miércoles, 23 de noviembre de 2022

Rikudei am (Israel)

 


La danza folklórica israelí tiene la virtud de reunir tradición, cultura y alegría. Bailando se acercan a sus raíces y a sus pares, incluyendo a todos por igual. Aprenden a convivir, aceptar frustraciones, mostrar habilidades, adquirir nuevas y perfeccionarse.

El movimiento de Rikudim (danzas folclóricas israelíes) congrega millones de personas, judías y no judías en todo el mundo; conjuga ejercicio físico y mental con la cultura y tradiciones del pueblo judío y con el Estado de Israel. Ofrece una amplia diversidad de ritmos y modalidades como talleres para aprender, practicar y ampliar el repertorio de bailes, harkadot (encuentro de personas de diferentes edades y niveles para bailar y disfrutar el repertorio de Rikudeiam existentes), lehakot (grupos que preparan coreografías artísticas para presentaciones), festivales, entre otras actividades. La conexión con los Rikudim, en la modalidad que sea, transporta a la historia milenaria judía a la vez que conecta con los hermanos de Israel y del mundo entero; es un vínculo que atraviesa cultural, social y afectivamente. Las danzas israelíes (Rikudim), reúnen el espíritu del regocijo por la tierra, con los valores en torno a la cultura y la religión. Se retoman con la creación del Estado de Israel en los kibutzim o granjas agrícolas, pero su contenido es milenario. En ellos se manifiestan los variados orígenes, ya sea asiáticos, europeos o africanos y se pretende que sean otra posibilidad más de la expresión del pueblo judío. Sus estilos son variados que van desde la danza Hora hasta la Debka. Estas nacieron en Israel como una expresión de sentimientos, vivencia y acontecimientos que vivió el pueblo de Israel, fueron hechas por coreógrafos como una manifestación de alegría, igualdad y unión. Muchas de las danzas son en rondas y simbolizan la unión del pueblo en torno a un mismo centro. La historia de la danza de Israel se remonta a 100 años atrás y data de la migración judía de regreso a Israel después de la Diáspora judía (exilio judío fuera de la Tierra de Israel), sus coreografías vienen de diferentes culturas de los lugares donde habitaron. Nacieron, entre otras cosas, para poder dar un tipo de identificación cultural a los nuevos inmigrantes que llegaban a Israel. Eran también el sello de identidad de grupos étnicos que ya habitaban la Tierra de Israel, desde las décadas de los treinta y los cuarenta. Gurit Kadman, la “Madre del Rikudei Am”, fundó el Festival Dalia en Israel, en donde se presentaban los nuevos Rikudim que se iban creando, se hacían maagalim (círculos) de más de 2000 personas, que bailaban la misma danza y unificaba a todo el pueblo a través del movimiento.
A través de los años, los Rikudim simbolizaban el folklore que caracterizaba al Pueblo de Israel hasta que, en el marco del Segundo Festival Dalia, Gurit trajo a dos “lehakot” drusas y una árabe, demostrando así la unión que existía a través del baile entre judíos y árabes. Lo que hoy se conoce como Rikudim, es una continuación del legado que dejó Gurit Kadman. Existen en el mundo más de 20.000 Rikudim y un sinfín de festivales de danza judía, dedicadas a seguir demostrando esta unión entre los judíos de la Diáspora e Israel. El movimiento de los Rikudim se ha desarrollado en estos últimos 50 años alrededor de toda la música judía tanto de la liturgia como del folclore cotidiano y tienen como propósito que cualquier persona baile de la misma forma en cualquier lugar del mundo. Por ello, rondas y coreografías, pasos, saltos y vueltas, son enseñados de la misma forma en todo el planeta. Así cuando se quiere danzar, todos lo hacen igual, en cualquier lugar donde se encuentren. En este sentido, las danzas son acordes a toda la tradición: son móviles y transferibles para cualquier país y lugar del mundo. Para las presentaciones, sin embargo, los Rikudim asumen el papel de una danza coreográfica que se prepara especialmente cada vez que hay una ocasión y pretenden incluir el movimiento y arte de cualquier tipo de danza folclórica. Los Rikudim recogen los estilos del folclore de varias partes. La tradicional Hora, por ejemplo, contiene la fuerza y alegría de las Polcas y Mazurcas provenientes de Europa y se componen de saltos, piruetas y vueltas al estilo ruso. La Hora se danza descalzo, tomados de las manos y la mayoría de las veces en ronda. Danza célebre porque la gente tomaba las calles para celebrar la creación del Estado de Israel en 1948.
Hay además una enorme gama de danzas llamados taimaníes, porque acopian música y pasos de la gran migración yemenita a Israel. Se baila con pasos pequeñitos, saltaditos y vibratorios. También está la danza Debkas, que proviene de los pueblos kurdo y druso, las danzas orientales cuya música es fundamentalmente árabe. En esta danza se utilizan varios instrumentos como ser el jalil (flauta), el tof o darbuka (tamborcito de barro), el violín, el ud (especie de guitarra) y los aplausos utilizados como un instrumento que sigue generalmente al tof, esta danza contiene movimientos ondulantes y sensuales para las mujeres y para los hombres de fuerza y virilidad. Por último, están los bailes Jasídicos que también llegaron a Israel de los judíos de Europa, quienes pensaban que la danza era una de las maneras de conectarse con Dios,  y que se bailan distinto según sean hombres o mujeres. Estos últimos toman la música de la liturgia y los cantos religiosos y tiene un alto contenido espiritual invocando mucho a Dios, lo que se observa por los brazos hacia el cielo y en ronda. La modernidad también ha llegado a los Rikudim y hoy en día se desarrollan danzas de cualquier lugar del mundo, con músicas diversas, que conservan los pasos tradicionales. Por ello a veces se puede ver en las presentaciones, danzas latinas, griegas, americanas y celtas, bailados a la manera de los Rikudim. Hay dos formas de Rikudim: Leaká (elenco): pasos básicos de folklore israelí para poder usarlos después en diferentes coreografías, y Jug (Taller): coreografías establecidas para cada canción. Como todo movimiento cultural, el Movimiento de Rikudei Am en Argentina, comenzó desordenado e improvisado en la década del 50, a través de emprendimientos independientes. Por aquella época, muchos jóvenes viajaban a Israel, abocándose a su regreso a la enseñanza de las danzas que allí habían aprendido. Entre las primeras que tuvieron repercusión en nuestro país se encuentran Maim maim, Iti milebanón, Dodi li y Krakoviak. En 1964 el Departamento de Juventud de AMIA comenzó a organizar talleres de Rikudim en los diferentes centros juveniles de su red. Al finalizar cada año tenía lugar el Festival dela Danza y la Canción Israelí, en el cual participaban los jóvenes bailarines de los diferentes grupos. Además, AMIA enviaba a importantes profesores al interior del país, a fin de enseñar y transmitir la cultura israelí allí también. Uno de los festivales más importantes en nuestro país en lo que a las danzas folklóricas israelíes concierne, es el “Festival Dalia”.



















































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