El City Pop es un subgénero del J-Pop popularizado durante los años 80, durante el tiempo de la burbuja financiera. Desde la mitad de los años 70 hasta principios de los 90, Japón cabalgó con gracia la ola de la prosperidad.
Con un crecimiento económico sin igual, un éxodo rural en su
cénit y una apertura cultural sin precedentes, Japón era el caldo de cultivo
perfecto, no sólo para imaginar el futuro, sino para no necesitar hacerlo. Su
presente ya era perfecto. De ese modo, con jóvenes oficinistas con sueldos
desorbitados y jóvenes parejas pudiendo permitirse comprar viviendas, surgió
una vida cosmopolita alrededor de las grandes ciudades que todo el mundo quería
vivir. Ese era el sueño japonés. El Tokio que nunca duerme: por el día, a la
oficina; por las noches, a las discotecas y los clubes que abarrotaban la
ciudad. El boom del mercado inmobiliario japonés tuvo una estética y una
impronta cultural fuerte en la sociedad nipona, cosa que expresó el City
Pop. Factores como el acelerado aumento de la calidad de vida del
japonés promedio, la fuerte influencia occidental de la post guerra, y la
migración rural, dieron impulso al género. El City Pop se caracteriza
por un sonido refinado, una melodía delicada inspirada en la música occidental,
letras sobre historias de amor de adultos que vivían en la ciudad, eso era el City
Pop. el nombre de este subgénero se debe al periodista Yutaka Kimura,
quien escribió varios libros sobre este estilo. El City Pop se trató de una
amalgama de todo lo que sonaba en occidente hacia fines de los 70: dosis de AOR,
un poco de Funk, una dosis de Disco y algo de las Big
Bands para darle un vistoso toque de Jazz. El resultado fue
una música Easy Listening, algo tan comercial y simple que podía pasar
perfectamente como música de ascensor, sólo que más elegante. El City
Pop no dejaba de ser sólo otro ejemplo más de la occidentalización
japonesa. Asumiendo una estética más Pop, esto se dejó entrever en cómo
durante los 80 también conoció su auge definitivo el manga y el animé,
produciendo la amalgama que hoy se entiende como estética japonesa
contemporánea. Existen varias teorías sobre el nacimiento del City
Pop, pero la más extendida es la que afirma que el género lo creó el
grupo Sugar Babe.
Esta banda de Rock es conocida por dos de sus
integrantes: Yamashita Tatsurō y Ōnuki Taeko. Sus canciones eran una
fusión que incluían elementos de música oldie, Pop y Soul,
y no tenía nada que ver con lo que hacían grupos de Rock. Por ese motivo, en
1973 irrumpieron en el panorama musical. No gozaron del reconocimiento del
público hasta después de 1976, cuando se separaron. En los tres años de
existencia del grupo, crearon el Pop y el Rock que sirvieron de
germen del City Pop. Posteriormente,
esta tendencia seguiría delante de la mano de Matsutōya Yumi o Yuming,
quien era cantante de Caramel Mama, grupo creado en 1973,
y que estaba integrado además por Matsutōya Masataka, marido de Yuming
y tecladista del grupo; Suzuki Shigeru a la guitarra; el
bajista Hosono Haruomi y Hayashi Tatsuo, en batería. Todos
ellos fueron los encargados de consolidar el City Pop. Tiempo después
pasaron a llamarse Tin Pan Alley. Aunque presentaban sus propias canciones,
también colaboraron con otros artistas representantes del género como: Kosaka
Chū, Yoshida Minako, Ōnuki Taeko, Yano Akiko, Minami
Yoshitaka y Yamashita Tatsurō. Estos últimos fueron músicos de Minami
Saori e Ishida Ayumi, de ahí que el sonido característico del City
Pop se fuera mezclando gradualmente con la canción popular y colándose
en los hogares japoneses. Sin embargo, el verdadero éxito del City
Pop, llegó a inicios de los 80. Ese año, “Ride on Time”, de Yamashita
Tatsurō, cosechó mucho éxito, al igual que “Fushigi na Pīchipai”, de Takeuchi
Mariya.
Un año después, temas como “Pegasasu no Asa”, de Igarashi
Hiroaki, y “Surō na Bugi ni shite kure (I want you)”, de Minami
Yoshitaka, subieron en las listas de éxitos, pero es posible decir que
el reconocimiento verdadero llegó con “Rubī no Yubiwa”, de Terao
Akira. Esta canción representaba en gran medida el dandismo de los
hombres solitarios que viven en la ciudad, logrando vender 1.600.000 copias de
su sencillo; su éxito fue tal que caló hondo en todas las franjas de edad,
desde niños hasta mayores. Además, gracias a todo esto, el City Pop se colocó en las
filas de la música de masas. Luego del gran éxito de Terao Akira, comenzaron a
aparecer en TV artistas como Kisugi Takao, Sugiyama Kiyotaka y Omega
Tribe, Nakahara Meiko y el grupo Anzen Chitai, con un aspecto más
maduro. Cantantes consideradas Idols como Matsuda Seiko, Yakushimaru Hiroko y Kikuchi
Momoko incluyeran sonidos del City Pop en su repertorio. Ellas no
fueron las únicas, ya que estrellas consolidadas del Rock y del Folk
como Yazawa
Eikichi e Inoue Yōsui también lanzaron éxitos en la línea de este género.
La influencia cultural del City Pop se vio reflejada en muchas
bandas sonoras del animé de ese período. Fue hacia finales de la Era Showa
cuando el City Pop tomó su identidad, con ritmos cadenciosos y
melancólicos, matizados con Jazz, Boogie, Tropical
Dance y Funk. Se identifica como una música ambientada para el Tokio
que nunca duerme, sutilmente ambientada para un izayaka (bar típico japonés) a
altas horas de la madrugada, mientas varios salaryman (oficinistas) pasan el
rato bebiendo cerveza. Sin embargo, el City Pop se acabó convirtiendo en un
clásico y pasó de moda poco a poco. Con el inicio de la Era Heisei (1989), así
como el auge de otros géneros como el Visual Kei y la evolución de las
Idols como nuevos fenómenos de masas, el City Pop fue agonizando lentamente.
Sin embargo, no desapareció del todo, ya que mucha de su influencia se traspasó
al Shibuya-kei.
Aun así, luego de su auge y final, el City Pop tuvo un peculiar
resurgimiento viral gracias a YouTube, con la canción de Mariya Takeuchi “Plastic
Love”, hacia finales de la década de 2010. A su vez, la estética
derivada del City Pop fue una de las influencias más notorias del Vaporwave
y del Future Funk, que tomaron muchos elementos del género.
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