miércoles, 2 de septiembre de 2020

Limbo (Trinidad y Tobago)



¿Alguna vez escuchaste música de Trinidad y Tobago o alguna otra hermosa isla del Caribe? Quizás hayas visto alguna película sobre esa parte del mundo y probablemente viste gente reunida divirtiéndose en un festival de música y baile en las playas. 
Hay bailes que por sus características y pasos peculiares que parecen más bien espectáculos de circo. Incluso, aunque originalmente empleaba un ritmo musical específico, con el tiempo se adaptaron a otros estilos y géneros. Tal es el caso del Limbo, que muchos quizá no conozcan por su nombre, pero que se trata de un baile folklórico que consiste en pasar inclinado hacia atrás por debajo de una vara sostenida a poca distancia del suelo. Ocasionalmente se utiliza el Shimmy y ondulaciones del cuerpo, pero eso sí, no hay que perder el equilibrio. Es una verdadera danza acrobática donde se combinan la excitación del juego con las ventajas que aportan sus movimientos. Más que de un baile se trata de una auténtica danza acrobática, digna de ser practicada por atletas en perfecta forma física. Desafortunadamente, la historia del Limbo no es tan placentera como el juego. Todos coinciden que su origen es africano, pero existen diversas versiones sobre su surgimiento. Una de ellas se refiere a la trágica circunstancia de los negros cautivos que eran transportados desde su continente hasta América para ser empleados como esclavos. Como mantenían a los hombres separados de las mujeres, estos debían escabullirse por angostas rendijas para verlas. Otros afirman que constituían una danza tribal en la que los hombres y mujeres luchaban por escapar de las profundidades del infierno, hasta que emergían purificados a la luz. También se dice que el Limbo era un medio de asistir, dar ánimo y guiar el espíritu de un difunto hacia el mundo de los antepasados, a donde éste debía encaminarse para encontrar la paz, producto del tráfico de esclavos al Caribe, el Limbo se esparció. Junto a otras danzas folklóricas del continente negro, hacia casi todas las islas y países de la región. Una vez sacado de su lugar de origen, fue perdiendo paulatinamente su sentido original y quedó sólo como un baile muy festivo y alegre. 
 
Al llegar al Caribe, el Limbo evolucionó hasta convertirse en el baile espectacular y cargado de sensualidad que hoy se conoce y que se ha extendido a todo el mundo occidental. Las reglas oficiales son muy estrictas. Los danzantes deben pasar boca arriba, sin tocar la barra ni el piso. El Limbo se baila con una música muy rítmica, interpretada con instrumentos de percusión de origen africano y caribeño. En el espectáculo participan únicamente dos personas tocando la percusión, dos encargados de bajar la barra en cada serie que se ejecuta, y un bailarín. El sonido de los tambores aumenta de intensidad conforme va descendiendo la barra, mientras el bailarín danza debajo de ella, y al final de cada espectáculo. En la actualidad, el Calipso es uno de los ritmos más utilizados para acompañar tan singular exhibición, aunque también puede utilizarse música africana de percusión, e incluso canciones de Rock clásicas, como el “Limbo Rock”, de Chubby Checker. Originalmente, el Limbo era considerado como una danza solemne y lenta, sin embargo, en los años 50 y 60, la música Calipso se popularizó y el Limbo fue mejor conocido como una danza de vestuarios coloridos y música alegre. Antes de atreverse con el Limbo es imprescindible calentar a fondo todo el cuerpo ya que, algunas zonas como la espalda o las rodillas, pueden resultar afectadas con un movimiento brusco. Para bailar el Limbo no existe un vestuario específico. En África se baila muy ligero de ropas, mientras que en el Caribe los bailarines usan, a lo sumo, una camisa de colores llamativos. Los movimientos de piernas y rodillas requieren ropa muy cómoda, por lo que el traje de baño resulta la prenda ideal. Lo mismo puede decirse del calzado: si se baila en la playa o en un prado, lo mejor es ir descalzos para tener un buen contacto con el suelo y evitar resbalones. Si se practica en una pista, el calzado más adecuado son sandalias o zapatos con suelas de goma. El récord mundial más bajo del Limbo, lo obtuvo Shemika Charles, una mujer triniteña que en 2010 logró pasar debajo de una barra a tan solo 21,5 centímetros por encima del suelo. Actualmente, el Limbo sigue siendo un baile popular, sobre todo en los centros turísticos y hoteles del Caribe, como así también en los cruceros. 

 

 
 









 







Shemika Charles















 









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