La palabra Cyberpunk fue creada por Gardner Dozois, editor de la revista Isaac Asimov's Science Fiction Magazine, que incluye dos términos indivisibles de este género de la ciencia ficción: Cyber, en referencia a la tecnología cibernética, y Punk, como emblema de una sociedad opresiva, sin ley, dominada en este caso, por la tecnología.
Tratar de definir qué es el Cyberpunk
es un poco difícil, es algo así como “low life, high tech”. La palabra Cyberpunk
apunta en dos sentidos. Por una parte, hace referencia a la cibernética, la
ciencia y la tecnología; y por otro lado, está el Punk, que tiene como
filosofía la rebelión contra el sistema, contra lo establecido. Donde el
sistema busca que todo esté ordenado, el Cyberpunk crea el caos a través de
la tecnología. Así se lleva al máximo nivel la frase “la calle encontrará su
propio uso para las cosas”. Los protagonistas en el Cyberpunk tienen a ser
forasteros, antihéroes, marginados, inadaptados, criminales, visionarios o
disidentes. Hay que remontarse a enero de 1960 cuando surgió la idea de los
organismos cibernéticos, los cyborgs, y la posibilidad de que un humano pudiese
combinarse con partes mecánicas y conformar un producto de ambos. La aparición
del concepto “cyborg” en la ciencia ficción, representó un precursor directo
del Cyberpunk.
Unos meses después de 1960, se hizo referencia a que el periodista
norteamericano y escritor de ciencia ficción Alfred Bester y muchos otros
autores, crearon la ola del pensamiento Cyberpunk. Su novela “Las estrellas,
mi destino”, es considerada la pionera de este movimiento, pues fue publicada
en 1957 y recoge las bases de este estilo literario. En 1982, la publicación de
la colección de cuentos “Burning chrome”, de William Gibson, abanderó a este
escritor como uno de los más destacados del género Cyberpunk. Bruce Bethke
añadió una página más a esta evolución, con su cuento “Cyberpunk”, de 1983, que
provocó el empleo generalizado de este término.
En literatura se pueden
destacar claramente tres etapas del Cyberpunk que son: • Cyberpunk
clásico (durante los años 80), con autores tan representativos como William
Gibson, Bruce Sterling, John Shirley, Pat Cadigan y Rudy Rucker; • la Nueva
Ola Cyberpunk (durante los años 90), donde el género dio el salto al
cine, la televisión y el manga japonés, entre otras cosas; y por último, • el Post
Cyberpunk, encuadrado en el siglo XXI y que nació del género madre. No
se pueden olvidar dos momentos históricos importantes en la historia del Cyberpunk:
la portada de la revista Time en febrero de 1993, que en ese número trató de
dibujar y dar difusión a la historia y pensamiento Cyberpunk a través de sus
páginas, y el estreno de “Matrix” en marzo de 1999, que es considerada una de
las películas del género más populares de la historia, pues retrata temas
típicos de un futuro distópico dentro de la línea del movimiento. En el ámbito musical, el término Cyberpunk puede referirse a dos
categorías algo superpuestas. Primero, puede denotar la amplia gama de trabajos
musicales que las películas Cyberpunk utilizan como banda
sonora. Estos trabajos varían en género, desde la música clásica y el Jazz,
hasta el Noise y la música electrónica. Típicamente, las películas hacen
uso de la Electrónica, Electronic Body Music, Música
Industrial, Noise, Future Pop, Rock Alternativo, Rock
Gótico, Synthpop, Retrowave, Synthwave, Vaporwave
e Intelligent
Dance Music, derivados y fusiones para crear la “sensación” apropiada.
Lo mismo sucede con los videojuegos. Mientras que los trabajos escritos están
asociados a bandas sonoras con tanta frecuencia como las películas, la alusión
a trabajos musicales es usada para el mismo efecto. Por ejemplo, la novela
gráfica “Kling Klang Klatch”, de 1992, una fantasía oscura sobre un
mundo de juguetes vivos, donde un oso de peluche amargado tiene una adicción al
azúcar y una predilección por el Jazz.
La música Cyberpunk también
describe los trabajos asociados con la tendencia de la moda que emergió del
desarrollo de la ciencia ficción. El libro “Future shock”, de Alvin Toffler,
influyó tanto en los creadores del Techno de Detroit a principios de
los 80, como Juan Atkins y su grupo Cybotron, así como a los pioneros
europeos del sintetizador Kraftwerk, produciendo canciones de
clara inspiración distópica. La banda canadiense de Thrash/Punk/Progressive
Metal Voivod fue una de las primeas en autodenominarse como Cyberpunk.
En los años 90, la cultura popular comenzó a incluir un movimiento en la música
y en la moda que llamaron también “Cyberpunk” y que llegó a ser particularmente
asociada con subculturas Rave y Techno. Punks
y Okupas
se armaron con equipos digitales y fusionaron la tecnología con sonidos
callejeros. Ningún compositor se amolda a unas reglas concretas para escribir o
componer música Cyberpunk. No hay un estilo preestablecido ni pautas a seguir.
Cada músico aporta una novedad distinta. También hay que tener en cuenta
factores como la época en la que se compone la música, las canciones que se
utilizaban en la banda sonora junto al carácter comercial y la influencia que
puede tener sobre otras producciones del género. Ciertos estilos musicales como
el Drum
& Bass, fueron directamente influenciados por el Cyberpunk,
incluso generando un estilo nuevo llamado Neurofunk. Un claro ejemplo del Cyberpunk
en la música es la banda Sigue Sigue Sputnik, así como el
video del tema de Duran Duran “Union of the snake”. En la
actualidad, puede decirse que el género que representa el espíritu del Cyberpunk
es el Futurepop, de la mano de bandas como Mind.In.A.Box, VNV
Nation, Rotersand, Covenant, Colony 5 y bandas de Synthpop
como Neuroactive,
Neuroticfish
y Seabound.
Estos grupos destacan por el intenso uso del Vocoder (sintetizador de voz) en
sus canciones, ritmos bailables entre 120-140 bpm, letras futuristas, y
melodías pegadizas que provoca un efecto adecuado a la atmósfera Cyberpunk.
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