El Samba delineó el hacer artístico de los compositores brasileños desde inicios del siglo XX. Los grandes nombres del hacer musical brasileño poseen Sambas entre sus obras, como el caso de Caetano Veloso, Chico Buarque, Tom Jobim, Gilberto Gil, Milton Nascimento, Ary Barroso, etc. Otros grandes compositores del Brasil se dedicaron exclusivamente al Samba con primacía.
Típicamente brasileño y marcado con
compositores como Moreira da Silva (ícono del estilo) y Sinhô (probablemente el
primero en insertar un pequeño verso o recitado entre pausas del Samba).
João
Nogueira también arriesgó sus versos en pausas elaboradas. Y uno de los
pioneros fue el compositor Luis Barbosa. La marca del texto del
Samba
de Breque es el humor. Siempre con una temática divertida, irónica y, a
veces incluso, maliciosa. El Samba de Breque, iniciado entre las
décadas de 1920 y 1930, con auge en la década de 1950, posee un ideario cuyo
hombre es el personaje principal. El texto en crónica revela situaciones
cotidianas de la época. La característica principal del Samba de Breque es la
pausa en el acompañamiento que está marcadamente sincopado para una
intervención declamatoria del intérprete. Estas paradas bruscas son llamadas
“breques”, adaptación brasileña del inglés “brake”, es decir, los frenos de los
automotores. El compositor Sinhô insertó tres rondas más
pequeñas que constituyen un verso de quince sílabas en “Cansei”, de 1929. La
canción fue interpretada por Mário Reis. En 1933 se grabaron otras
dos canciones que tenían “frenos”: “Minha Palhoça”, por J.
Cascata; y “O Orvalho vem caindo”, de Noel Rosa y Kid Pepe. Esto llevó a
las Sambas
sincopadas de Geraldo Pereira, un experto en acoplar frases al corte melódico
como en “Escurinho”, donde el espacio abierto parece el relato de un
comentario de trombón. La Samba de Breque se dio a conocer con la interpretación de António
Moreira da Silva en un episodio que se volvió legendario. Moreira fue a
cantar el Samba “Jogo Proibido” en el Cine-Teatro Meier, una noche de abril de
1936 e insertó versos improvisados en los intervalos. La iniciativa fue exitosa
y Moreira
comenzó a ampliar sus comentarios hasta el punto de que el guitarrista que
trabajaba en su grupo, se quejó por estar acostumbrado a acompañar la música y
no hablar.
El Samba de Breque tiene una letra sincopada, lo que permite que
se interrumpa la línea rítmica-melódica para que las frases habladas se puedan
insertar sin romper la unidad de composición. A partir de 1931 Ismael
Silva y Nilton Bastos comenzaron a insertar un pequeño breque después
de la segunda parte de sus composiciones, lo que permitió una modulación para
la reanudación de la melodía. El Samba de Breque comenzó a llamarse
así desde finales de 1936 cuando comenzó a diferenciarse del Samba-Choro.
El Samba de Breque tuvo una vida de unos veinte años, período en el que Moreira
da Silva y Jorge Veiga lo cantaron mucho en programas de radio brasileños.
En los 50, el Samba comenzó a sufrir la influencia de los Boleros
y cayó en el gusto del público. Como resultado, el Samba-Choro y Samba de Breque comenzaron a cantarse
poco y fueron marginados de las radios. Sin embargo, en 1954, dos compositores
redescubrieron los dos géneros y los relanzaron: Billy Blanco y Miguel
Gustavo. Sin embargo, la Nueva Ola de Samba de Breque fue
efímera y dio paso a las canciones de protesta de los años 60. El tono machista no falta el Samba de Breque, ya que posee un
ideario cuyo hombre es el personaje principal. El texto en crónica revela
situaciones cotidianas de la época. Apartando
la cuestión moral de la música, el Samba de Breque es un estilo
precioso de música brasileña muy poco conocido internacionalmente. Actualmente,
hay jóvenes de Brasil que se dedican al Samba de Breque, como es el caso de
la brillante cantante Paula Sanches.
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