La danza folklórica israelí tiene la virtud de reunir tradición, cultura y alegría. Bailando se acercan a sus raíces y a sus pares, incluyendo a todos por igual. Aprenden a convivir, aceptar frustraciones, mostrar habilidades, adquirir nuevas y perfeccionarse.
El movimiento de Rikudim (danzas
folclóricas israelíes) congrega millones de personas, judías y no judías en
todo el mundo; conjuga ejercicio físico y mental con la cultura y tradiciones
del pueblo judío y con el Estado de Israel. Ofrece una amplia diversidad de
ritmos y modalidades como talleres para aprender, practicar y ampliar el
repertorio de bailes, harkadot (encuentro de personas de diferentes edades y
niveles para bailar y disfrutar el repertorio de Rikudeiam
existentes), lehakot (grupos que preparan coreografías artísticas para
presentaciones), festivales, entre otras actividades. La conexión con los Rikudim,
en la modalidad que sea, transporta a la historia milenaria judía a la vez que
conecta con los hermanos de Israel y del mundo entero; es un vínculo que
atraviesa cultural, social y afectivamente. Las danzas israelíes (Rikudim),
reúnen el espíritu del regocijo por la tierra, con los valores en torno a la cultura
y la religión. Se retoman con la creación del Estado de Israel en los kibutzim
o granjas agrícolas, pero su contenido es milenario. En ellos se manifiestan los
variados orígenes, ya sea asiáticos, europeos o africanos y se pretende que
sean otra posibilidad más de la expresión del pueblo judío. Sus estilos son
variados que van desde la danza Hora hasta la Debka. Estas nacieron en
Israel como una expresión de sentimientos, vivencia y acontecimientos que vivió
el pueblo de Israel, fueron hechas por coreógrafos como una manifestación de
alegría, igualdad y unión. Muchas de las danzas son en rondas y simbolizan la
unión del pueblo en torno a un mismo centro. La historia de la danza de Israel
se remonta a 100 años atrás y data de la migración judía de regreso a Israel
después de la Diáspora judía (exilio judío fuera de la Tierra de Israel), sus
coreografías vienen de diferentes culturas de los lugares donde habitaron.
Nacieron, entre otras cosas, para poder dar un tipo de identificación cultural
a los nuevos inmigrantes que llegaban a Israel. Eran también el sello de
identidad de grupos étnicos que ya habitaban la Tierra de Israel, desde las
décadas de los treinta y los cuarenta. Gurit Kadman, la “Madre
del Rikudei Am”, fundó el Festival Dalia en Israel, en donde se
presentaban los nuevos Rikudim que se iban creando, se
hacían maagalim (círculos) de más de 2000 personas, que bailaban la misma danza
y unificaba a todo el pueblo a través del movimiento.
A través de los años, los
Rikudim
simbolizaban el folklore que caracterizaba al Pueblo de Israel hasta que, en el
marco del Segundo Festival Dalia, Gurit trajo a dos “lehakot” drusas y
una árabe, demostrando así la unión que existía a través del baile entre judíos
y árabes. Lo que hoy se conoce como Rikudim, es una continuación del
legado que dejó Gurit Kadman. Existen en el mundo más de 20.000 Rikudim
y un sinfín de festivales de danza judía, dedicadas a seguir demostrando esta
unión entre los judíos de la Diáspora e Israel. El movimiento de los Rikudim
se ha desarrollado en estos últimos 50 años alrededor de toda la música judía
tanto de la liturgia como del folclore cotidiano y tienen como propósito que
cualquier persona baile de la misma forma en cualquier lugar del mundo. Por
ello, rondas y coreografías, pasos, saltos y vueltas, son enseñados de la misma
forma en todo el planeta. Así cuando se quiere danzar, todos lo hacen igual, en
cualquier lugar donde se encuentren. En este sentido, las danzas son acordes a
toda la tradición: son móviles y transferibles para cualquier país y lugar del
mundo. Para las presentaciones, sin embargo, los Rikudim asumen el papel
de una danza coreográfica que se prepara especialmente cada vez que hay una
ocasión y pretenden incluir el movimiento y arte de cualquier tipo de danza
folclórica. Los Rikudim recogen los estilos del folclore de varias partes. La
tradicional Hora, por ejemplo, contiene la fuerza y alegría de las Polcas
y Mazurcas
provenientes de Europa y se componen de saltos, piruetas y vueltas al estilo
ruso. La Hora se danza descalzo, tomados de las manos y la mayoría de las veces
en ronda. Danza célebre porque la gente tomaba las calles para celebrar la
creación del Estado de Israel en 1948.
Hay además una enorme gama de danzas
llamados taimaníes, porque acopian música y pasos de la gran migración yemenita
a Israel. Se baila con pasos pequeñitos, saltaditos y vibratorios. También está
la danza Debkas, que proviene de los pueblos kurdo y druso, las danzas
orientales cuya música es fundamentalmente árabe. En esta danza se utilizan
varios instrumentos como ser el jalil (flauta), el tof o darbuka (tamborcito de
barro), el violín, el ud (especie de guitarra) y los aplausos utilizados como
un instrumento que sigue generalmente al tof, esta danza contiene movimientos
ondulantes y sensuales para las mujeres y para los hombres de fuerza y
virilidad. Por último, están los bailes Jasídicos que también llegaron a Israel
de los judíos de Europa, quienes pensaban que la danza era una de las maneras
de conectarse con Dios, y que se bailan
distinto según sean hombres o mujeres. Estos últimos toman la música de la
liturgia y los cantos religiosos y tiene un alto contenido espiritual invocando
mucho a Dios, lo que se observa por los brazos hacia el cielo y en ronda. La
modernidad también ha llegado a los Rikudim y hoy en día se desarrollan
danzas de cualquier lugar del mundo, con músicas diversas, que conservan los
pasos tradicionales. Por ello a veces se puede ver en las presentaciones,
danzas latinas, griegas, americanas y celtas, bailados a la manera de los Rikudim.
Hay dos formas de Rikudim: Leaká (elenco): pasos básicos de
folklore israelí para poder usarlos después en diferentes coreografías, y Jug
(Taller): coreografías establecidas para cada canción. Como todo movimiento
cultural, el Movimiento de Rikudei Am en Argentina, comenzó
desordenado e improvisado en la década del 50, a través de emprendimientos
independientes. Por aquella época, muchos jóvenes viajaban a Israel, abocándose
a su regreso a la enseñanza de las danzas que allí habían aprendido. Entre las
primeras que tuvieron repercusión en nuestro país se encuentran Maim
maim, Iti milebanón, Dodi li y Krakoviak. En 1964 el
Departamento de Juventud de AMIA comenzó a organizar talleres de Rikudim
en los diferentes centros juveniles de su red. Al finalizar cada año tenía
lugar el Festival dela Danza y la Canción Israelí, en el cual
participaban los jóvenes bailarines de los diferentes grupos. Además, AMIA
enviaba a importantes profesores al interior del país, a fin de enseñar y
transmitir la cultura israelí allí también. Uno de los festivales más
importantes en nuestro país en lo que a las danzas folklóricas israelíes concierne,
es el “Festival Dalia”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario