El término Filin es una versión españolizada del vocablo inglés “feeling”, que en su raíz etimológica significa ”sentimiento”. Se ha convertido en una palabra utilizada en musicología relacionada habitualmente con una corriente moderna de la canción surgida en La Habana (Cuba), San Juan y, paralelamente, en México en la década de 1940.
Al mencionar el Filin
se piensa en algunas obras famosas del Bolero de los compositores cubanos José
Antonio Méndez y César Portillo de la Luz, que por
sus características musicales se interpretan como Boleros. El Filin
surgió en el contexto de una especie de pena artística, formada por un grupo de
compositores e intérpretes que se reunían sistemáticamente en una residencia de
un conocido trovador en La Habana. Esa circunstancia no es excepcional ni
extraordinaria ya que, la canción popular cubana ha tenido como común
denominador, entre otros muchos aspectos, la tendencia a reunir grupos de
creadores que se juntan alrededor de intereses comunes de tipo
estético-musical-literario. A guitarra es otro elemento común que facilita las
afinidades musicales y literarias en la canción cubana, es el instrumento que
generalmente ha servido como medio de acompañamiento armónico o
rítmico-armónico. Este instrumento ofrece al vocalista e intérprete, la
posibilidad de expresarse a plenitud con más libertad. En un período de boom
del Filin
en la década de 1960, se convirtió en una práctica habitual el que los
cantantes más destacados se hicieran acompañar de un guitarrista, desechando el
acompañamiento de formatos instrumentales grupales, en parte para poder actuar
en escenarios más pequeños como los había en numerosos clubes nocturnos de La
Habana y otras ciudades, y para aprovechar el timbre y las estructuras armónicas
de la guitarra. Entre los guitarristas que más se destacaron en el Filin se
encuentran Froilán Amézaga (acompañante de Elena Burke durante un
periodo), Martín Rojas (acompañante de Omara Portuondo) y los
hermanos Felito y Miguel Ángel Molina en Cienfuegos.
Posteriormente le sucedieron excelentes acompañantes, entre ellos Rey
Montesinos, Silvio Tarín y otros.
Hay que decir que a partir de los planteamientos armónicos del Filin,
el acompañamiento dio un salto cualitativo en su modernización, pues comenzó a
armonizarse en versiones más contemporáneas las canciones y Boleros
tradicionales utilizando las armonías propias del Filin, lo cual dio la
posibilidad de no siempre apelar las transparencias verticales características
del Bolero
tradicional. El Filin constituyó un momento crucial en el proceso de desarrollo
de la cancionística cubana y en la evolución histórica del Bolero. Con la aparición
del Filin,
el Bolero
experimentó cambios armónicos, melódicos, estructurales, expresivos y de
contenido literario, que lo condujeron a una modernización en su concepción
estética. Los textos literarios, como los utilizados por Marta Valdés o César
Portillo de la Luz, apuntan hacia temáticas filosóficas. Hay quienes
consideran que el Filin no es un género en sí, sino una modalidad más moderna del
Bolero.
En diferentes períodos el repertorio del Filin encontró un espacio importante
en cuartetos tan famosos como los de Orlando de la Rosa, D´Aida,
Carlos
Faxas, Felipe Dulzaides, Meme Solís, Los Modernistas, Los
Bucaneros, Del Rey, Los Cuatro y otros; posteriormente
le siguieron los cuartetos, Génesis, Tema IV, Armonía
IV y Gema IV. Aunque en Cuba la actividad del cuarteto no
desapareció, se mantuvo, sin embargo, en la década de los 60 con una promoción
muy baja en los medios masivos de difusión, lo cual condujo a una disminución
en la presencia de estos ensambles vocales en la práctica musical, limitada
casi únicamente a los shows de algunos cabarets y algunos pocos clubes
nocturnos. El Filin fue expandiendo su influencia y se convirtió
posteriormente en todo un movimiento artístico. Posteriormente, nuevas
generaciones de cantantes lo incluyeron como parte de su amplio y
multiestilístico repertorio, como en el caso de Mundito González, Beatriz
Márquez, Miriam Ramos, Luis Téllez, Anaís Abreu, Argelia
Fragoso, Raquel González y Leo Montesinos. Pablo Milanés, uno de los
iniciadores y máximos creadores de la nueva canción cubana, que se agrupó en el
denominado Movimiento de la Nueva Trova, es también un
cultivador del Filin, no solo como autor, sino además como excelente vocalista.
Omara Portuondo |
Pablo Milanés |
José Antonio Méndez |
Lázaro Peña |
Elena Burke |
Frank Domínguez |
Ángel Díaz |
Ñico Rojas |
Adolfo Guzmán |
Frank Emilio Flynn |
Martín Rojas |
Sofronín Martínez |
Rey Ugarte |
Doris de la Torre |
Meme Solís |
Marta Valdés |
Tania Castellanos |
Rosendo Ruiz Quevedo |
Osdalgia Lesmes |
Fernando Álvarez |
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