La Cuadrilla de Ánimas es la agrupación musical tradicional característica del sureste español. Típica de toda la Región de Murcia y varias comarcas del norte de Almería, así como de Alpujarra Almeriense, norte de Granada y sur de Albacete.
Antiguamente se hallaban en la mayoría de los
pueblos, habiendo sobrevivido hasta la actualidad (muchas de ellas renaciendo
después de haberse desintegrado en los años 60) sobre todo en el medio rural y
en poblaciones más o menos pequeñas. Su nombre se debe a la función que
históricamente desempeñaban estos grupos: recaudar dinero en las épocas de
festividades cristianas en nombre de las Ánimas Benditas del Purgatorio,
aprovechando lo que los feligreses les daban para redimir a las almas para el
mantenimiento de las ermitas o demás menesteres de estas cofradías. Esta
devoción, todavía presente en personas de mediana edad, común a todo el
sureste, queda patente en estas coplas del Aguilando de Vélez-Blanco (Almería),
cantado con rasgos del dialecto local. Uno de los medios para lograr la
finalidad de esta Cofradía de las Benditas Almas del Purgatorio era la limosna.
Esa limosna era obligatoria para cada hermano cófrade, en la cantidad y tiempo
establecidos en sus estatutos. Con estas limosnas se sufragaban multitud de
actos: esencialmente misas de difuntos, entierros de los hermanos y de los más
pobres, aunque no perteneciesen a la Cofradía, ayudas a los enfermos, a los más
necesitados, a los que iban de paso, etc. Posteriormente, según el libro primero
de esta Cofradía, de 1636 a 1787, se empezó a hablar de: “Recolección de
limosnas en tiempos de Pasqua de Natividad de Nuestro Señor Jesu-Christo, en
todas las ermitas", pero ya no a los hermanos cofrades, que tenían la
obligación de darlas, sino al pueblo en general, repitiéndose año tras año
hasta llegar a afianzarse definitivamente. En 1851 ya se mencionaba “Pedir por
los cortijos del pueblo”, apareciendo ese año por primera vez cuadrillas en las
casas del 25 al 28 de diciembre. En 1861 ya constaba el Baile de Ánimas, todo
como sacrificio, oración y recoger limosna para ofrecerlas por los difuntos.
Salvo el período de 1787 a 1809, época en la que no hay constancia documental,
se tiene como fecha de origen de la Cuadrilla de Ánimas el 25 de octubre
de 1636. La procedencia de la música data del siglo XVI y principios del XVII,
una época en la que la iglesia tomó el control de las manifestaciones
musicales, ritmos y melodías tradicionales, tanto religiosas como profanas,
para aprovecharlas e integrarlas en su liturgia, sin olvidar, además, que fue
en ese periodo de tiempo en que, tras siete siglos, fueron expulsados los
moriscos. Uno de los puntos de partida sería la base cultural-musical morisca.
Vélez Blanco, por su pertenencia al reino de Granada, vivió hasta sus últimas
consecuencias, tanto la forma musical morisca, como el cruento genocidio que
contra ese pueblo se dio durante los siglos XVI-XVII.Dentro del repertorio musical de las Cuadrillas de Ánimas cabe
destacar: el Pasacalle, cuyo nombre indica su función; el Melón,
igual que el anterior; Manchegas, Jotas, Fandangos,
Malagueñas,
Parrandas
o Seguidillas;
Coplas
de Ascua, Aguinaldos o Trovos. Las Cuadrillas de Ánimas
tocan piezas características del folklore murciano y suresteño, así como piezas
religiosas como Marchas de Pascua, Rosarios de la Aurora, Misas, entre ellas
las Misas del Gozo (se trataba de una misa cantada en la que la cuadrilla iba
cantando las canciones del sacerdote. Hay que tener en cuenta que antiguamente
las misas eran en latín y esto ayudaba a que los feligreses entendieran lo que
iba sucediendo). También música de carácter más popular y festivo.
El centro de
las Cuadrillas
de Ánimas es el Guion, quien se encarga, sobre todo,
del difícil arte de trovar. Junto al Guion se encuentran los Cuadrilleros,
quienes se encargan de hacer sonar sus variados instrumentos (laúd, guitarra,
pandero, platilla, etc.) según el recorrido a través del tiempo. Por último,
están el Mochilero y el Mayordomo que es el representante,
ante el pueblo y la iglesia, de la Cuadrilla de Ánimas. El Mayordomo
se ocupaba de convocar a los músicos, de fijar el recorrido que debía hacer la
cuadrilla para pedir el Aguinaldo. Una particularidad muy característica y de
enorme valor etnográfico, son los Troveros, que son improvisadores de
coplas (principalmente para los Aguinaldos y "Malagueñas
Trovás", aunque también para otras piezas). Herederos de la
tradición de improvisación de los trovadores provenzales, que de vez en cuando
se juntan y se baten en batallas de rimas improvisadas, conocidas como
“choques”, a menudo con contenidos mordaces y humorísticos. La instrumentación
usada por las cofradías es la tradicional, principalmente instrumentos de
cuerdas y percusión, como guitarras españolas, guitarros, guitarrillos,
bandurrias, laúces (laúdes), panderos, panderetas, postizas (castañuelas),
platillos, castañetas, etc. A esto se agrega, en algunas cuadrillas, violines,
clarinetes y otros instrumentos. Antiguamente consta que también se usaron la
cítola y el salterio. Mención especial merece la familia de los guitarros por
tratarse de la familia completa de cordófonos rasgueados en distintos
registros, que ha sobrevivido y seguido usándose en esta región cultural hasta
el día de hoy. En los últimos años han surgido en el sureste, multitud de
encuentros de cuadrillas, eventos festivos donde se reúnen varias Cuadrillas
de Ánimas de diferentes puntos geográficos, cercanas o no, para
promocionar esta manifestación folklórica y divertirse, ya sea tocando en un
escenario o al mismo nivel del público, haciendo un corro, como siempre se ha
hecho tradicionalmente. Entre los Encuentros de Cuadrillas más
importantes se destacan: la fiesta de las tradiciones en Cieza (Murcia), el
encuentro de Vélez-Rubio (Almería) y el de la Fiesta de las Cuadrillas de
Barranda (Caravaca de la Cruz, Murcia), siendo esta última el más
antiguo e importante certamen de música tradicional suresteña a nivel nacional.
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