vista, hombres de a par que
van tocando la zampoña, cuyo significado va mucho más allá de lo que pareciera.
Cada uno toca una melodía diferente y de esta forma se van complementando.
Siempre de a dos, reflejando la verdadera esencia de lo que es la Cosmovisión
Andina, complementariedad, dualidad, diversidad y armonía, concepto difícil de
dar a entender teniendo simplemente como concepto este conjunto de palabras.
•
Waca Waca: Danza boliviana aimara que posee su origen en la época
colonial en la localidad de Umala de La Paz, que se caracteriza porque los
bailarines ubican en su cintura una reproducción de un toro, a veces una vaca,
acompañado de otro danzante que sería el torero y acompañando esto muchas
mujeres vestidas con varias polleras. En este baile resulta irónica la muerte
del torero finalmente, quizás resulta ser uno de los momentos más irónicos de
este baile. Es bailada principalmente en el Carnaval de Arica por residentes
bolivianos. • Suri Sicuris: Esta danza Orureña de Bolivia se identifica con
el avestruz, por lo que se denomina “suri”, voz aimara del mismo significado.
Representa esencialmente al hombre altiplánico que ejecuta la música con un
instrumento típico de nombre Sicu, que a través de la danza muestra aspectos
referidos al carácter étnico, estilizada y folclórico, al ritmo de huayños y
kaluyos bolivianos. • Diablada: La Diablada es una danza de Oruro, Bolivia, llamada
así por la careta y el traje de diablo que usan los bailarines. La danza es una
representación de la Ñusta (Virgen del Socavón) que protegió y defendió de Wari
al pueblo de Uru Uru (Oruro) que los castigaba con cuatro plagas en la sagrada
serranía de los urus, también por la influencia católica representa el
enfrentamiento entre las fuerzas del bien y del mal, así pues, esta danza
mezcla tanto elementos propios de las tradiciones católicas introducidas
durante la conquista española y ritos ancestrales andinos. • Salay: Danza boliviana
de Cochabamba que representa el zapateo de los valles interandinos de Bolivia. Cada
una de estas danzas se realiza con atuendos específicos y todas tienen su
origen en algún lugar de la región que comparten el norte de Chile, noroeste de
Argentina, el oeste de Bolivia y el sur de Perú. Año a año el número
agrupaciones participantes en el Carnaval con la Fuerza del Sol va en aumento.
En el año 2020 se registraron 67 comparsas. Si bien los bailes mencionados
anteriormente han permanecido en el tiempo, también se han presentado
agrupaciones que muestran las Llameradas, Pujllay, Kullaguadas
y Moceñadas.
Además de danzas invitadas y propias de localidades altiplánicas de Bolivia y
otras zonas de Chile.
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